Por: Brenda Marquezhoyos
Julia Holter se presentó por primera vez en México en el Ex Convento San Hipólito. Un lugar que también se está lanzando formalmente como venue de espectáculos musicales con el acto de la estadounidense.
Entre cada canción se mostraba agradecida y explicaba un poco su sentir respecto a la ciudad. Era Julia y el público que se concentraba ben media luna hacia el escenario, es importante decir que parece que la gente todavía recibe con novedad este tipo de presentaciones, puesto que más allá de los que disfrutaban, estaban los que querían entender, en ocasiones bastantes dispersos. Los silencios son pausas que dejan continuar a la californiana con su teatralidad, eso le da énfasis a su voz, tan peculiar como haber sido extraída del coro celestial.
El escenario estaba compuesto por un ciclorama con proyecciones que emulaban el espacio, la tonalidad de las luces eran frías; entre azul y morado. Las sombras de Julia Holter y su músico de acompañamiento les daban profundidad, en especial a ella, porque parecía hacer juego con su enigmático atuendo, un vestido negro, largo y un poco entallado, acompañado de su reconocida larga cabellera castaña. Es una mujer estática en el escenario debido al su instrumento esencial, el teclado, con el que jugó toda la noche. Se apreciaba la genialidad y destreza que tiene al tocarlo pero también para acentuar los diversos matices de su voz.
Lo que fue una desfortuna fue el audio, puesto que no estuvo de su lado y en ocasiones tuvo dificultades, las cuales supo resolver, incluso cuando estás provenían de sí; una garganta un poco incomoda. Durante la velada pasó de la fragilidad a la rudeza, con sus interpretaciones; interpretó nuevo material pero también contó con sus insignias ‘Feel You’ y ‘Sea Calls Me Home’, hizo gala de nostalgia con ‘Why Sad Song’, para entonces ya había interpretado ‘Marienbad’ y ‘Horns Surrounding Me’.
Tras de un breve encore que consistió en tomar todas sus partituras y correr hasta mostrar sus coloridas medias rojas, Julia Holter regresó a interpretar el tema final, ‘Betsy on the Roof’. La cereza del pastel se hizo presente cuando hizo el cover de ‘Take This Waltz’, original de Leonard Cohen, gratamente cantada en español, muy buen resultado para ser angloparlante, además fue un gran detalle. Fue la culminación de un día conmemorativo, un día con dedicatoria a la mujer.
Julia Holter más que agradecida, prometió volver, puesto que sus visita era esperada desde su último álbum de estudio Have You in My Wilderness (2015), material que lejos expandir su carrera artística y tocar en diversos lugares como bares, galerías, salas de conciertos, festivales, conciertos al exterior, incluso iglesias, esta última ad hoc con el San Hipólito — ¿será el nuevo venue de culto?— Lo que sí se espera es el regreso de la compositora, con otra dinámica de show, tal vez con más músicos de acompañamiento, similares a otras de sus presentaciones.
Este fue un concierto, completamente hecho por ella, totalmente sincero; simple y hermoso.