Rebolledo empezó su carrera a principios del año dos mil como un DJ con una identidad y situación perfecta para construir una propuesta sin igual. Originario de Xalapa, Veracruz, y sin gran acceso a los medios tradicionales musicales, la educación musical de Rebolledo fue la música disco que escuchaba su padre en el coche, sustentado por una necedad por indagar más por su propios medios. Adicionalmente, la pequeña escena club de Monterrey donde vivió, resultó fundamental en su contexto formativo. Finalizando sus estudios, fue invitado a una residencia de verano en Playa del Carmen y así la carrera musical de Rebolledo destacó dentro y fuera del país por una congregación de influencias e identidad anormal.
No solo trajo consigo un oído capaz de encontrar las sutilezas y lo irregular dentro de la música dance, también empezó a construir una conceptualización completa. En un inicio, el artista empezó a producir su propio contenido con tal de poder realizar las transiciones dentro de su set de manera efectiva, por lo cual el ejercicio del DJing tomó un semblante mucho más fluido. Con el apoyo de la disquera Cómeme, Rebolledo encontró una oportunidad de tomar su carrera artística por ambas direcciones y así construir una unidad de audio y estética.
Cómeme a su vez fue fungiendo como un disquera del chileno-áleman Matias Aguayo, cuya reputación con actos como Bryan Kessler, Alejandro Paz, Lena Willikens, Philipp Gorbachev, Katerina y el mismo Aguayo entre otros, ha sido crucial en la construcción de esta generación de artistas.
El concepto revolviendo alrededor de la imágen de Rebolledo era uno de folclor, no específicamente hablando de uno nacional, nostalgia y humor. Todos atributos que no existen usualmente en lo que entendemos de la escena dance de club y que cuando aparece, es un rasgo trascendental. La marca de un acto electrónico como Daft Punk existe a un nivel de detalle increíble, pero se diferencia a lo que se presenta en la identidad de actos club y más aún no son explorados con sangre liviana y terrenalidad. Dos características significativas en Rebolledo, mismas que se ven ejemplificadas en el video de ‘Guerrero’.
VISUALES: El recorrido por el metro parece un homenaje al inicio de el clásico de culto del cine ochentero The Warriors, en toda su gloria de kitsch. La grabación goza de su formato lo-fi como apoyo estético. Hay cortes a green screen, maquillaje y coreografías que también recuerdan a un ‘Bad’ de Michael Jackson, elevado a todo lo sarcástico. Hay así un constraste ante el universo electrónico de glamour y visuales slick, por algo punk y sarcástico. El garage punk electrónico.
AUDIO: Drum machine, sub-bass con delay y un pequeño lead escalante que abre espacio a las transiciones. Clásicos de un pastiche de dance ochentero, pero que en la mezcla toman un semblante diferente al sonar inequívocamente crudos. Pero lo que termina por hacer esto algo especial, son los vocales y letras. ‘Guerrero’ se presta como un himno al arquetipo de desafío rock sin tomarse demasiado en serio. Todos estamos dentro de la broma, pero no significa que no pertenecemos a este sueño.
Con esto, el sentido conceptual del artista probó ser incluso un precursor a algunos de los trends de los actos electrónicos más orientados hacia el formato álbum como el synth-wave. Proyectos visuales de Rebolledo como ‘Pow Pow’ tienen sus cualidades vaporwave. Colaboraciones con Daniel Maloso y Matias Aguayo son inesperadamente análogos, el LP Super Vato presenta una artista con esa añoranza clásica a la década de los ochenta pero con una agresividad musical mucho más crítica, vulnerable rebajada con humor. Su mix para Kompakt Momento Drive siendo continua con artwork definitivo para la construcción de un personaje.
Hoy, a casi diez años, la propuesta musical ha crecido hacia una audiencia global de dance, que más y más se diluye en competencia y por ende necesita artistas dedicados dentro de los diferentes ámbitos. Rebolledo exhibe con sus diferentes proyectos en los algunos de los festivales más importantes de Estados unidos y Europa, como MELT Festival, Primavera Sound, Wire Festival, ADE, un acercamiento al DJing donde se aprecia los sonidos más recónditos de géneros diluidos por su popularidad como lo es el house. Hoy géneros como UKG e incluso recursos de géneros como el miami bass, revelan que en el club, un sutil cambio ayuda a completar un paleta de sonidos.
Con Hippie Dance, disquera fundada por Rebolledo y Askel Schaufler, Rebolledo ha ofrecido álbumes como Mondo Alterado, que dan continuidad a lo que empezó con ‘Guerrero’ pero hoy se enfocan más en un especie de decálogo de culto para todo lo que hace del artista especial.
La colaboración con el alemán Superpitcher (Aksel Schaufler), bajo el nombre de Pachanga Boys, ha también dado un nuevo significado a este cuerpo de trabajo. Esta mancuerna es la combinación de algunos de los elementos clásicos de la mítica disquera Kompakt, fundada por Wolfgang Voigt, Michael Mayer y Jürgen Paap, como el techno alemán, más contemplativo nativo a Colonia Todo se mezcla con el sabor juguetón y descarado que solo la sangre liviana de Rebolledo puede ofrecer.
Hoy, aparte de todo, la música de Rebolledo aparece en pasarelas de moda marcas como Chanel, Versace e incluso en musicalizando lanzamientos de la marca Lexus. Es partner y curador musical de clubes como M.N. Roy en la CDMX y TOPAZdeluxe en Monterrey. Además, es parte estelar de la presentación del Mayan Warrior. Este, un art car, “[…] proyecto de colaboración que ha reunido a artistas, artesanos, fotógrafos, diseñadores, tecnólogos, arquitectos y músicos de la Ciudad de México y el norte de California“, como está descrito en su página oficial. Su debut en el Brooklyn Mirage y después estatus recurrente en Burning Man lo ha vuelto uno de los performances más presenciados, no solo por su música pero su diseño inspirado por arte maya y huichol liderado por Pablo Gonzalez Vargas.
Es difícil en todo este contexto no pensar, que Rebolledo no se encuentra, no solo en una buena posición para nosotros como país romancear lo que constituye su identidad, pero también para operar como un elemento trascendental en el desarrollo de la comunidad dance actual.
Lineup: Pachanga Boys + CommonSense Records Showcase
Fecha: 14 de diciembre
Venue: Ex Fábrica de Harina (Av. Aquiles Serdán 106, Ángel Zimbrón, Ciudad de México)
Precio: $36 USD.
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