Hoy lunes falleció el conductor austriaco de Fórmula 1 y tres veces campeón del mundo, Niki Lauda, a los 70 años. Esto anunciado por su familia y después de ocho meses de recibir un trasplante de pulmón.
“Con profunda tristeza, anunciamos que nuestro amado Niki falleció pacíficamente con su familia el lunes” comentó su familia en un comunicado de prensa.
En el mismo anuncio se celebra a Lauda, no solo como un atleta con logros únicos, pero también como un gran emprendedor.
“Su incansable entusiasmo por la acción, su franqueza y su coraje permanecen. Un modelo a seguir y un punto de referencia para todos nosotros, fue un esposo, padre y abuelo cariñosos y cariñosos, lejos del público, y lo extrañaremos.
Dentro de los galardones de Lauda como competidor en la F1, gano titulos en 1975, 1977 y 1984. Esto construyendo una carrera como piedra fundamental de la liga del motorsport, marcando el tono para años por seguir.
Su carrera tampoco estuvo lejos de tragedia, siendo víctima de una de las más espeluznantes accidentes en la historia de la F1. El infame accidente de 1976 dejaría a Lauda con terribles quemaduras y severamente herido, de las cuales el conductor regresaría de manera increíble.
Las historias de leyenda de Lauda no acabaron con su regresos sorprendentes al deporte. Su rivalidad con el conductor británico James Hunt, sería la inspiración para la película Rush (2013).
Dentro de su envidiable trayectoria, Lauda marcaría un hito en el deporte, no solo por su habilidad y pasión, pero por su excelente toma de decisiones. Fuera del deporte, Lauda destacó como un empresario que abrió su propia aerolínea, además de tomar un rol sumamente serio como administrador en la F1. Ocupó roles como asesor técnico en Ferrari y non-executive chairman de Mercedes desde 2012, este último donde fungía como padrino de talentos como Lewis Hamilton.