Antonio Sánchez es un artista capaz de transformar el sonido común de la batería en una voz propia dentro de una canción, un hombre que no se oculta detrás de otros músicos en el escenario, un visionario del sonido que consiguió romper las barreras entre los bateristas y la composición y que a sus 46 años ha puesto el nombre de México en alto.
El “Bad Hombre”, como se le conoce recientemente, vivió toda su vida en contacto íntimo con la música, su historia se traduce en una melodía y quienes forman parte de ella, familia y amigos, componen el ritmo, la armonía y los motivos. Desde los cinco años convivió de manera inconsciente con el arte. Su abuelo, Don Ignacio López Tarso, fue parte fundamental en su formación como músico y lo impulsó a alcanzar cada día una meta distinta.
El próximo 1 de diciembre, Antonio Sánchez presentará junto a su banda Migration a su más reciente álbum Lines In The Sand (2019) dentro de las instalaciones del Teatro Ángela Peralta de la Ciudad de México. Se trata de un material dentro del cual convirtió su ira política en una conmovedora colección de canciones de jazz que protestan ante las injusticias del actual clima político.
Los boletos se pueden adquirir a través del Sistema de Boletia y tienen los siguientes costos en pesos mexicanos: Zona A $90/ Zona B $650/ Zona C $450/ Zona D $250.
Antonio, cuéntame, tras el éxito obtenido con el score de Birdman y de presentarlo en un lugar como el Teatro Metropólitan, ahora llega el Auditorio Nacional uno de los escenarios más importantes de nuestro país. ¿Cómo te sientes al respecto?
Es algo increíble. He tocado en muchos auditorios alrededor del mundo pero el Auditorio Nacional siempre tendrá un impacto especial para mí ya que siempre ha sido un sueño presentarme en ese legendario recinto. Hace algunos años toqué ahí con Wynton Marsalis y la Lincoln Center Jazz Orchestra pero gracias a Birdman yo debo ser el único baterista en el mundo que tiene el privilegio de presentarse en este tipo de escenarios siendo el único músico en escena.
Nunca me imaginé que tendría este tipo de oportunidades así que le estoy muy agradecido a Iñárritu por haberme permitido ser parte de este proyecto, a Alejandro Franco y todo el equipo de WARP por tener fe en mí. Va a ser una experiencia inolvidable y tendré algo especial preparado para el público mexicano que es mi favorito.
El jazz le dio sentido a su vida. Antonio acostumbraba tocar en proyectos influenciados por bandas como Rush, Led Zeppelin o The Who, pero desde que el jazz llegó a él, nada volvió a ser lo mismo.
Descubrí el jazz fusión con gente como Chick Corea o John Coltrane y el jazz latino con exponentes como Gonzalo Rubalcaba, posteriormente me fui a estudiar a Berkeley y fue ahí en donde empecé a meterme en el género.
En México las oportunidades para tocar rock eran bastante limitadas y además me frustré por tener que vestirme de cierta manera o con cierto look. Parecía no ser tanto por la música si no más por la imagen que proyectaba la banda.
Para convertirse en un artista versátil Antonio pasó por otros instrumentos. El piano fue parte fundamental en su formación y fue el instrumento con el que concretó sus canciones. La teoría complementó su visión y lo convirtió en músico antes que en baterista:
Siempre he dicho que debes considerarte músico antes que baterista. Es diferente un músico que tiene mentalidad de músico a un baterista que solo toca y está interesado en pegarle a los tambores. Esa siempre ha sido una de mis metas ser músico primero y baterista después.
La batería no volvió a ser la misma ante los ojos del mundo. Antonio le dio un significado hermoso a un instrumento que en ocasiones pasaba desapercibido. Escucharlo en vivo es una experiencia de otro mundo, la armonía que produce al zumbar los platillos y la atmósfera con la que envuelve un escenario son únicas:
Siempre hablo de la capacidad melódica de la batería porque yo la considero una mini orquesta. Para convertirme en un baterista más melódico tuve que escuchar a guitarristas, pianistas, trompetistas, saxofonistas y vocalistas y eso me ayudó a pensar de un modo diferente.
Cuando compongo comienzo ya sea con el piano o con la voz de ahí parto pero en todo momento estoy imaginando en mi cabeza la batería.
Antonio no sólo ejecuta sino que cuenta historias a través de su música. Un comunicador que construye frases con ritmo y lo transmite con emoción sobre el escenario, alguien que no toca por reflejo sino que siente la música y la lleva al punto más alto:
Creo que es muy fácil tocar por reflejo sobre todo cuando llevas mucho tiempo haciéndolo y no construyes ideas o melodías. Siempre hago hincapié en que se debe contar una historia porque la música es como el lenguaje. Si uno escucha lo que ha hecho Miles Davis o Charlie parker ellos exponen un tema y lo desarrollan. Construyen frases y solos y hacen que resuenen en la memoria de la gente.
Sus discos proyectan un sonido abstracto, casi experimental, que sublimemente nos conduce a través de un relato. Un inicio, un clímax y un desenlace pensados a propósito y empezados a construir a partir de una idea básica, un tarareo que Antonio imagina y que pronto traduce en ondas sonoras:
Me siento en el piano empiezo a hacer sonoridades y trato de hacer una melodia que pueda cantar y que me guste y que sea pegajosa. Siempre estoy pensando a la par en lo que estará haciendo la batería y el bajo. Nunca es el mismo sistema que utilizo pero generalmente lo que trato de hacer es contar algo, exponer un tema.
Esta narrativa está presente en Meridian Suite (2015) el último disco que lanzó junto a su proyecto Migration, una suite dividida en cinco partes descrita por él mismo como un intento de novela musical:
En una novela tienes tiempo de probar tus personajes como si estuvieras escribiendo un cuento, así que pensé en mis personajes y los convertí en las ideas rítmicas, melódicas y armónicas, las fui modificando y desarrollando como un experimento. Esto fue muy interesante para mí como compositor y contador de historias.
Entre tantos proyectos en los que está involucrado, el multiinstrumentista busca el tiempo para dedicarse a lo suyo, para satisfacer su deseo incontrolable de creación y poder conocer nuevos horizontes a los que pueda llegar a través de la música:
Siempre estoy trabajando en cosas propias. Generalmente es lo que más hago ahora, ya no toco tanto con otros artistas. El último disco que hice, Bad Hombre (2017), es un disco solista en el que yo toco todos los instrumentos. También estoy por grabar un nuevo material con mi grupo Migration que es toda música original mía. Estoy sacando un disco de big band que también está arreglado por mí, ya no estoy colaborando con otros músicos porque siento que ha llegado el momento de hacer mis propias cosas y hacer lo que a mí me gusta.
Uno de los papeles más importantes que Antonio ha jugado en su carrera fue realizar el score para la ganadora del Óscar, Birdman (2014), un trabajo musical en el que radican las emociones generales de la película y aumentan con el toque sofisticado, de locura y misterio de Antonio, que marca el ritmo de cada escena. De esto derivó su gusto por el tema audiovisual:
Hice dos películas más después de Birdman, un documental español llamado Política (2016) y una película inglesa llamada El Hipopótamo (2017). También he estado haciendo la música para una serie de televisión que se llama Get Shorty (2017) basada en un film de los 90 con Danny Devito y John Travolta que ahora es serie y grabé la primera temporada y ya vamos por la segunda.
Son pocas las cosas a las que Antonio se hubiera dedicado de no ser músico, la primera ser pianista, la segunda deportista y la tercera piloto, tres ejemplos que demuestran la disciplina que como persona posee.
Me hubiera gustado ser pianista, artista plástico, tal vez piloto, me encantan los aviones, o deportista de alto rendimiento. Fui gimnasta por un tiempo pero lo malo del deporte es que la vida profesional se acaba bastante rápido, pero haber jugado o practicado un deporte a alto nivel me hubiera encantado.
Por último y al ser cuestionado sobre la música en la juventud, Antonio invita a los fieles a la batería a no decepcionarse por los altibajos, a creer en ellos mismos y a hacerlo por amor.
Es un mundo difícil, hermoso, divertido, frustrante, decepcionante, exorbitantemente excitante, es todo al mismo tiempo, vas a tener altibajos durante toda tu carrera. La competencia es dura pero la satisfacción es increíble. Como mexicano uno tiende a pensar que tiene ciertas trabas, pero lo vemos en Hollywood, como estos tres mexicanos que están arrasando cada año con los premios y creo que esa es la mentalidad que se necesita, la mentalidad de que sí podemos hacerlo y seguir luchando.