Componiendo con tambores, Orestes Gomez y su búsqueda en la Ciudad de México #BandsYouNeedToKnow

// Por: Oscar Adame

mié 2 enero, 2019

En esta sección nos sumergimos a la mente detrás de nuestros proyectos emergentes favoritos. Sean nacionales o internacionales, los músicos nos cuentan sus razones para hacer arte. 

Lugar de Origen: San Cristobal, Venezuela
Año de Fundación: 2016
Miembros: Orestes Gomez

Me imagino tocando a batería en el Opera House de Sydney, Australia, un lugar encantador en el cual nunca he tenido la oportunidad de presentarme. Todo esta organizado de una forma muy casual, lo cual contrasta con lo intensa que es mi música. El teatro está a medias, un cuarenta por ciento del venue está ocupado por gente trajeada, quienes me ven con atención.

Yo me encuentro sudando, utilizando pants y una camisa a rayas. Me siento en un buen momento, los estoy impresionando, pero de repente una persona empieza a aplaudir eufóricamente. Me interrumpe y dejo de tocar, la persona se fue por la puerta principal y yo lo hasta encontrarme en mi propia casa, él me llevó a donde pertenezco. Está en medio de Sydney, es pequeña pero tiene un estudio muy cabrón en el ático. Él me está esperando ahí y me dice que me ponga a improvisar. Me siento y empiezo a grabar“.

Los inicios en la música clásica

Esta es una pequeña historia que inventamos en conjunto con Orestes Gomez, un compositor y baterista venezolano que llegó a Ciudad de México con la intención de crecer como artista y encontrar la posibilidad de presentar un show único a todo el mundo. Un performance musical que tiene a la batería como elemento central, un concierto enfocado en los ritmos que explota al máximo la expresividad del instrumento. 

Comencé tocando música clásica en orquesta, entré a los seis años y a los quince tuve mi primer gira por Europa con la Orquesta de Venezuela“, nos declaró, señalando que sus primeras interpretaciones no fueron en la batería, él utilizaba campanas, xilófonos y demás instrumentos clásicos. Tuvieron que pasar varios años para que se enamorara de la batería, romance que inició tras darse cuenta de que no le gustaba, nos dice “limitarme creativamente, en la música clásica“, industria famosa por sus restricciones, interpretaciones en las cuales  “no puedes aportar, sólo te dedicas a hacer que la presentación suene a otra época. Si tocas Mahler o Beethoven, tienes que tratar de hacer que suene lo más parecido a la época en la cual se escribieron las piezas“.

Al final la transición fue gracias a que empecé a colaborar con jazzístas, lo cual es completamente lo contrario, en el jazz puedes improvisar y cambiar la misma pieza todo lo que quieras“, declaró, agregando que la orquesta toureo por un largo tiempo con una agrupación de jazz, misma que lo introdujo al instrumento, iniciando una “guerra que he tenido conmigo durante años, mi intención es presentarme solo como baterista, sin necesidad de elementos electrónicos o de rapear“. 

El sueño mexicano

Esto lo ha estado consiguiendo desde su llegada a México, a principios de este año, gracias al apoyo de Mooi Collective, con una fusión interesante de ritmos derivados del trap con progresiones experimentales que hacen gala de las raíces jazzísticas de Orestes. Piezas complejas que juegan con sintetizadores, voces y sampleos de todo tipo que encuentran a su protagonista en los ritmos de la batería del intérprete, “todos mis ritmos son orgánicos, los samples son grabaciones propias con los que después juego en mi computadora“.

Él llegó a la Ciudad de México por primera vez para promocionar un álbum titulado Experiencia Curiara, un material conceptual que grabó a los 19 años de edad que integra canciones típicas de cada estado de Venezuela, “una pieza popular de cada estado re-interpretada por el cantante más conocido de música folclórica en cada lugar, todo bajo el lente de un jazz contemporáneo“, declaró, “un verdadero viaje por mi país“. Es una colección única que nació de la mente de su padre, un cultor que viajó por toda Venezuela con intención de investigar y aprender de las culturas del país. Tras su fallecimiento, Orestes Gomez sintió la necesidad de seguir el deseo de su padre y se lanzó a conocer todas las ciudades de Venezuela, sin importar los peligros. 

Fue entonces cuando “conocía Renee en Mooi Collective y ahí me di cuenta de que aquí yo podía hacer una carrera siendo solo un baterista“. Una carrera que a sus palabras sólo podría construir en México, “tras el primer show en Mooi Collecive, me llamaron de Departamento para presentar el mismo concierto. Un performance de batería 100 por ciento instrumental. Me han seguido invitando y agoté el Foro del Tejedor, aunque sean pocas personas, eso me señaló que sí podía hacerlo en México”. 

De acuerdo a lo vivido, en la Ciudad de México tenemos una industria independiente fuerte que se basa en el apoyo mutuo, en donde se pueden encontrar nuevas oportunidades en cualquier día gracias a un aprecio sincero al trabajo artístico y cultural. Es cierto en algunos sectores, la vida ha llevado a Orestes a juntarse con las personas correctas dentro de la industria, por lo cual aunque tiene “muchos amigos en Argentina, Colombia y Venezuela, veo en México a una apertura mucho mayor“.

Los Parques Centrales

Es sobre esta nueva ciudad en la cual Orestes ha decidido estrenar una composición en la cual trabajó durante seis años, una canción titulada ‘Parque Central’ que compuso en Caracas junto a “un pianista increíble llamado Daniel Chacardi y Fredy Adrián de la Sinfónica de Guadalajara“. 

Una pieza inspirada por completo en el Parque Central de Caracas, Venezuela, lugar en el que Orestes Gomez vivió durante años, tras abandonar la casa de sus padres a los 16 años de edad, un lugar “muy particular porque hace gala de una gran cultura. Hay graffiti de artistas verdaderos, bailadores de break-dance, jazzístas serios, etc… “.

Yo salí de casa a los 16 años tras el fallecimiento de mi padre, decidí viajar a Caracas con la intención de crecer artísticamente. Vivi un año sin que nadie supiera nada de mí, pero yo aprendía de los artistas, de reggaetón, de jazz y de otros géneros urbanos“, declaró respecto a este influyente lugar, rememorando vivencias locas de aquella época. “Me tocó vivir es que yo vivía en un piso 14 y se dañó el elevador justo cuando llevaba mi nueva batería, fue horrible subirla, pero me ayudaron unos artistas de grafiti que no conocía, eran vecinos míos y ellos hicieron todo el arte que yo admiraba del parque“, recordó, afirmando que la situación en Venezuela no es la mejor para volver a visitarlo, “es muy triste ver a la gente lidiando con tanto, pero para mí significó mucho ver de nuevo al parque“.