Por: Alonso Valencia
Las noches de juegos son una tradición muy americana, que de alguna forma u otra ha llegado en cierta manera a Latinoamérica.
Las parejas de amigos se juntan para jugar Mímica, Scrabble, Monopoly o Pictionary, aunque también hay otro tipo de personas que disfrutan de una buena campaña de Dungeons and Dragons, o de algún juego de estrategia más complejo que los clásicos board games que popularizó Parker and Brothers.
Es aquí donde nace la premisa de Game Night (2018), película que llegará este jueves 5 de abril a todas las salas de México, y en donde Rachel McAdams y Jason Bateman protagonizan una historia de humor, mezclada en cierta manera con un thriller de acción, que de primera mano, promete confundir al espectador, pero que al final parece no llegar del todo a su cometido.
Noche de Juegos es dirigida por John Francis Daley y Jonathan Goldstein; Daley es conocido por su icónico papel como Sam Weir en la serie de culto y hervidero de talento, Freaks and Geeks. Junto a Goldstein, se ganaron a Hollywood el año pasado al escribir Spider-Man: Homecoming (2017), la más reciente cinta del arácnido, ahora dentro del universo cinematográfico de Marvel Comics.
La premisa de Noche de Juegos es muy similar a la de The Game (1997), de David Fincher, en la que Michael Douglas es parte de un juego situado en la vida real, en el que deja de discernir entre la realidad y la ficción.
En Game Night, Kyle Chandler interpreta a Brooks, el hermano exitoso y envidiado de Max (Jason Bateman), quien organiza una noche de juegos para el grupo de amigos que se reúne habitualmente. Esta noche de juegos en especial, está destinada a convertirse en una experiencia de acción, en la que el espectador al igual que en El Juego, no sabe si el secuestro que está ocurriendo, es real o no.
La principal bondad y la principal problemática de la película, es precisamente esta similitud con la cinta de David Fincher, el atractivo por el cual le había seguido personalmente la pista desde su anuncio formal. Las similitudes tanto en la trama como en los caminos que toma la historia, llegan a sentirse hasta cierto grado, como un homenaje a la cinta original, sin dejar de lado otros guiños, en donde incluso, se referencia otra película del mismo director.
La bondad recae en que la premisa de la película aplicada a esta noche de juegos común y corriente, es bastante buena, pero por otro lado, al comparar Noche de Juegos con El Juego, la primera queda muy por debajo.
Ahora, tomemos en cuenta que esta es una comedia. Al igual que con el punto anterior, este se convierte también en un pro y un contra, ya que el humor de la cinta a veces es muy efectivo y un poco referencial, sacándole algunas carcajadas al espectador. Hago hincapié en una escena que involucra una herida de bala en un brazo por demás grandiosa.
Al mismo tiempo, la cinta no se define por largos períodos de tiempo, la seriedad y la comedia a veces chocan, por lo que los puntos dramáticos no tienen importancia por la poca seriedad que le dan los personajes a todo lo que está ocurriendo alrededor de ellos.
A pesar de todo, cabe recalcar que el estilo del filme es único, haciendo uso de maquetas y personajes en miniatura como transiciones y reflectores en varias escenas, además de que las actuaciones protagónicas tanto de Bateman como de Rachel McAdams, son por demás destacables.
Rachel McAdams resulta ser lo mejor de toda la cinta, haciéndonos recordar sus inicios en películas como Mean Girls, y The Hot Chick, con varios momentos por demás hilarantes e incluso encantadores, que suelen sacar a flote la disparidad entre dos géneros que colisionan en este largometraje
En resumen, Game Night no es la comedia que va a venir a cambiar el género, mucho menos es equiparable a la película de la cual proviene, pero sí resulta ser un trabajo con buenos resultados humorísticos con un par de referencias geniales que logran distinguirla de otras comedias americanas genéricas, por lo que es una opción rescatable gracias al trabajo de sus dos protagonistas, sin dejar de lado la participación de Jesse Plemons en un papel secundario que está a un pelo de robarse la película.