El abstraccionismo de Kandinski llegará al Palacio de Bellas Artes

// Por: Oscar Adame

lun 8 octubre, 2018

El Palacio de Bellas Artes ha confirmado a través de sus redes sociales que el próximo mes de noviembre se instalará una exposición centrada en la obra de Vasili Vasílievich Kandinski, figura protagónica dentro de la corriente del expresionismo abstracto. 

Aun no se cuenta con una fecha precisa respecto a la inauguración y tampoco se tienen detalles respecto a las obras que lo conformarán, pero se ha hecho evidente en una serie de tuits que será la carta fuerte del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) para cerrar este año. Los rumores dicen que la muestra se titulará Kandinsky: Mundos, pero aun no se ha confirmado.

El precursor de la abstracción

Nacido el 2 de diciembre de 1866 en Moscú, capital del entonces Imperio Ruso, Kandinsky creció en una casa acomodada de comerciantes exitosos. Desde pequeño empezó a mostrar aptitudes para el arte, aprendiendo composiciones de Wagner en su piano y mostrando un gran interés por los grandes impresionistas de finales del siglo XIX, como Monet y Cézanne. Sin embargo, su primera carrera fue la de derecho, la cual dejó para centrarse de lleno en el estudio de las artes pictóricas a la edad de 30 años.

En poco tiempo se convirtió en el protegido de Anatoli Lunacharski, Comisionado de Educación de la administración soviética, que lo ayudó a fundar el Museo de Cultura de la Pintura. Estudió  la cultura alemana durante el lapso que compuso el receso entre la primera y la segunda guerra mundial. 

Pese a haber iniciado su carrera artística como un pintor impresionista, haciendo calcas de la realidad sobre el lienzo con un énfasis en el color de las escenas, el pintor se vio fuertemente influenciado por el expresionismo alemán al llegar al país germano. El mayor grado de abstracción de esta corriente, que distorsiona elementos de la realidad para remarcar su falta de belleza, lo orilló a combinar este estilo con su background ruso, repleto de imágenes provenientes de las primeras campañas publicitarias dentro de las vanguardias de su país. 

Como resultado de esto, Kandinski empezó a experimentar con las figuras, desvirtuándolas para representar de una forma completamente distinta  la realidad. Sus colores terminaron por ser impulsos en donde él mismo declara que “es una síntesis teñida de lirismo, es una innovación del espíritu“. Esta metamorfosis lo catalogó como uno de los precursores del expresionismo abstracto. 

Posteriormente se dedicó a justificar teóricamente al movimiento Bauhaus en Francia, dando clases de arte y de arquitectura en la escuela que lleva el nombre de la corriente artística. 

Es uno de los mayores artistas del siglo XX, uno de los pintores más disruptores de la historia y uno de los pocos protagonistas en varias de las corrientes más influyentes del siglo pasado. Se trata de una exposición imperdible.