Deerhunter está de vuelta con Why Hasn’t Everything Already Disappeared? (2019), octavo disco de los oriundos de Atlanta, en el cual Bradford Cox y compañía profundizan sobre su visión del Apocalipsis sobre canciones construidas artesanalmente.
Existen pocas bandas en la actualidad que pueden presumir de cierto estatus de culto, conservar cierto aire de independencia a su alrededor y a la vez ser considerada una banda grande que genera impacto cada que estrena música nueva. Hay bandas que sabemos nunca nos decepcionaran y cada trabajo que presenten será garantía de calidad. Gran parte de esto se debe a que pocas bandas pueden contar entre sus filas con un genio como el que Deerhunter posee en la figura enigmática, pero talentosa de Bradford Cox.
La producción del álbum corrió a cargo de la cantante y productora galesa Cate Le Bon y será distribuido por el prestigioso sello independiente 4AD quienes han editado la mayoría de los trabajos de Deerhunter. Sucesor del exquisito Fading Frontier (2015), Cox y sus secuaces, mostraron algo de su nuevo disco a finales de 2018 con sendos adelantos tales como ‘Death In Midsummer’ y ‘Element’, donde una vez más se vuelven a reinventar.
En el primer avance podemos percibir un estilo barroco bastante fino, explorando terrenos introspectivos en cada uno de los elementos, clavecín, guitarras y sintetizadores, que componen esta canción. Una canción en la cual Bradford describe la vida de los trabajadores de minas y fábricas, bajo un lente pesimista reduce la vida al trabajo y la muerte. Por otro lado, el segundo adelanto se mueve en los mismos terrenos donde el clavicordio juega un papel importante, texturas orgánicas e instrumentos de viento componen una pieza que se respira artesanal por donde se le escuche. Una pieza que ha sido descrita por el vocalista y líder de la agrupación como “una elegía a la ecología, describiéndola como un paisaje repleto de colores tóxicos”.
La vintage y ambiental ‘Greenpoint Gothic’ junto a ‘D‚tournement’ y ‘Tarnung’, se muestran como las más experimentales del álbum, en la primera permean sonidos de sintetizadores bien combinados con instrumentos orgánicos, mientras que la segunda nos va llevando por ambientes gélidos guiados por la voz modificada “artificialmente” de Cox, misma que relata la historia del terror que se vive alrededor del mundo mientras el Apocalipsis se termina de gestar. ‘Tarnung’ se va construyendo con un dulce y cristalino golpeo de piano acompañado de texturas orquestales guiadas por voces fantasmales, el track más introspectivo del álbum, en el cual Bradford describe su propia experiencia al apreciar el fin de la humanidad.
‘No One’s Sleeping’ es de caótica belleza, mezclando instrumentos de viento y sonidos luminosos, dando origen a una pieza increíble que difícilmente sale de la memoria después de la primer escucha. ‘What Happens To People’ de acelerado iniciado, marcado por una juguetona base de piano, luminosidad que da un giro total y nos presenta el lado más melancólico de Deerhunter, otro de los sencillos inmediatos del disco. ‘Futurism’ es un track nostálgico a la vez que esperanzador, una de las piezas más amigables del material, en donde todos los elementos sonoros se ensamblan de una manera sencilla, pero muy armoniosa.
Para cerrar el viaje sonoro que nos presenta Why Hasn’t Everything Already Disappeared (2019), una de las sorpresas del disco, ‘Plains’, donde Cox y compañía entran en los terrenos del funk de una manera bastante disfrutable terminando con un giro un poco dramático y melancólico, esos instantes del inicio nos recuerdan a los primeros Phoenix. Es una canción en la cual se retoman las descripciones de la película del reconocido actor de Hollywood para narrar una nueva historia de tintes post-apocalípticos en el cual se juega con James Dean como si se tratara de una figura destinada a pasar la eternidad en el encierro, como un fantasma que no puede escapar de aquel lugar en el cual pasó sus mejores meses en vida.
El bajón emocional llega con la larga, pero interesante ‘Nocturne’, con más de 6 minutos nostálgicos donde los lamentos de Cox van bien acompañados de un dulce campaneo para después pasar por un exquisito viaje llevado por atmosferas creadas por sintetizadores y un piano demasiado esperanzador.
Después de 4 años, Deerhunter está de vuelta y lo hacen de gran manera, entregándonos otra pizca de genialidad, una joya sonora impecable que se presenta como un material conceptual. Una obra sensible que describe de forma directa y sin algún tipo de miedo al destino que se mantiene escrito para la humanidad, las letras de Cox brillan por su sinceridad figurativa. Es un álbum que sin duda se colará dentro de los mejores trabajos de este recién gestado 2019.