Tras un concierto sold-out en El Plaza Condesa a mediados del año pasado, este sábado Future Islands está listo para volver a México, un país que ha demostrado a lo largo de las últimas tres décadas que uno de sus géneros musicales favoritos es el synth-pop.
Canciones de amor sinceras, acompañadas por cantos románticos y sobre bases rítmicas sencillas rodeadas por armonías a sintetizador. El synth-pop llegó a finales de los años 70 como una respuesta a la música punk de guitarras, primitivas y simplistas, en la mente de los más grandes exponentes del estilo. Con computadoras y sonidos generados a través de aparatos digitales, el género se convirtió en el icono sonoro de una década obsesionada con la composición de las mejores baladas pop.
Bandas como OMD y New Order dedicaron su carrera a acomplejar la composición, centrándose en la ciencia detrás de los sonidos para obtener resultados más emotivos. Sin embargo, todo llega a su fin y en los años 90 el foco de la música pop volvió a las guitarras. Desde entonces, el sintetizador ha quedado impregnado en el imaginario ochentero, aunque muchas agrupaciones sobresalientes se han dedicado en los últimos años a retomar las ideas del género.
Una de ellas es Future Islands, un proyecto formado en el 2006 por cuatro estudiantes de preparatoria, entre los cuales se encuentra el tecladista Gerrit Welmers. Con él platicamos respecto a la importancia del synth-pop en el mundo actual, las portadas de los discos y su próximo concierto en México dentro del marco del Festival Roxy de Guadalajara, Jalisco.
He leído mucho respecto a tu visión respecto al arte gráfico de las bandas. Me gustaría saber cuál es tu interpretación de la portada de su último material, The Far Field (2017).
Estábamos buscando algo que fuera muy llamativo, así que contactamos a Kymia Nawabi, quien ya había trabajado con nosotros en unas cuantas ocasiones para el arte de los discos. Le dijimos que queríamos algo poderoso y que fuera muy ambiental, íntimo. Eso porque el sonido del álbum es un poco más fuerte, pero nos gusta que todo en la banda esté abierto a varias interpretaciones.
Me gusta la imagen, la original es una flor cayendo sobre tonos muy brillantes. No esperé eso la verdad, no para este álbum, pero fue lo que pasó. Nos gustó la imagen, pero no era lo que queríamos. Así que la pusimos a trabajar en algo más, no era que no nos gustara, es que buscábamos algo que todos sintiéramos que pudiera representar al álbum.
¿Alguna vez haz comprado un álbum por su portada?
No hay muchos que haya comprado de esa forma, la mayor parte de las cosas que compré fue gracias a lo que escuchaba en la radio. Las estaciones de radio regalaban mixes y gracias a ello escuché a Kraftwerk, tenía una foto de uno de sus conciertos en la portada y me pareció genial. Eran los primeros años de los noventas y en ese entonces mi hermana estaba incorporándose al mundo techno, estaba muy emocionado de todo lo que pasaba alrededor. Me pareció muy genial descubrir a este álbum. Después de muchos años los re-descubrí a través del mismo mix y me senté a escuchar su material más viejo.
En la preparatoria escuché cosas más comunes, pero creo que eso es lo que más me identificó en aquel momento.
Siempre he pensado que una banda grande tiene un trabajo visual tan icónico como lo es la música…
Estoy de acuerdo, creo que en Future Islands lo hemos logrado. Viendo para atrás a través de todas nuestras portadas y pósters de conciertos, es bastante evidente que hay un estilo marcado respecto a lo que hacíamos, aunque no tuviéramos idea de la importancia de tenerlo. No teníamos una pretensión estética, pero logramos formar una cadena en común, creo que es porque siempre buscamos cosas que resonaran con nosotros.
Creo que no quiero que la emoción de la banda se quede en las notas, creo que la imagen y la música se complementan. Está en el sonido y en los gráficos, la música es mucho más que sólo música. Tratamos de trabajar con nuestros amigos tanto como podamos, ellos trabajan en nuestros artes como puedan hacerlo. Sólo ha ocurrido una vez que el trabajo de alguien no nos gusta. Es algo bueno, podemos seleccionar profesionalmente.
Entiendo, eso es bueno porque también les dan a otras personas la oportunidad de expresarse a través de su música.
Sí, es cierto.
Quiero saber desde tus palabras, cuál es la importancia de hacer synthpop en esta época.
No lo sé, sinceramente nunca pensamos en hacer synthpop. Al principio nos reuníamos en un ático con los instrumentos que teníamos en el momento, había bajos y sintetizadores. Trabajamos con lo que podíamos y resultó ser este estilo, fue lo más sencillo para nosotros desde las herramientas con las que habíamos contado.
Lo más importante para nosotros es la honestidad, es lo más importante para mí en un músico. Es necesario que la música salga desde adentro. Creo que esto es un poco confuso, me estoy confundiendo a mí mismo. Como sea, empezamos a tocar esas canciones en varias presentaciones, conciertos pequeños para nuestra gente cercana y ellos nos dijeron que estaba bastante bien. A la gente le empezó a gustar la banda, nos dimos cuenta de que la gente estaba pasándola bien en nuestros conciertos y que nosotros también la estábamos pasando bien con nuestra música.
Las fiestas salieron muy bien, nos empezaron a pedir discos. Hablábamos de las canciones y la energía se empezó a sentir tan natural. Fueron momentos muy carismáticos, eso es algo que sentí hasta que toqué nuestro primer concierto. Antes no sabíamos qué tan bien nos sentíamos como banda y con nuestra música.
¿Qué escuchabas en ese momento?
Somos unos grandes fanáticos de la música. Siempre teníamos discos regados por todos lados. En realidad escuchábamos de todo, creo que es importante para crear música el escuchar mucha música. La banda se reunió en la escuela cuando todos nos dimos cuenta de que queríamos empezar a crear algo similar.
Creo que la música es acerca de la emoción y la emotividad. Eso se demuestra en el cuerpo, no de forma académica ni con análisis. Es algo que hace que te tengas que mover.