Por: Fernanda Piña
El ingenio español es famoso entre todos los países de habla hispana desde tiempos lejanos y Love of Lesbian tiene a uno de los herederos de ese ingenio en Santi Balmes.
Tras veinte años de trayectoria, la banda catalana ha sabido encontrar el balance entre poesía e irreverencia, característica que al público mexicano le ha caído muy bien pues a fin de cuentas compartimos una misma esencia, nos da por mezclar lo serio con el buen humor.
Ha sido tal el gusto de los fanáticos mexicanos, que el grupo ibérico ha pasado en sólo cinco años de tocar en un bar a celebrar su vigésimo aniversario el próximo 18 de octubre en uno de los escenarios más icónicos de la Ciudad de México, el del Auditorio Nacional. Además, los avalan sus sold outs en recintos como el Lunario, el Teatro Metropólitan, el Plaza Condesa y su poder de convocatoria en las veces que se han presentado en el Vive Latino.
Santi Balmes ha encontrado dos perspectivas de vida, la castellana y la catalana. Ha explorado como pocos el territorio español a través de su música y conoce la esencia de cada región. Poca gente hay en España a la que le guste Love of Lesbian y no haya visto a la agrupación en vivo. Lo mismo está ocurriendo en México, ya somos muchos los que hemos estado en más de uno de sus shows. La magia no se ha acabado, sigue intacta, pues Love of Lesbian -“como el arte es una droga aparte, que tomas sin saber que te dan, dan, dan”-.
Love of Lesbian es el lenguaje metafórico que se asoma entre nuestra vida prosaica. Es una agrupación que invita a soñar entre palabras que uno acoge en su hogar y que, si se atraen, lo mejor es dejar que se unan entre ellas.
El arte de su concierto de aniversario fue censurado en México, ¿qué pensaste al respecto?
No me causó ningún tipo de sorpresa. Teniendo en cuenta que una red como Instagram casi obliga a pixelear los pezones de las mujeres pues me parece que estamos dentro de una dinámica muy demagógica y casi delirante. Hasta cierto punto también me hace gracia porque, en tiempos de internet, censurar algo es invitar a que se propague de otras maneras, con lo cual la gente de México que ha querido interesarse por este cartel lo tiene igual que cualquiera.
Ahora que ya llevan mucho tiempo explorando El Poeta Halley, ¿qué es lo que les ha aportado y enseñado este disco?
Ha sido como una reafirmación de que el público está ávido por escuchar propuestas líricas que no sean las habituales. La gente a la cual nos dirigimos y a la cual llega nuestra música es muy curiosa y sigue manteniendo esa inquietud de escuchar tanto el pop como canciones que huyen del formato pop y se convierten en otra cosa. Adquieres más seguridad a la hora de afrontar nuevos retos porque la gente está ahí esperándolos.
La cuestión de la lírica ha sido importante en la cultura española y en la cultura catalana, ¿consideras que eres parte de esa dinámica?
Yo no dejo de ser una persona que vive en España y que piensa en catalán. Ese embrión en catalán se traspasa al castellano y hay una mezcla de maneras de pensar que vienen condicionadas con la lengua. Se hizo un experimento con gente mexicana que vivía en Estados Unidos que tenía una manera de pensar distinta cuando hablaban inglés y cuando hablaban castellano.
Nuestra manera de afrontar la vida es muy catalana. Tenemos esa parte, en un momento dado, más delirante o más a cuchillo, que sería la parte más castellana. De esa mezcla yo creo que sí surge algo interesante.
Tú, como vocalista y compositor, ¿concibes la música como poesía?
Por supuesto. Hay una cadencia interna, una rítmica. Hay un cierto orden a partir del caos que configura tanto una arquitectura poética como una arquitectura musical. La suerte es que lo tenemos incorporado, no sé si es por talento o por horas de práctica, horas de vuelo. Casi te diría que me siento más cómodo expresándome en un lenguaje lírico que en el habitual de la calle. En el lenguaje coloquial pasas por encima de las cosas, no profundizas.
Has escrito varios libros, ¿cómo decides qué parte de lo que escribes acaba en un libro y qué termina por convertirse en una canción de Love of Lesbian?
Yo diría que es el instinto. El instinto al final acaba mandando. Realmente puedes forzar las cosas también. Recuerdo que para los primeros discos adapté en letras de Love of Lesbian relatos que tenía de más de veinte páginas y los condensé en canciones de cuatro minutos y también es interesante. Ahora cuando escribo líneas estoy viendo la pantalla y me fijo en si las estoy cantando o las estoy leyendo. Si las estoy cantando para mi interior, ya sé que son susceptibles de ir a parar a una canción. Hay otras que no, que las estoy leyendo en silencio y ya sé, automáticamente, que va a ser un relato, una poesía o más capítulos de una novela.
¿Cómo ha cambiado el proceso creativo de Love of Lesbian en veinte años de trayectoria?
Ahora estamos en un momento en el cual no hace falta que estemos tantas horas ensayando o componiendo para llegar a un punto interesante. De alguna manera hemos aprendido a separar la paja de la aguja. Ya sabes que hay procesos que no te van a llevar a nada. Con la edad ya tenemos el ojo bastante entrenado. Antes éramos más prolíficos, o al menos yo como compositor. Sacaba cien canciones en medio año de las cuales sólo valían la pena tres o cuatro. Ahora hago muchas menos, pero estoy convencido de lo que hago en todas y el margen de acierto es casi el cien por ciento, pero es por adquirir las técnicas, lo que se le llama la maestría. Como un maestro zapatero, que es alguien que conoce bien su oficio, sabe qué días tiene buenos para hacer un zapato y qué días es mejor que se dedique a vender lo que ya ha fabricado.
La canción de El poeta Halley habla de forma muy inspiradora sobre las palabras. ¿Qué peso tiene la palabra en la música de Love of Lesbian?
Muchísimo. Empezamos haciendo canciones en inglés y cuando estaba componiendo en casa y tenía una melodía ya sabía que tenía la canción entera. Ahora, aunque tenga la melodía, sé que tengo el cincuenta por ciento de la canción y si no le encuentro la letra adecuada puede quedarse años en un cajón.
Con respecto a Palabrera, que es la parte final de la canción, es un ejemplo claro. Es un poema que se está empezando a poner en clases de castellano tanto en España como en Latinoamérica. Me parece que es un fragmento que puede trascender del disco y de nuestra carrera, que tiene vida propia en otros ámbitos. Ese es un objetivo que tampoco es obligatorio. No se le pide a una banda pop que llegue a este punto tan experimental y que ha sido tan grato para nosotros. No aseguramos que vayamos a repetir una experiencia, un experimento, como esa canción, como El poeta Halley, pero desde luego te puedo decir que estamos muy orgullosos de que ese tema esté en nuestra discografía. Nos daría mucha envidia que lo tuviera otra banda, incluso más allá de un hit.
La presencia de Joan Manuel Serrat en la canción le otorga algo especial, ¿consideras invaluable su colaboración?
Es una barbaridad cómo lo recitó y lo hizo suyo. Es esa maestría de la que hablábamos. Le dimos el poema, le pusimos la canción y al cabo de veinte minutos ya estábamos tomando algo con él porque ya había grabado. A eso me refiero cuando hablo de que la experiencia te confiere esa capacidad de recibir una información, adaptarla a tu personalidad y plasmarla en mucho menos tiempo que cuando eras joven.
Sobre su concierto de aniversario en México, ¿tienen a alguien pensado para abrir esa fecha?, ¿les gustaría que fueran músicos españoles o mexicanos?
Segunda opción. La presencia de un grupo español no dejaría de ser un añadido más, pero para mí resultaría más interesante que fuera un grupo local para compartir experiencias, compartir público. Me parece que es lo normal y lo justo. No digo que no haya la posibilidad de tener algún invitado español pero, cuando hablamos de la banda que podría tocar antes, sería mucho más interesante que fuera una banda de México, al menos para nosotros. Es como lo estamos planteando, no tenemos nada seguro, pero eso es lo que estamos buscando.
Es más bien por un intercambio de culturas, ¿no?
Sí, porque si no, parece que eres un poco dejado con lo que pasa ahí en México y no me parece que sea la opción ni correcta ni aconsejable ni la que nos sale a nosotros del corazón.
Ahora que se está llevando a cabo el Mundial y que a ustedes les gusta mucho el futbol, ¿a qué jugador de la Selección Española le dedicarías una canción de Love of Lesbian y qué canción sería?
Bueno, no sé. Todos nosotros, al ser del Barça, tenemos una especial debilidad por Andrés Iniesta. Ha sido un ejemplo en todos los sentidos, como jugador y como persona. Yo creo que le dedicaríamos El poeta Halley porque es una canción muy mágica y él, cuando ha tenido días inspirados, ha hecho magia con los pies y con el balón.