Deafheaven – Ordinary Corrupt Human Love #WARPReviews

Calificación

9.0

Deafheaven

Anti-Records

// Por: Oscar Adame

jue 12 julio, 2018

Artista: Deafheaven

A lo largo de los últimos ocho años Deafheaven no ha dejado de sorprender, el cuarteto de San Francisco que llevó al mainstream al post-metal y que logró interesar a toda una generación de internautas en géneros que normalmente se consideran obscuros ha pasado de ser la banda más representativa de una mezcla de sonoridades extravagante a pervertir esa mezcla con cada lanzamiento que pone sobre la mesa cada vez más. 

En Ordinary Corrupt Human Love (2018), la banda ha dado un paso correcto en la forma en cómo se puede expresar mediante la música, integrando preciosas melodías a piano, líneas de guitarra cercanas al rock alternativo y segmentos en los cuales se olvidan por completo de los guturales para experimentar con sonidos atmosféricos y canciones pop a las frágiles melodías que se esconden sobre capas ensordecedoras de guitarras repletas de efectos que nos presentaron previamente en Sunbather (2013), álbum que se colocó en lo más alto de las listas de los mejores materiales del año y que fue reconocido como el séptimo disco mejor calificado en la historia de Metacritic.

No era para menos, la música sí resultaba refrescante, pero lo mejor que tenía el material era la brillantes e intensidad con la cual se narraba una historia de soledad repleta de drogas y de sentimientos suicidas. Pese a todo, lo que comunica Deafheaven siempre se ha sentido romántico. Los relatos de George Clarke terminan con una líneas de amor a una pasada amada, al mundo o a la vida  y cuando las melodías de Kevin McCoy salen a la luz de entre tanto grito y violencia sonora, se muestran varios de los paisajes más hermosos que se han compuesto en la presente década. 

Contrario a sus antecesores, este disco empieza presumiendo el genio que tiene el compositor para construir canciones hermosas que cargan con un tinte de la época romance. La melodía de piano que se asoma de entre un paisaje sonoro que nos coloca dentro de un automóvil en un día lluvioso es una bocanada de aire fresco para la banda que a lo largo de la canción logra crear una joya narrativa que nos introduce al personaje principal del disco: el escucha que está divagando en su trayecto por la ciudad, pensando en aquella amante del pasado y en el cómo recuperar el amor propio. 

En este material la banda no sólo creció musicalmente, también lo hicieron como narradores, abriendo con un poema leído por Nadia Kury a la Godspeed You! Black Emperor que describe al sujeto dentro del automóvil, -“Está sujeto, cambiando su atención a la ventana sobre el camino, de regreso a su cabeza el dolor lo vuelve a consumir y pestañea entre lágrimas atravesando la obscuridad del túnel, buscando lo que ha quedado de la luz“-, describe previo a la entrada de George Clarke, quien despierta, -“All the world will know of you, of all things love, of all things true”-. Haciendo uso de símbolos narrativos y del paisaje sonoro, la banda nos dice qué es lo que debemos de hacer en nuestro viaje más importante, la vida. 

Las guitarras son brillantes a lo largo de toda la pieza, la batería tiene tintes jazzísticos y los up-tempos no sólo son violentos, también traen consigo una cantidad risible de solos de guitarra magníficos que paran con la introducción de un sintetizador industrial y es que Deafheaven está compuesto de tantos polos opuestos como la vida misma. No pasan muchos segundos para que llegue una instrumentación pesada a romper con la paz surgida de ‘You Without End’. 

‘Honeycomb’ se desenvuelve en la forma natural en la cual las canciones de Deafheaven se desarrollan. Presenta una fuerte influencia del post-rock en sus largos instrumentales que se repiten hasta que se atraviesa un rompimiento armónico, un cambio en el tempo de la canción tras un salto, o un largo silencio que deriva en la progresión de las escalas y arpegios de las guitarras que sirven como base para la pieza. Es una canción de más de 18 minutos que pasa por una cantidad significativa de cambios en su progresión. 

Las líricas escritas por George Clarke no resultan abstractas si se relacionan con el tema anterior. Con referencias a Julio Cortazar, trata de expresar el amor que tiene por la vida con segmentos de los escritos del aclamado novelista argentino. -“My love is a nervous child lapping from the glowing lagos of their presence a field of flowers“-, grita, desgarrándose por completo la garganta mientras la fuerza de las guitarras se torna ensordecedora previo a un solo de guitarra tan pop que parece sacado de una canción de los Foo Fighters. 

En ‘Canary Yellow’ la estructura no cambia mucho, aunque la ensordecedora sobrexposición de elementos ha sido cambiada a favor de tener riffs de guitarra melódicas que recuerdan más al trabajo de una banda emo como American Football y menos al metal que los ha caracterizado. En este tema, el trabajo de Kevin McCoy es hermoso.  Toda la canción contiene largos pasajes instrumentales, preciosas escalas y progresiones en todos sus instrumentos, pero el tema brilla al entrar a su tercer acto, en el minuto 8, cuando las guitarras rítmicas toman posesión de la pieza y empiezan a sonar cantos corales al fondo declarando lo mucho que se extraña a una pasada amante, -“On and on and on we chotee on, my lover’s blood rushes right trough me”-, con George Clarke rematando cada frase con sus gritos guturales, -“My lover’s blood“-. 

La banda se detiene a experimentar con mayor precisión en ‘Near’, cuyas guitarras y producción ‘Wall of Sound’ la colocan inmediatamente como una canción proto-Slowdive. La melodía cabizbaja y la lírica derrotista bien podría recordar al demo de canciones como ‘Dagger’ o ‘Alisson’. Lo más distinguido de la pieza es que es la primera vez que escuchamos a George armonizar sin sus famosos guturales y sin este dramatismo screamo que lo caracteriza. 

En ‘Night People’ este cambio termina por ser algo importantísimo, pues con Chelsea Wolve como acompañante, el vocalista canta una canción romántica de forma cliché que inicia con unos golpes a un piano, que contiene redobles de tambores y una atmósfera opresiva en el fondo. Sin embargo, la melodía es preciosa, la interpretación de ambos soberbia y los cambios en el ritmo son tan enérgicos como los barridos de guitarra que remarcan el dolor expuesto por los intérpretes en su canto. -“And the black sand of your body slipped throught, I found myself at your side”-, cantan mientras entran más elementos industriales a hacer más pesada la pieza. 

Al final, la canción cae de entre tanta tensión remarcada no sólo en la música, si no también en la serie de declaraciones amorosas que ambos cantantes se dedican entre sí. Es una canción de desamor simplemente desgarradora y una gran sorpresa dentro de la discografía de la banda, es el tipo de canción que no creí escuchar nunca de Deafhevaen. 

El disco cierra con ‘Worthless Animal’, una pieza que inicia con una guitarra atmosférica a la cual se le une un canto gutural bastante más apaciguado de lo normal de Gary. A lo largo de sus diez minutos de duración se unen varios elementos que construyen sobre la melodía cíclica de la primera guitarra una canción psicodélica que recuerda un poco a lo realizado previamente por la banda en ‘Baby Blue’ de New Bermuda (2013)

Ordinary Corrupt Human Love (2018) es un disco prácticamente perfecto que se suma a una de las discogrfías más redondas e interesantes en la música moderna. Pese al odio que han generado dentro de la comunidad metalera, Deafheaven se mantiene como la agrupación más importante del género en estos momentos por una razón muy sencilla y es que siguen innovando en su búsqueda por contar historias interesantes y llenas de emotividad vistiendo sus elementos significativos, pero no limitándose a ellos.