#CultureClub: Lucien Shapiro, la nueva vida de los elementos perdidos

// Por: Diego Galán

mar 19 marzo, 2019

Fotos por Josue Casasola, Diego Cabrera y Jesús Vargas

Lucien Shapiro es un artista contemporáneo que aspira a crear vida en todo lo dejado atrás como residuos de basura o objetos encontrados. De alguna manera los objetos que crea terminan siendo tan efectivos en esta búsqueda, que usualmente son descritos como ostentosos o aparatosos, pero en realidad hablan de un objeto ritualistico y sagrado.

Shapiro ha creado como extensión de los mismos una serie de performances y significados detrás de estos objetos, que aparte de crear un lenguaje unificado, dan una verdadera trascendencia a su trabajo. Shapiro crea a través de sus performances participativos una exigencia por parte de la audiencia por colaborar con el trabajo, y no de manera intrusiva, pero sin como un desafío.

Los performances or rituales como el del “perdón” dan cabida al misticismo de Shapiro para involucrarse como dramaturgo en su audiencia, donde su identidad desaparece solo para convertirse en vehículo de su obra aspirando a darle nueva vida y propósito a los espectadores también.

Entre objetos de protección, incienso, cristales y plantas. Entre vestuarios chamánicos, espirales de manguera, estoperoles y plásticos, nos sentamos a hablar con Shapiro acerca de algunos de los conceptos y relaciones claves en su obra.  

Lucien Shapiro presentó The First and Last Freedom en MAIA Contemporary.

Exhibido o empleado

Tu trabajo hace una relación entre los residuo, objeto encontrados y convertirlos en artefactos con semblante antiguo, pero nueva vida. En la creación de estos ¿qué crees que la humanidad está recordando?

Siempre he creído en las artesanías y las cosas hechas con las manos. Creo que mi proceso tiene que ver más con la conexión de elementos perdidos del pasado, dándoles nueva vida, un nuevo propósito.

Tu trabajo puede ser exhibido o empleado. Como creador, ¿experimentas esto de manera diferente?

Sí, el aspecto performance de mi trabajo comenzó porque prefería la conexión con el humano, uno a uno. Son performances participativos, haciendo que el trabajo en sí sea solo para el espectáculo. Generalmente hago el trabajo para procesar algo que estoy pasando en mi vida. Realmente no sé lo que estoy haciendo la mayor parte del tiempo hasta que lo termino. Yo canalizo el tipo de trabajo y lo que viene a través de mí es lo que me rodea o el medio ambiente. El trabajo cambia dependiendo de donde yo me encuentre.

Cuando ves que tus obras están siendo utilizadas, ¿crees que los objetos pueden cambiar a la persona o es la persona que cambia el objeto?

Creo que todo el mundo es una cosa, así que no creo que haya una diferencia con la persona que lo usa o el objeto en sí mismo. No veo que la gente los use, la mayoría de las cosas que se hacen son para mí. Los objetos de protección están destinados a ser formas de auto-empoderamiento para las personas que quizás quieran usarlos en su hogar, pero nunca deben usarlos como un arma. Es más acerca de la autoprotección, el empoderamiento, no los veo como violentos.

¿Podría decirme más acerca de A Fool’s Journey?

“La colección de miedo” fue la primera vez que tomé un proyecto y lo repetí a través del performance. Estuve en la carretera unos 11 meses, el propósito era mantener al espacio como el personaje. La máscara, el objeto es donde se encuentran las características del colector de luz. La idea era mantener la luz mientras las personas enfrentan a un miedo o algo en sí mismas, un desafío. La idea no era que yo estaba eliminando un miedo, sino que estaban enfrentando sus miedos por ellos mismos.

vía Artsy

La identidad no es estable

¿Cómo relacionas esto con el ritual del perdón, parte de tus performances?

Son cosas que empleó en mi vida personal [que se relacionan con mis actuaciones]. Creo en el perdón, creo que todos deberían ser perdonados, creo que todos deberían enfrentar sus temores. Establecer intenciones, tratar de estar llenos de amor y basar todo en ello, no en el miedo o los pensamientos negativos.

Con tu presencia aquí en México, no puedo evitar hacer la conexión con muchas de las culturas prehispánicas. ¿Tiene alguna referencia a esto?

Mencioné que canalizo el trabajo para tener una idea de lo que voy a hacer, pero no sé hasta qué está hecho. Cuando he terminado, podría pensar “oh, esto quizás fue inconscientemente de esto o inspirado en esto”, pero nunca hay un cierto aspecto en el que me parezca “esto es de esta cultura”. Lo único que trato de hacer si trabajo en un lugar distinto es trabajar con la comunidad de alguna manera para incorporarlo.

¿Ha ocurrido eso aquí?

Aquí no sucedió de la manera que hubiera querido, pero abrió canales para mi regreso para hacerlo definitivamente. No tuve suficiente tiempo y no me di cuenta de lo enamorado que estaría de México.

Quería leerte una cita de Erving Goffman, refiriéndose a la dramaturgia “La identidad no es estable, se rehace a través de las interacciones”, ¿puedes ver esto en tus performances?

Sí, siento que siempre estamos cambiando, siempre nos estamos convirtiendo en quienes somos y no podemos crecer sin cambios.

¿Podrías hablarme del tigre?

Encontré el tigre en un mercado de antigüedades, en realidad no creo que sea un tigre. Creo que podría ser un puma pintado, ¿sabes cómo pintan una cebra en un burro?

Si, no lo he visto pero lo conozco.

Si es un tigre, es muy extraño porque las marcas no están alineadas. Es muy viejo, se está cayendo a pedazos. La meta detrás de esto fue tomarlo y volver a conectarlo a la tierra. No creo en matar a ningún animal, ni siquiera a los insectos, así que esto fue un gran salto para mí. Si uso huesos o algo en una pieza, se encuentra mientras estoy caminando o algo así. Con las plantas y los cristales, busco volver a conectarlo a la tierra, dándole una nueva vida como no un trofeo, sino más bien una conexión con la humanidad.