El gobierno americano está cerrado desde el 22 de diciembre del año pasado a raíz de la falta de un acuerdo en su Congreso gracias a una propuesta de legislación para gasto del presupuesto. La propuesta debió pasar y ser firmada por el presidente Donald Trump como fecha límite el 19 de diciembre. Es por esto que diversas áreas del gobierno son cerradas hasta que se decida un plan de gastos. Agencias federales cesan trabajo pero servicios como seguridad nacional eléctrica y control de tráfico continúan. Hay algunos departamentos que cierran parcialmente, refiriéndose al personal “no esencial”.
La problemática actual del desacuerdo que llevó al cierre, fue la petición del presidente Trump de un gasto sustancial para la seguridad en la frontera sur, específicamente refiriéndose al presupuesto para la construcción del muro, fundamental en sus propuestas de campaña.
A partir de las elecciones de medio término que permitieron al partido demócrata retomar medida de control de la casa de representantes y el congreso, el retroceso a propuestas republicanas ha sido más fuerte. Sobre el freno a la legislación propuesta que comprende el muro, se a señalado al senador Chuck Schumer como uno los mayores motivadores del voto del partido demócrata.
El cierre de gobierno fue también parte estratégica del presidente Trump en búsqueda de exigir el cumplimiento de sus condiciones dentro de la legislación para seguridad fronteriza. Por parte de los demócratas, se a buscado encontrar alternativas sensibles, como también modificaciones al DACA. A partir del cierre de gobierno, la presión hacia el presidente Trump ha incrementado en búsqueda de un acuerdo que pueda restablecer la apertura del gobierno. Muchos críticos consideran este movimiento de cierre como uno poco útil en el proceso de legislación fronteriza.
Las presión de los medios y la respuesta siempre volatín del presidente han demostrado un retroceso importante en la realidad de la propuesta del muro. En su conferencia de prensa de la semana pasada, se continuó un discurso que se ha ido transformando a una pared de acero en lugar de concreto, menos obstructiva para poder ver a través de ella, es decir una cerca.
Otro de los puntos relevantes del actual cambio de discurso del muro es que para el presidente Trump, México ya está pagando el muro dado a la cantidad de dinero que su país ahorrará por cambios en el NAFTA. Todo apunta a una lenta disminución de su propuesta de campaña ante un tema que desde la perspectiva tanto política como logística cada vez se ve más lejana.
El día de ayer, se llevó a cabo una comunicación del presidente que fue transmitida en horario “primetime” a nivel nacional, donde se pretendía convencer a la población de la urgencia del muro como medida fundamental para la seguridad nacional.
En su comunicado el presidente buscó denominar la situación como una crisis de carácter humanitario y de seguridad. Describiendo puntos típicos de su campaña como el problema de una falta de filtros para los inmigrantes y la laxa postura del partido democrático.
Aquí una transcripción de los comentarios mas importantes:
“[…] como parte de un enfoque general de la seguridad fronteriza, los profesionales de la ley han solicitado $ 5.7 mil millones para una barrera física. A petición de los demócratas, será una barrera de acero en lugar de un muro de hormigón. Esta barrera es absolutamente crítica para la seguridad fronteriza. También es lo que nuestros profesionales en la frontera quieren y necesitan. Esto es solo sentido común.
El muro fronterizo se pagaría muy rápidamente por sí mismo. El costo de las drogas ilegales supera los $ 500 mil millones al año. Mucho más que los $ 5.7 mil millones que hemos solicitado al Congreso. El muro también será pagado indirectamente por el nuevo gran acuerdo comercial que hemos hecho con México.”
Seguido a este comunicado hubo una respuesta del partido democrático por parte de la presidenta de la cámara de representantes Nancy Pelosi y el senador Chuck Schumer.
“El hecho es que desde el primer día este Congreso, los demócratas de la Cámara de Representantes aprobaron la legislación republicana del Senado para reabrir el gobierno y financiar soluciones de seguridad de la frontera inteligentes y eficaces. Pero el presidente está rechazando estos proyectos de ley bipartidistas que reabrirán al gobierno por su obsesión por obligar a los contribuyentes estadounidenses a gastar miles de millones de dólares en un muro costoso e ineficaz, un muro que siempre prometió que pagaría México.
El hecho es que las mujeres y los niños en la frontera no son una amenaza para la seguridad. Son un desafío humanitario, un desafío que las propias políticas crueles y contraproducentes del Presidente Trump solo se han profundizado. Y el hecho es que el presidente Trump debe dejar de mantener como rehenes al pueblo estadounidense y dejar de fabricar una crisis, y debe reabrir el gobierno.”
La crítica mediática continúa con una clara preocupación por los trabajadores sin pago a causa del cierre de gobierno, pero optimista por la presión demócrata en búsqueda de un acuerdo sensible.
La respuesta de la población americana está tendiendo hacia mayor crítica de parte de incluso los simpatizantes del presidente, como mostrado por una encuesta de POLITICO.
Ha sido también fuertemente evidenciado la diferencia abismal entre los datos sobre refugiados, inmigrantes y detenidos y lo que presentó el presidente Trump en estos últimos comunicados.