Elvira Smeke es una artista mexicana cuya trayectoria ha recorrido una amplia gama de medios como lo son el escultórico, la pintura, la manipulación de imagen digital y más. Además de trabajar por medio de distintos medios, su obra es rica en concepto. Todo parece presentar una serie de urgencias internas que buscan cualquier vehículo para existir y llevar a cabo un necesario proceso de comunicación, pero este, no es se diferencia no por ser evidente, sino más bien sugestivo. El trabajo de Smeke presenta una idea básica, para después empezar a dibujarse.
Su más reciente exhibición, I Am Naked Now, aspira a encontrar el grado cero. En su diversidad, conversa alrededor del feminismo de figuras como Luce Irigaray y Hélène Cixous, los objetos encontrado e intervenidos para re-valorar y crear intertextualidad. Además, construye un puente tanto estético como conceptual entre su propia práctica artística y las obras que terminan por desvelar un proceso. La artista también goza de una obra, que aunque es mexicana, no parece restringida a este contexto y de esta manera es libre a explorar su contexto.
En entrevista en colaboración con WFM, aprovechamos nuestra conversación con Smeke para hablar de su obra, pero también adentrarnos en temas como el rol que los lugares tienen en la presentación artística, los retos de enfrentarse a temas delicados y su opinión respecto al reciente recorte de presupuesto a la Secretaría de Cultura.
Algo muy presente en el mundo del arte hoy en día, es el lugar, la galería, donde presentas el trabajo. ¿Qué me puedes decir del lugar donde presentas esta exhibición?
Yo estoy en Plaza de la República, en un edificio que está catalogado. No se puede intervenir la fachada, es un lugar muy bonito. En este momento el lugar está vacío, dado a que anteriormente fue ocupado por el gobierno, durante muchos años. Tuve la oportunidad de exponer aquí y se me hizo el espacio perfecto. Tiene mucha luz natural, tiene altura para grandes formatos, una terraza con vista al Monumento a la Revolución que permite a una de mis piezas tener un diálogo con la arquitectura exterior.
En contraste a otros lugares donde has estado, no exclusivamente presentado tu propio trabajo, pero como miembro de la comunidad artística, ¿sientes que el rol del lugar ha cambiado? ¿los venues se han adaptado?
Claro, desde hace como tres o cuatro décadas aparecen estos espacios alternativos que cada vez se ponen más y más de moda. Ya no tienes que estar dentro de una institución o galería para exponer, puedes montar una exposición de arte hasta en un garage, esa es la maravilla, tu haces estos pop-ups como les llamamos ahora y puedes poner tu obra donde quieras.
Me parece que hoy existe una tendencia por politizar las identidades. Si eres artista mexicano tu obra tiene que ser evidentemente mexicana… Creo que en tu obra es muy tangible, que a pesar de que ser mexicana, no es el foco de atención. ¿Cuál es tu opinión respecto a esto? ¿Cómo lo manejas tú? ¿Crees que puede ser limitante?
El artista es un radar de su contexto, siempre vamos recogiendo lo que está pasando y es difícil salir de esto. Aunque no lo pongas gráficamente, evidentemente, nosotros vamos absorbiendo lo que pasa y de alguna o otra forma te afecta y lo plasmas. Mi obra no se ve como mexicana, aunque lo soy de corazón, amo mi país. Me encantan nuestras artesanías, nuestro bordado, labores que retomo dadas más que nada a la mujer, pero también informadas por lo mexicano. Pienso en ahora que estoy retomando la cerámica, que trabajaré con barro negro específicamente de Oaxaca. Así que no lo veo como una limitante, con orgullo digo que soy mexicana, pero cuando vez una pieza mía difícilmente vas a pensar que es de México.
Respecto a lo que mencionas dentro de las mujeres, lo femenino, tienes una obra que es Yo soy antes, yo soy casi, yo soy nunca…
Si esa exposición se inauguró en octubre del 2017 en el Museo de Arte de Sonora…
Tocaba el tema de los feminicidios, creo que este es un tema no solo muy importante, pero que no acaba, es una lucha constante. Me parece interesante que tuviste esta obra y ahora que ya es parte de tu trayectoria. ¿En retrospectiva todavía tienes la urgencia de tocar este tema? ¿Cómo ves este rol entre tu trayectoria y un comentario social que sigue tan vigente?
Toda esta obra de feminicidios la empecé a trabajar desde hace cuatro años, fue que me llegó una nota donde leí que en el Estado de México es donde más feminicidios y desapariciones de mujeres había al día. Sentí una combinación de enojo y tristeza, empecé a trabajar sobre el tema, fue muy dura la producción y la forma en cómo trabajé. Tuve un acercamiento a familiares de víctimas de feminicidio, algo muy fuerte.
Para este nuevo cuerpo de obra, me aparto del tema de feminicidio, pero sigue siendo mi obra feminista. Tengo todavía esta parte muy cargada y ligada a las filósofas Luce Irigaray y Hélène Cixous. Además, la comprensión del cuerpo de Judith Butler, al que yo estoy muy apegada, este feminismo por medio de donde busco la equidad de género. Por supuesto que el tema de feminicidio me sigue alarmando, por supuesto que hay una campanita dentro de mi cabeza, es un tema que retomaré.
Respecto al cuerpo de obra actual, es muy presente la parte de intervenciones digitales e intervenciones a textos. ¿Por qué crees que este es tan presente este formato en tu obra actual?
El parteaguas hacia el arte contemporáneo se dio con Marcel Duchamp a principios del siglo pasado con el ready-made, el objeto encontrado. Duchamp iba caminando se encontraba un objeto, lo sacaba de su contexto, lo ponía sobre un pedestal y ahora era una obra de arte. Yo juego mucho con este objeto intervenido, esta obra nueva es muy duchampiana, muy dadaísta. Es muy de salir a encontrar un objeto, a veces darse a la búsqueda de “no se que”. Es encontrar lo que se presente, a veces como accidente, es algo completamente azaroso. Yo lo recojo y a partir de esto empiezo a buscar el grado cero del arte, una “no forma” como yo le llamo.
Tengo una pieza que está intervenida sobre un Madame Bovary, tiene que ver mucho con el feminismo que yo busco, es una pieza intervenida con bordado de frases eróticas donde hago un juego cara a cara con el espectador, mi interés es despertar la imaginación. Una serie de situaciones eróticas, a la vez muy sutiles, contraponiendo estas frases con el bordado. Este como una labor femenina impuesta desde siglos atrás, imaginando la mujer dentro de su hogar bordando, es una mujer sumisa parte del rol que le ha sido dado. Todo esto contra un Madame Bovary, que cuando fue publicado en 1856, fue un total escándalo en Francia. Querían meter a Gustave Flaubert a la cárcel. Dentro del mundo feminista que yo sigo, siempre estamos buscando la ruptura de paradigmas y todas estas ideologías impuestas a la mujer.
En esta exhibición también veo muchísima variedad, tanto de medios como en lo que abordas. Me gustaría tocar el tema del acto de la caminata como vehículo para crear. Pienso en gente como Walter Benjamin cuando habla de los pasajes en Francia, los Flâneur se vuelven tan importantes en este acto de lo experimentado como peatón, tanto en contextos urbanos como en cualquier otro. ¿Cómo te diste cuenta de este acto de caminar como algo tan importante para tu proceso creativo?
Las caminatas han sido parte de mi práctica artística desde hace cinco años. Durante mucho tiempo lo único que yo hacía era salir a diferentes puntos de la CDMX y recogía hojas caídas de árboles.
Cuando me propuse el grado cero, me puse una serie de ejercicios a partir de caminatas, tienen reglas impuestas por mi y para mi. Como soy muy dadaísta, salgo al encuentro de un objeto en particular o de algo que me vaya arrojando el camino.
Se me hace muy pertinente que hayas mencionado a Walter Benjamin, exactamente habla de que “la cosa” no tiene importancia hasta que alguien se la da. Tengo una pieza de piedras que recojo en diferentes puntos de la CDMX. El Centro Histórico, Ciudad Universitaria, Reforma, Chapultepec; la piedra tiene la capacidad de absorber la energía de todo lo que está alrededor. Estoy recogiendo pequeños fragmentos de la CDMX. Las piedras nadie las ve, siempre intento hacer que el espectador se de cuenta que estos pequeños detalles de nuestra vida cotidiana.
Teniéndote aquí no quería perder la oportunidad de tocar un tema importante para todos los involucrados en la comunidad artística. Apenas en diciembre se anunció el recorte de presupuesto a la Secretaría de Cultura, el MOCCAM empieza este movimiento de protesta. ¿Cuál es tu opinión respecto esto como artista y cuál podría ser un buen camino para encontrar un balance dentro de este tema?
Lamentablemente han ido recortando estos presupuestos a lo largo de los últimos años y esto me parece alarmante. Solo hay una manera de cambiar el país y de cambiar el mundo; es por medio de la educación, la cultura es antes que nada.
Cuando hablo de educación, no hablo de una escuela primario o secundaria, no se da a través de una institución, se da a través de cosas como el arte. Es sobre como llegar a transmitir un mensaje o una problemática actual, no como un reportero, sino por medio de una obra donnde muestras el mundo tal cual es. Nosotros los artistas somos radares de nuestro contexto y tenemos la responsabilidad de llevarlo y transmitirlo al espectador. De esta manera puedes plantear una problemática o crear consciencia.
Me parece una cosa muy delicada hacer un recorte de presupuesto a la Cultura, es ahí donde debe haber una inyección gigante para poder cambiar nuestro México. Poder formar así generaciones mucho más educadas, mucho más cultas, mucho más abiertas y que estén preparadas para todo.
Smeke está presentando su más reciente cuerpo de obra, I Am Naked Now, una exhibición curada por Alberto Ríos de la Rosa. La exhibición que abrió este 8 de febrero y continuará hasta el 7 abril en Plaza de la República 20, frente al Monumento a la Revolución.