#WARPPresenta: Entrevista con Rhye, una introspección a través del piano

// Por: Oscar Adame

lun 24 junio, 2019

Fotos: Josue Casasola

Ha pasado poco menos de un año desde el estreno de Blood (2018), el cual transformó a Rhye en uno de los favoritos del público mexicano gracias a su introvertida mezcla de sonidos soul con melodías a piano y cantos producidos a modo de dream-pop, con pequeños detalles reverberantes y fades largos, mismo que se ejemplificó a la perfección en su concierto soldout en Frontón México de la Ciudad de México. 

Desde entonces el motor y único miembro permanente del proyecto, Mike Milosh, se ha encontrado en búsqueda de un estilo de vida más relajado. De acuerdo a él la gira promocional fue tan intensa que incluso sintió cómo perdía el alma gracias al cansancio. Tras viajar por más de 100 ciudades, el cantautor se encerró en su casa, encontrando refugio en un piano que le dejaron prestado. El instrumento se transformó en el objeto de su expresión libre, a modo de flujo de consciencia creó melodías sin miedo al ser juzgado, “es como si tuvieras la oportunidad de conocer algo más respecto a ti cuando tocas de esa forma, libre, en flujo de consciencia“. 

De aquellas sesiones mañaneras nació Spirit (2019)su tercer material de estudio en el cual se escucha más sincero y abierto que nunca. En su totalidad, las piezas usan armonías a cuerdas y sintetizadores muy hermosos que combinan a la perfección con las melodías a piano que sirven como base de las canciones. Beats tranquilos creados con una caja de ritmos y el susurro del vocalista, quien relata una historia de abandono emocional de principio a fin del material. 

Un intimista

Es común verte aquí, la gente te recibe muy bien. ¿Cómo te sientes al venir a México, debió haber sido una sorpresa el ver a tantos seguidores de tu música la primera vez que viniste, cierto?

Sí, vengo casi una vez al año. Para mí es muy cool porque me encanta estar aquí, creo que mi sello entero está muy sorprendido. De todo el mundo, la gente me dice que es una locura lo receptivo que es México a mí música, pero para mí se siente muy bien. Al punto de venir casi todos los años. 

Yo crecí en Canadá, en un ambiente en el que no había muchos mexicanos, así que creo que crecí en un contexto muy distinto. Creo que hay una realidad de que hay una inteligencia emocional en México que puede que sea similar a la forma en como veo a la vida. Yo no quiero ocultar mis sentimientos. Hay un despertar emocional en México, la gente es muy honesta, todos cargan con el corazón en la mano. 

Tu nuevo álbum Spirit (2019) es uno de tus discos más desnudos. Hablas de la misma forma, desde el corazón, pero con el piano se siente mucho más íntimo. ¿Por qué decidiste grabar un álbum usando solo el piano?

Simplemente empecé a amar el tocar el piano. No pensé en hacer un álbum al principio, solo me senté en el piano todos los días, siempre haciendo una hora y media o dos horas en el instrumento sin grabar nada.

No imaginé que quería hacer un álbum, lo hacía para liberarme tras el tour tan pesado que tuve el año pasado. Quería que las energías y las ideas musicales flotaran sin miedo al ser juzgado, así fue como empezó. Después me gustó lo que estaba creando y decidí transformarlo en canciones. 

Lo que me gusta del piano es que te da la posibilidad de mantener al álbum jugando solo con la relación entre la voz y el piano. Cuando trabajé en Blood (2018), por ejemplo, empecé a pensar en muchos elementos. Las frecuencias de los bajos, los sintetizadores, la relación de las cuerdas con las trompetas. 

¿Crees que fue más sencillo o es un poco más complicado solo centrarte en las melodías? 

Ahmmm. No lo sé, no creo que sea complejo porque solo sale. Disfruto de la simplicidad de esa conexión entre piano y vocales. Eso fue más importante para mí que el hecho de hacer un álbum. Se sintió como una rehabilitación, un proceso de curación. 

¿Qué crees que estabas curando?

Sonará muy loco, pero perdí mucha energía interna de mi tour. La gira se sintió muy agotadora, sentí como si mi alma se fuera. En el último mes me sentí tan cansado que ni siquiera podía sentirme. Hacer este álbum de piano fue una forma de volver a tener este gentil fluir de creatividad. 

Supongo que también será liberador en el tour ¿no? Sólo contar contigo y un piano…

No será así en este momento, me temo. Sí me están acompañando ocho personas sobre el escenario. No estoy haciendo un tour solo del álbum, no creo hacerlo, me gusta tener dinámica en los conciertos, tener momentos gentiles y momentos grandes. 

En el comunicado de prensa hablas mucho sobre el encontrar el amor, pero no solo entre personas si no también en el caer enamorado del piano. ¿Cómo fue tu primer acercamiento al instrumento?

Lo toqué cuando era un niño, al igual que el chello. Pasó un tiempo sin que lo tocara, pero hace un año alguien me dio un piano de cola a modo de préstamo, para que se lo guardara.

Empecé a tocarlo todas las mañanas. Algunas personas gustan de levantarse y meditar, algunos otros leen los periódicos, para mí el tocar el piano sin pensar en nada, sólo dejando las ideas flotar, terminó siendo una forma muy hermosa de iniciar mi día. 

Sólo lo empecé a hacer, no lo pensé. Toqué y lo empecé a hacer diario. Es como si tuvieras la oportunidad de conocer algo más respecto a ti cuando tocas de esa forma, libre, en flujo de consciencia. Dejas que los sentimientos salgan de ti a través del instrumento. 

Yo suelo hacer flujos de consciencia en papel y es extraño porque cuando lees lo que escribiste…

Claro, aprendes de ti. Estás como de –ohh, conque así me sentía respecto a eso, aquello de verdad me dolió-. Sí, creo que todos deberíamos hacerlo. Sólo fluir, podría ser escribiendo, pintando, tocando el piano. Ese fluir libre sin juicios es como terapia. 

¿Aprendiste algo de ti cuando escuchaste lo que compusiste?

Sí, aprendí muchas cosas. Es difícil de expresar qué aprendí, pero me di cuenta de qué es lo que necesitaba en mi vida y lo que es importante para mí que son relaciones fuertes con las personas que amo. Es lo más importante en la vida. 

He estado en 150 ciudades, son cool, viajar es divertido, pero si no tienes esas conexiones con gente específica, hay un vacío en el viajar. 

Es esta necesidad de compartir lo que vives. 

Sí y compartir tus experiencias con alguien. Quieres que sean significativas, creo que los humanos necesitan eso.