Por: Kika Jurado/ @kikajurado
El aclamado diario The Wall Street Journal publicó un curioso artículo acerca de un grupo de amigos en Spokane, Washington que lleva 30 años ininterrumpidos jugando a “las atrapadas”. Bill Akers, Patrick Schultheis, Sean Raftis y Mike Konesky siguen esta tradición anual aunque ya no viven en la misma ciudad. Disfraces, boletos de avión, arrestos y policías no han impedido que este grupo de amigos siga con esta peculiar tradición.
La premisa de “¡Te Atrapé!” del director Jeff Tomsic parece bastante prometedora basándose en esta insólita historia real, las peripecias y planes elaborados que un grupo de amigos diseñan por tantos meses para atrapar al otro deberían de ser material para un buen guion, pero ni Rob McKittrick ni Mark Steilen lograron construir una historia que divirtiera y que valiera la pena, al contrario, la película logra ser un tributo tremendo a la estupidez del grupo social americano conocido como WASP (White Anglo-Saxon Protestant).
La película protagonizada por Ed Helms, Jon Hamm, Jeremy Renner, Jake Johnson, Hannibal Buress, e Isla Fisher cuenta la historia de Hoagie quién fiel a su tradición decide tomar un empleo como intendente en la compañía de su amigo Bob Callahan con el simple propósito de atraparlo sin que él lo note. Una reportera del Wall Street Journal está entrevistándolo cuándo el tacleo ocurre y se inaugura el mes tan esperado por el grupo de amigos. Al contarle lo ocurrido, la reportera decide seguirlos y armar un artículo especial. El objetivo principal, es atrapar a Jerry el único miembro del grupo que nunca ha sido atrapado y que va a casarse en los siguientes días. Día con día, el grupo de amigos se va reclutando mientras su lema es repetido constantemente, -“No dejamos de jugar porque crecimos. Crecimos porque dejamos de jugar”-.
El humor que es utilizado en esta comedia es sumamente soso, si bien el elenco es sumamente atractivo, la construcción de personajes no les hace ningún tipo de justicia al contrario los sintetiza de una forma irritante y vulgar. La nominada al Oscar, Isla Fisher en psicópata competitiva es lo más rescatable de las actuaciones que sin duda dejan muy mal parado al gran Jon Hamm y ridiculizan al héroe de acción Jeremy Renner. La dirección de la cinta logra un espectáculo absurdo de un grupo de adultos inmaduros que resume muy bien el comportamiento sociológico del white people humor que no embona con todo tipo de audiencia.
Si bien la sensación de la película pareciera un poco el estilo de grandes cintas de comedia como The Hangover (2009), tristemente se queda en una percepción de ello y es solo un ejercicio grotesco y mal colocado que se vende con el “basado en una historia real” para provocar erróneamente a la audiencia.