El movimiento “Me Too” fue creado desde el año 2006 por la activista Tarana Burke, para el año 2017 tomó fuerza a raíz de los casos de acoso y abuso sexual que salieron a la luz a través de Twitter y que luego se convertirían en el hashtag usado por miles de mujeres y pusieron sobre la mesa las primeras acusaciones de abusos sexual que sufrieron actrices de Hollywood y modelos de parte de Harvey Weinstein, fundador de The Weinstein Company.
Integrantes de ese movimiento, en su mayoría mujeres, fueron elegidas por la revista Time el año pasado como personas del año, en ese momento, la publicación consideró que quienes habían roto el silencio sobre este tema tabú desde distintos ámbitos, dominaron la atención y consiguieron que la sociedad deje de ver estas conductas como aceptables.
El caso Weinstein desató una ola de denuncias contra otras figuras del cine que se extendió a los medios de comunicación y a círculos políticos, en muchas ocasiones por casos que se registraron hace años y se mantuvieron en silencio, como es el caso de Morgan Freeman, Kevin Spacey, Dustin Hoffman, el director Brett Ratner, Charlie Sheen, y más recientemente el jugador de fútbol Cristiano Ronaldo, quien ha quedado fuera de la convocatoria de la selección de Portugal, hasta que el caso por el que se le acusa, quede resuelto.
El panorama se sigue complicando para Cristiano Ronaldo tras la denuncia realizada por Kathryn Mayorga, quien lo acusa de haberla violado en 2009. Según el abogado Leslie Stovall, una nueva víctima se acercó a él para contarle de una experiencia similar. Stovall aseguró a Daily Mail que ya entregó la información a la policía de Las Vegas y que, por el momento, prefiere mantener su identidad oculta.
Por otra parte, la policía de Nevada ha anunciado que reabrirá el caso de Mayorga, lo que podría llevar a los tribunales a pedir la extradición del jugador de la Juventus de Turín. En tanto, el FBI también ha mostrado interés en el caso.
El caso de la presunta violación de Cristiano Ronaldo a Kathryn Mayorga se complica en Estados Unidos y comienza a plantearse la hipótesis de que el tribunal de Nevada, encargado del caso, llegue a pedir la extradición del jugador de la Juventus.
Si esto pasa, Italia deberá entregar al delantero a su país de origen, Portugal, en virtud del acuerdo de libre circulación de ciudadanos en el seno de la Unión Europea. Lisboa no lo extraditaría en absoluto, puesto que una cláusula legal en el país vecino establece que ningún ciudadano portugués puede ser enviado a otra nación aunque se demuestre que hubiera cometido un delito allí, de esta manera no sería necesario que se presente ante el juez porque podría solucionarse a través de una comparecencia por videoconferencia.
A raíz de esto, Cristiano Ronaldo ha decidido contratar a David Chesnoff, el abogado de las estrellas, quien ya defendió en su momento a Michael Jackson, Paris Hilton y Leonardo Di Caprio. Se trata de un abogado criminalista de gran prestigio, que cobra una cifra astronómica pero suele garantizar una eficacia en cada caso, tal cual pueden atestiguar otros famosos, como Shaquille O’Neal, Mike Tyson, André Agassi o David Copperfield. Su estrategia no pasará únicamente por proteger a Cristiano de los delitos que le imputan, sino que contraatacará para solicitar una fuerte indemnización a la demandante por daños y perjuicios.
Ella dice que se negó hasta en tres ocasiones a mantener una relación sexual con el delantero pero que él acabó forzándola. Inicialmente quiso denunciarlo pero los dos llegaron a un acuerdo, sellado en un documento en el que la mujer estadounidense aceptaba trescientos veinticinco mil euros a cambio de olvidarse del asunto.