En el aniversario del natalicio de J.R.R. Tolkien, historiador, poeta, militar, lingüista y literato británico nacido en el extinto estado de Orange, al sur de África. Reconocido como uno de los hombres más influyentes dentro de la literatura fantástica gracias a su trabajo en títulos como The Hobbit y The Lord Of The Rings. Sin embargo, la importancia de Tolkien no se reduce meramente a aquellas expresiones artísticas que tienen como objetivo principal la narrativa.
Si hay un hombre que ha cambiado a la historia de la música con su arte, sin haber escrito una sola canción, es J.R.R. Tolkien. De acuerdo a la librería Smith de Toronto, hay más de 2000 canciones con referencias directas al universo de la Tierra Media. Además, hay cientos de proyectos que han sido nombrados en honor a su ficción. Desde músicos que se dedican a crear música electrónica, hasta aquellos nostálgicos del folk más tradicional, la importancia de Tolkien es basta y se incrementa todos los años, pero hay un género en particular que no hubiera existido sin los relatos repletos de seres mágicos, descripciones melancólicas y guerras del bien contra el mal del escritor.
Alrededor de doscientos proyectos en-listados por la librería son de un género de nicho, un público reducido que jamás ha encontrado a las masas. Un diez por ciento de la influencia musical de Tolkien ha sido retenida por las agrupaciones del black metal, género que nació a finales de los años ochenta dentro de Inglaterra, gracias a agrupaciones como Venom y Bathory, pero que encontró su verdadera identidad a principios de los noventa en el centro de Noruega.
El trabajo del escritor ya había tenido un impacto en la música antes de la llegada del black metal, se había referenciado en canciones de bandas como Rush, en ‘Rivendell’, y la agrupación Gandalf tomó el nombre del mago más famoso de su universo. Aunque fue Led Zeppellin la primera que decidió utilizar a las figuras tolkianas de la forma en cómo después, el black metal lo haría, en canciones como ‘The Battle of Evermore’, ‘Ramble On’ y ‘Misty Mountain Hop’.
Llegaron a finales de los años sesenta como una de las últimas agrupaciones que formaron parte del imaginario de la época de la cultura hippie. Una contracultura juvenil cuya motivación radicaba en escapar a mundos de fantasía, dándole la espalda a los horrores del mundo real para perderse en las drogas, el sexo y los vicios. Tolkien mostró su enfado con esta generación, pero esta fue la misma que popularizó su trabajo hasta convertirlo en uno de los cuerpos de trabajo literario más exitosos de la historia. Hay diversos puntos de co-relación entre la cultura hippie y el universo de Tolkien que ayudaron con esto, de acuerdo al investigador Owen Coggins, “la Tierra Media expresa una gran nostalgia haciendo uso de una utopía imaginativa, libre de los demonios de la industrialización“.
De acuerdo al texto, los escritos del británico muestran elementos psicodélicos en la descripción de su imaginario e incluso utilizan a hombres de barba gigantesca que fuman sustancias coloridas como personajes vitales para salvar al mundo de sí mismo. Además, “el idealismo de los años sesenta parece radicar en lo mismo por lo cual falla el Señor de los Anillos y es esta noción de que aunque el mal sea derrotado, el cambio es irrevocable”.
Tolkien mostró los horrores del mundo en representaciones demoníacas, creó una nueva mitología con su propio Infierno en la forma de la terrible tierra de Mordor y lo llenó de personajes horribles que sirven como analogías tanto a los horrores de la mitología y la religión típica, como a los sistemas dictatoriales.
Led Zeppelin re-tomó los nombres de los principales orcos y magos negros de Tolkien y los combinó con su imaginario, hablando de mundos aterradores sin tener que crear algo totalmente nuevo, pero tampoco sin caer en el cliché de hablar directamente de los libros más antiguos del mundo. Pronto se les unió Black Sabbath con temas como ‘The Wizard’ en la misma construcción y dos de las principales influencias musicales del black metal sentaron las bases para su explotación temática.
No es una sorpresa que los trabajos literarios de Tolkien encontraron a su mayor influencia en los escritos mitológicos de la mitología nórdica. La Edda Poética y la Edda Escrita son la base para todo lo que J.R.R. Tolkien expresó en sus libros y varios de los mayores exponentes del black metal están completamente de acuerdo con esto.
Hay un texto que escribió Varg Vikernes de Burzum para un periódico independiente creado para divulgar las creencias del paganismo nórdico, en el cual hace una relación muy interesante de todos los dioses y figuras nórdicas con los personajes de El Señor de los Anillos. Describe de forma brillante cómo la perdición del ojo de Odín a manos de un sabio en el lago es re-interpretada por Tolkien en la figura de Sauron, quien al igual que Odín, termina convirtiéndose en el ojo que todo lo ve.
Hablamos de Varg Vikernes porque él es la figura central dentro del desarrollo tanto del black metal como género musical, como de la reciente alza en la religión odinista, misma de la cual se obsesionó tras haber leído de niño los textos de Tolkien. De acuerdo al libro periodístico Lords Of Chaos, Vikernes era un niño muy interesado en la Tierra Media. No sólo leyó todos los libros de El Silmarillion, El Señor de los Anillos, El Hobbit, Los Hijos de Húrin y La Leyenda de Sigurd y Gudrún, también jugó sus juegos de mesa y expandió la historia de los personajes con sus propios fan-fiction. Era cuestión de tiempo para que en la adolescencia decidiera sentarse a leer todas las grandes obras que dieron inicio a la creación de este universo, así que devoró todo lo referente a la mitología de su país, Noruega.
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Tal como habría hecho Tolkien, Vikernes empezó a visualizar que el pasado escandinavo fue mucho mejor cuando la tierra se desenvolvía bajo sus propias creencias, en un estado gobernado por sus propios dioses y que hace caso de su cultura en sí misma. A partir de este razonamiento es que empezó a señalar a los cristianos como culpables de la decadencia de Noruega.
Docenas de chicos empezaron a pensar como Varg Vikernes, viendo al éxito de la mitología de Tolkien como una promesa de que el paganismo podría vivir un resurgimiento. Es bajo esta idea que el género logró expresar su discurso con cientos de referencias al Señor de los Anillos, práctica que según el investigador Ted Hodges “es un intento para mostrar los errores de la moralidad cristiana en contraste con el paganismo nórdico sin tener que describir ningún tema cristiano o pagano directamente“. Prácticamente todas las descripciones del “mal” en el black metal son relacionados con elementos de la mitología de Tolkien. Lo cual ayudó a mantener al género como uno de los más obscuros en temática confrontacional.
La primera agrupación que hizo gala de esto es indudablemente Burzum, misma que muestra la adoración que este género tiene en Tolkien desde su nombre, pues es una palabra nacida en la lengua obscura de los orcos que traducida al español significa obscuridad. El proyecto de Vikernes también tenía un nombre influenciado en Mordor, pues su primer agrupación fue reconocida como Huruk-Hai, raza de orco que fungió como mano derecha del mago Saruman en la novela.
Pronto agrupaciones como Gorgoroth, Sengard, Dol Guldur, Summoning e Idengard tomaron sus nombres directamente de los libros de Tolkien. La banda Marduk también empezó a referenciar sus libros a principios de los años noventa, pero contrario a Burzum, sus integrantes tomaron una posición ideológica que terminaría por categorizar de forma errónea a todo el black metal.
Marduk en lugar de volver a narrar las aventuras de Odín y Thor, empezó a utilizar a los personajes de Tolkien para dar cuenta de su propia práctica del satanismo. El Diablo fue adorado entonces por una nueva rama del género en Escandinavia como el opuesto a la figura del Dios cristiano que había destruido la filosofía fundacional del área. Ellos se vieron principalmente influenciados por la figura de Melkor, cuya historia de conversión de un ángel caído castigado por un Dios dictatorial para convertirse en el principal villano de la historia encuentra su claro origen en la narración que rodea a Satán.
Es aquí cuando empezamos a encontrar muchos puntos que son muy poco validos por parte de las agrupaciones del estilo por hacer uso del imaginario de Tolkien. Pues aunque en sus relatos siempre hay una lucha del bien contra el mal, el escritor muestra a la guerra como un lugar en el cual el honor siempre sobresale. Contrario a los músicos, quienes ven en la destrucción del débil una virtud. Además, el escritor era un católico practicante y su visión respecto a muchos de los dioses nórdicos no era positiva, por algo Sauron es el enemigo principal del Señor de los Anillos.
Una de las mayores fortalezas de Tolkien como escritor fue su capacidad para crear un mundo imaginario tan basto en elementos geográficos, históricos y mitológicos. Cada uno de los libros de su autoría, cuenta con cientos de cortas descripciones a objetos, elementos y lugares que fungieron en historias del pasado o futuro de la Tierra Media. Es un mundo cambiante con tres narrativas centrales, pero que está repleto de otras historias, algunas en las cuales gana el bien y otras tantas en las cuales gana el mal, mismas que parecen ser el centro de atención de los músicos de black metal.
Han pasado dos décadas desde que el género ya no hace referencia al satanismo de sus músicos o de su intención por convertir a miles al paganismo nórdico. Sin embargo, cientos de nuevas agrupaciones nacen todos los años con nuevas referencias a la mitología de Tolkien.
Aunado a ello, hay que recordar que una de las mayores características del black metal no deviene de la música en sí misma, si no de su estética. Los hombres disfrazados con corpsepaint, repletos de huesos y con trajes que los hacen parecer deformados recuerdan bastante a las descripciones de Tolkien a la raza de los orcos, aquellos que nacen del inframundo de Mordor y que aterran a las otras regiones de la Tierra Media con sus gritos.
Con el paso de los años, se puede ver que el imaginario de Tolkien se ha vuelto aún mas importante para el género que la filosofía religiosa que le dio inicio.