Por Cristina Orozco
Dice el refrán popular: “más vale malo conocido que bueno por conocer”. Conforme se acerca la fecha para emitir el voto que llevará a Palacio Nacional al puntero de las encuestas, los ciudadanos estamos más que abrumados. Del PRI ni hablar y, un PAN liderado por Ricardo Anaya, quien ahora es investigado en España por lavado de dinero, y que se aprovechó de la estructura de su partido para hacerse de la candidatura creando alianzas y quedar como candidato, nos garantiza que poco sabe de ética y mucho de torcer las formas a su favor.
Así como en los Estados Unidos hubo grupos de amigos y familias que se distanciaron por razones políticas durante el periodo electoral, unos defendían a Donald Trump y otros a Hillary Clinton, en México estamos en la misma situación. Familiares y amigos preguntan incrédulos: “¿votar por AMLO?” y otros más “¿votar por ANAYA?”
Después del primer debate Andrés Manuel López sigue a la cabeza en las encuestas. Ganó porque no perdió puntos, aún y cuando, su presentación dejó incógnitas. No contestó concretamente a los cuestionamientos hechos por los moderadores. Sin embargo, su popularidad es imparable mientras que los candidatos del PAN y PRI van muy detrás por el segundo y tercer lugar.
En la casa de campaña del PRI están desesperados, el candidato no levanta, y no es solo por el candidato, es por la clase política que sostiene a ese partido: signo de la corrupción. Nadie comenta que, durante el debate y los pos debates, Coahuila fue referente nacional, ¡pero por corrupción! Y, que los medios de información en Coahuila en el marco de la aprobación de la Ley Chayote no se refieran a estas menciones durante el debate no significa que los ciudadanos le demos vuelta a la hoja. Con estos compañeros de viaje, José Antonio Meade recorre el país en busca del voto de los mexicanos.
En propuestas dicen que ganó Anaya, pero por más, ar-ti- cu- la- do, que sea no dijo nada nuevo. De Meade, Margarita y el Bronco, los memes hicieron historia. Ganó el voto indeciso; según las encuestas después del primer debate AMLO se mantuvo en primer lugar; seguido por los indecisos que no se “abren de capa”.
El primer debate nos dejó tan perplejos como antes. ¿Por quién votar?
Pareciera que el PRI y el PAN le ofrecen la presidencia a Andrés Manuel López Obrador en bandeja de plata. Si usted ha tenido la oportunidad de escuchar las mesas de análisis y debate entre los representantes de cada partido, comprobará que mientras los del PRI y PAN se van a la ofensiva y defensiva, los representantes de Morena exponen las propuestas del Plan de Nación en el cual están puestas las esperanzas de la mayoría de los mexicanos.
¿Qué es lo que cualquier mexicano le demandaría al gobierno de AMLO? Seguridad ciudadana, empleo, servicio médico digno y educación… que imponga controles eficaces de transparencia en la administración pública, que no vuelva a ser fácil el desvío de dinero público. Modificar el código penal y cuando funcionarios públicos sean participes de delitos, se les castigue severamente.
El pobre desempeño se lo lleva al cabo, el Senado de la República y la Cámara de Diputados que aprueban leyes que no cumplen con los mínimos criterios humanitarios y legales internacionales ni benefician a los mexicanos, por el contrario, van en su contra. Con sus decretos pretenden censurar a los medios de comunicación, militarizar el país, colocar fiscales a modo, minimizar los controles de transparencia para facilitar el lavado de dinero y el desvío de fondos públicos y, favorecer a los inversionistas extranjeros y socios. Dejar esto atrás, más la pobreza y la violencia. No estaría nada mal.
“Hay que darle una oportunidad”, dijo el primer astronauta mexicano Rodolfo Neri Vela.