Hoy, más que nunca, el uso de tecnologías en el arte está presente. En la actualidad el interés por este tipo de exploraciones ha crecido significativamente, consolidando la experiencia museográfica como un nuevo ejercicio de interactividad, en el cual, el observador está en un diálogo constante con la pieza y, el contenido, se convierte en un vinculo entre el artista, sus herramientas y el público.
Björk Digital. Música y Realidad Virtual es una propuesta ambiciosa, que incluye una serie de experiencias inmersivas entre contenidos 360°, uso de apps (Biophilia), video y de realidad virtual (RV), en la cual, la artista islandesa hila, a través de seis piezas la música de su álbum Vulnicura, vinculadas con sus propias emociones a través de momentos definitivos de su vida personal y profesional.
Vulnicura, el álbum lanzado en 2015, octavo en la carrera de Björk, sirve como una expresión profunda y conmovedora de un proceso de autocuración, luego de la separación de su esposo Matthew Barney, suceso que la llevó a crear este asombroso disco como catarsis funcional e inspirador.
La propuesta de Björk permite que un mayor número de personas tengan un encuentro con múltiples posibilidades expresivas, narrativas y educativas que se abren en el cruce entre las tecnologías digitales y el arte. El encuentro se puede dar en diferentes niveles de interacción: por un lado, el espectador se puede quedar en la narrativa visual y musical, la que predomina en la experiencia, la parte del entretenimiento y el espectáculo. Por otro lado, explora a profundidad la posibilidad de apropiarse de la narración a nivel personal, incluso si profundizamos lo suficiente, se llega a reflexionar acerca de la misma realidad y a comprender los cruces entre ciencia, tecnología y el arte como un proceso vivo.
¿Qué pasa cuando tomamos las experiencias inmersivas como punto de partida para abrir un espacio de reflexión y exploramos desde una mirada más crítica lo que nos ofrecen estas tecnologías?
La virtualidad es un concepto que no se contrapone a lo real. Es otro tipo de realidad, una que todavía no se manifiesta. Así, la RV parece una idea contradictoria, pero, de hecho, podemos pensarla como un tipo de realidad que se está construyendo continuamente, una realidad que no está nunca terminada, sino que se mantiene flexible y, maleable, donde por supuesto el espectador es una pieza clave de la definición de esa realidad al interactuar con ella.
Como Frank Rose escribe en su libro, The Art of Immersion: Usamos historias para dar sentido al mundo y compartir el entendimiento con los demás. Son la señal dentro del ruido. Bjork Digital. Música y realidad virtual hace exactamente eso de esta experiencia. Caminamos con Björk a través de sus momentos más íntimos y oscuros, estamos inmersos en sus luchas, sus pensamientos internos y su vida. En esta experiencia podemos comprender quién es realmente Björk: un ser humano como nosotros.
Esta es la clave para entender la importancia de la experiencia, historias como las de Björk se vuelven universales en su significado, pues encontramos patrones reconocibles con los que nos relacionamos. Sin embargo, hay un valor agregado en la forma en que se cuenta esta historia en particular, aunque las historias en sí son universales, la forma en las que elegimos contarlas se transforma con la tecnología disponible. Con la RV, el espacio digital permite una serie de interacciones simuladas, una versión expandida de la realidad que potencializa la experiencia en la que podemos ser cualquier cosa dentro de este campo expandido.
Asímismo, las narrativas que están presentes en la RV cuestionan el modo en que se construye la experiencia misma, por un lado, el conocimiento de la realidad, por el otro, las que posibilitan un sin fin de cruces entre las disciplinas que, de otro modo, en los sistemas de conocimiento tradicionales no serían posibles.
Básicamente, en las experiencias inmersivas de RV se puede invertir el proceso de aprendizaje, es decir: en vez de partir de una codificación del conocimiento que se transmite para que el individuo lo aplique y construya una experiencia, en la RV, se parte de la experiencia y de un tipo de interacción flexible con la realidad digital que puede reconstruirse como conocimiento.
Así, proyectos como el de Bjork Digital. Música y realidad virtual buscan construir un pensamiento no lineal: una experiencia, en la cual, por el cruce de diversas disciplinas, el individuo formula sus propias reflexiones.
Los artistas se interesan cada vez más por la capacidad que tienen las tecnologías digitales de generar espacios de reflexión, que se comportan de manera flexible, que generan nuevos cruces entre conocimientos y vivencias, que verdaderamente posibilitan una expansión de la experiencia.
La compleja propuesta visual y narrativa de Bjork Digital. Música y realidad virtual invita a involucrarnos de un modo muy completo en el universo de la Realidad Virtual y a otros entornos digitales. Esto nos lleva mucho más allá al no solo conocer las emociones, las canciones y las historias nacidas en la vida y mente de Björk, nos lleva a entender y reflexionar sobre las muchas realidades en las que hoy habitamos, las consecuencias en nuestra percepción del mundo y de nosotros mismos.