El 19 de Septiembre del 2017 quedó marcado como una fecha importante en la historia moderna de México, luego de que a las 13:14 horas un sismo de 7.1 grados en la Escala Richter azotara la Ciudad de México y otros estados del país con epicentro entre Puebla y Morelos.
Personas alrededor del mundo, pero sobre todo los mexicanos se mostraron solidarios con sus compatriotas brindando ayuda en todos los rubros; a partir de esa fecha todos nos volvimos uno con los que nos rodeaban. Sin embargo, en esos momentos de oscuridad una enternecedora luz saltó a los medios de comunicación y redes sociales. El equipo de rescate canino de la Secretaría de Marina encabezado por Frida (la golden retriver que se convirtió en icono nacional al salvar varias vidas) e integrado por Ecko, Evil y Eros conmovió a la nación gracias a sus heroicas labores de salvamento.
A poco más de un año de los acontecimientos, Santiago Arau, el fotógrafo mexicano destacado por capturar imágenes imposibles con sus drones, se dio a la tarea de rendir un homenaje al equipo e inmortalizarlos a través de su lente. Arau nos contó de la importancia de realizar estas fotografías para no olvidar el trabajo de todos aquellos quienes de una u otra manera ayudaron a reconstruir nuestro México.
¿Cómo recuerdas tu trabajo fotográfico a más de un año del sismo?
Para mi fue una obsesión, hice un documental con Diego Rabasa y otros fotógrafos mexicanos. Trabajé en el expediente de fotografías (porque las digitales se pierden) y el terremoto fue parteaguas en mi carrera, en mi persona y como habitante de la Ciudad de México. La mayoría de las fotos que tomé durante el terremoto fueron con un dron, me gustó porque desde arriba retrato de modo imparcial, soy testigo, el que observa.
¿Cómo fue la gestión detrás de esta sesión fotográfica?
Me costó mucho llegar a ella. Hubo muchos trámites que hacer y parecía imposible. Cómo que no permitían retratar a los perros rescatistas. Por medio de un amigo lo logré. Se arregló como un donativo para los mexicanos, la Marina y el Ejército, para que ellos tuvieran las fotos y las usaran como les fuera conveniente, pero yo las quería para mi libro.
¿Qué sentiste cuando finalmente conociste a Frida?
¡Me emocioné!
¿Qué tan diferente es para ti tomar fotos en una sesión con una cámara a salir a volar tu drone?
Es distinto, tiene que existir una comunicación con las personas, los grandes fotógrafos de retratos lo dicen, hay que darles importancia e involucrarse con las personas. Yo lo intento, no importa si es un niño, un político, un presidente, el chavo de la tienda, una chava o una señora, hay que hacerlos sentir en confianza porque los vas a retratar y te van a permitir fotografiarlos. Hay personas que no se dejan y lo mismo pasa con un perro, entonces hay que tener comunicación, presentarse con los perros, acariciarlos, que te huelan, te den un par de lamidas, que se sientan en confianza.
¿Cómo fue tratar con perros militares y de la marina, tan entrenados?
Uno pensaría que se portarían bien, pero no. No se estaban quietos, se pusieron nerviosos con las luces y los flashes. Con los animales hay que ser pacientes y utilizar trucos: el premio, el juguete, dejarlo en paz, cazarlo, es decir el perro está nervioso y gira con la lengua de fuera y así no salen bien las fotos. Hay que esperar a que cierren la boca y, cuando te voltea a ver, hacer la toma, cuando el perro te esté viendo.
¿Al final, qué representan para ti estas fotos?
La fotografía no siempre se toma para el público que uno quiere, pero a mi, en lo personal, me gustaría que éstas fueran para niños, para que se sientan protegidos por perros mexicanos. Veo que es algo que puede inspirar.
¿Entonces, te gustaría que fueran de acceso general al público?
Sí, de hecho, estoy negociando para subirlas a una liga pública, para que esas fotografías se puedan descargar e imprimir por quien quiera tener una foto de los perros rescatistas que conmovieron y fueron la esperanza de los mexicanos.
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