Dentro del mundo de las distorsiones y disonancias que son propias del shoegaze y dream-pop, la neozelandesa Tamaryn Brown posee uno de los sonidos más completos. En su discografía es posible encontrar distintas texturas musicales, que van desde un sonido estilizado por etéreos tintes de dream-pop de la década de los 80, hasta un efecto de chorus vintage que emula los inicios de un movimiento que tuvo su cumbre en la transición de la década de los 80 a los 90, y que perdió su fuerza a mediados y finales de la última década del pasado milenio.
La pelirroja fue influenciada también por otras aristas de la escena under, pues encontramos una vertiente que derivó propiamente del post-punk, y de igual manera sucede en canciones que tienen la esencia del new-wave y lo que se hacía con sintetizadores, bautizándose como synth-wave Actualmente, se desarrolla en Los Angeles, California, pero por el lejano 2008, Tamaryn lanzó su primer EP titulado Led Astray, Washed Ashore, aunque existe el viciado efecto de reverberación en las guitarras pasa por esa tendencia auditiva tocando un solo punto, pero que tiñó todo de obscuridad, tal y como una sola gota de tinta china disuelta en agua.
Un trabajo más cercano a lo que sería su primer LP fueron los sencillos ‘Mild Confusion’ y ‘Light Shadows’, que fueron editados en versiones de 7”, y con un sonido de guitarras más húmedas y con una estela de sonido más larga. El primer LP fue lanzado en 2010, y llevó por nombre ‘The Waves’. En este material hay un sonido que se acerca al slowcore marcado por los sutilmente acompasados ritmos en canciones como ‘Choirs Of Winter’, que nos hace pensar en la fría niebla de los días de invierno. Podemos pensar también en una influencia cercana al ambient cuando deja suspendidas a esas guitarras en acordes flotantes, mientras hay un jugueteo de acordes y notas por debajo, como sucede en ‘Haze Interior’ y la creciente canción que es en ritmo ‘Sandstone’, mientras la guitarra hace el riff que caracteriza a toda la canción. En 2012 llegó a nuestros oídos ‘Tender New Signs’, su segundo álbum de estudio.
Conserva una esencia triste, tanto en melodías como en letras, pero es un poco más optimista en el sentido de un dinamismo más marcado por las percusiones. Aún hay reminiscencias del disco previo, como sucede en “No Exits” y “Prizma”, que bien pudieron ser incluidas como lados B del ‘The Waves’. A diferencia del debut, este disco también tiene un sonido diferente en la guitarra dominante, y es la adición de un pedal de fuzz, que agudiza algunos versos y partes del coro, agregando una saturación modulada en su sonido, como en el tema abridor ‘I’m Gone’. Para el año 2015 se dio a conocer ‘Cranekiss’, su tercer LP, y tal vez el más versátil que ha elaborado hasta ahora. La influencia de voces como la de Liz Fraser [Cocteau Twins], tanto en matices como en ejecución, hacen una mayor distinción de este material.
El sencillo ‘Cranekiss’ posee una esencia Dream Pop totalmente de los años 80, y de igual forma ‘Hands All Over Me’ que nos llevan a otros tiempos. En ‘Softcore’ hay una canción que es muy optimista, desde el punto de vista melódico del Post Punk, pero que las voces y ritmos cabalgados por la batería y bajo son parte de la esencia. Algo extrañamente placentero sucede en canciones como ‘Intruder’ y ‘Fade Away Slow’, las cuales capturan una esencia obscura envuelta en ritmos electrónicos.
La neozelandesa forma parte de la primera edición del festival Cloak And Dagger, que se llevará a cabo en la Ciudad de México el próximo 23 de febrero.