El crowdfunding es un poco como lo que entendemos del comunismo en la adolescencia. Una increíble idea en teoría, usualmente trágica en práctica. Aunque la internet sigue demostrado que su rol es definitivo en redefinir las industrias, también es importante enfocarnos más que nunca en cómo estas se acoplan a la vida no-digital y considerar en qué momento, la visión de algo innovador se vuelve real.
Dentro de los esfuerzos digitales del crowdfunding se han visto enormes historias de éxito, pero también casos aprovechamiento, entre cientos de fraudes y el famoso caso de la ensalada de papa. No es un modelo perfeccionado, pero ofrece la oportunidad de medir un crecimiento genuino en proceso de ver este tipo de servicios como algo en verdad viable.
Patreon, ha sido la última iteración de este tipo de plataformas y resulta en muchas maneras la mejor apuesta hacia lo que fundamentalmente buscan los creativos. Equidad de visibilidad, pero también una remuneración justa. Jack Conte, fundador de Patreon, tiene una historia clásica de las problemáticas actuales de los aparatos digitales. Como músico, encontró gran éxito en Youtube pero la remuneración por su trabajo era mínima, incluso al ser apoyado por una enorme audiencia. Millones de views medidas contra $50 USD al mes, no era exactamente una remuneración lógica.
Sin embargo, la crítica de parte de historias de creativos como Conte, se basa en algo que no podríamos atribuir completamente a la internet. El problema dentro de las industrias creativas y su valor como trabajo, históricamente ha sido una falta de formalidad financiera. ¿Cómo se valora el contenido creativo?
Mientras que las industrias creativas han sido todo, desde conglomerados corporativos, proyectos de emprendimiento y ahora con la democratización de las herramientas de producción, individuos, no se han establecido nunca las reglas concretas de lo que le corresponde a un creativo por su trabajo. La Internet estableció libertades, pero también piratería. Estableció visibilidad, pero también devaluación. Si se tiene un producto que gracias a estas herramientas ya no existe como un producto maquilado y ahora es comercializado digitalmente, ¿cómo lo cotizamos? Algo que parece extraño cuando suponemos que la industria creativa lleva años desarrollándose y la tangibilidad ya no es un problema.
Con esta necesidad aparece Patreon en búsqueda de un crowdfunding que se enfoca en la rentabilidad de los proyectos creativos. Lejos de las plataformas como Kickstarter, Indiegogo y GoFundMe, cuyo objetivo era volver realizables proyectos específicos, este sitio busca la remuneración regular. Es decir, volverse un canal de revenue directo para los consumidores buscando sustentar su contenido. Vale la pena recalcar que hay una responsabilidad por parte de los creadores, por decirle a su audiencia lo que necesitan de ellos y viceversa. El antiquísimo esquema del mecenas.
Lo más importante aquí es observar el énfasis en el largo plazo. La orientación de modelos como el freelance o el crowdfunding tan naturales a los creativos parecen ver el trabajo como un esfuerzo de única exhibición. Esto parecido más al esquema de recaudación de fondos manejado históricamente por organizaciones sin fines de lucro. Desde el sentido de percepción de consumidor, parece entonces problemático esperar un sustento regular y serio, cuando los esquemas de remuneración se venden a sí mismos como caridades y no como cualquier bien o servicio.
Patreon propone no solo ser un canal por el cual se efectúan transacciones y pagos, pero también ser en donde se distribuye el contenido. Con esto, ofrecen una línea directa entre contenido y audiencia. Al no ser un modelo de anuncios o dependiente de la popularidad del contenido frente a la competencia de una sola audiencia, se elimina gran parte de la edición en el proceso creativo mientras llega mejor feedback. Abordando así distribuidores de contenido que históricamente han sido inflexibles ante la libertad creativa y las fechas de entrega.
A pesar de todo, aunque el modelo de Patreon es uno que prioriza la gente, y que entiende las problemáticas esenciales a las que se enfrenta un creativo en este nuevo paisaje digital, no parece de ninguna manera llegar a la meta. Si bien hay contenido exitoso en Patreon, la mayoría de los usuarios aún no encuentran sustento suficiente dentro del esquema y critican a la plataforma por crear expectativas de éxito irreales. Conte hoy se encuentra ante una problemática posición en donde sus filosofía y plataforma es un excelente movimiento de evolución en lo que debe ser la redefinición de la industrias creativas, pero la realidad, es que no existe como un modelo financiero sustentable para la mayoría.
Suponen que la evolución de este esquema, será existir en conjunto de demás herramientas fundamentales de la fábrica digital. Como la posibilidad de Patreon en existir como un soporte para modelos de monetización en Youtube y el movimiento gradual del e-commerce en Instagram y Facebook.
La gran verdad que evidencia Patreon aparte de lo que falta formalizar en las industrias creativas y cómo puede funcionar, es que los consumidores son los que se están acoplando rápidamente a volver a ser los definitivos en la longevidad del contenido que desean.