Tras terminar la gira promocional de su álbum debut homónimo, Benjamin Booker inició su búsqueda por un lugar donde relajarse, despejar su mente y, en sus palabras, librarse del racismo latente que se vive en Estados Unidos. Su respuesta fue Ciudad de México, donde disfrutó durante un par de años de los cientos de museos, bares y foros que la ciudad ofrece, mismo tiempo en el que el cantautor que mezcla géneros como el garage rock, el blues y el góspel escribió su segundo disco, Witness, en el que expone enérgicamente sus ansiedades y miedos más profundos.
– Hay muchos rumores respecto a tu anterior carrera como periodista musical. He leído que solías hacer preguntas muy extravagantes en tus entrevistas, ¿recuerdas alguna en específico?
«Las preguntas las hacía debido a que estaba muy interesado en la forma en que los músicos componen y producen su música, y eran extrañas porque eran preguntas muy específicas que no tenían un interés general para los lectores de las revistas para las que trabajaba.»
– ¿Por qué te interesaba hacer este tipo de preguntas?
«Estaba muy interesado en hacer música pero en ese momento no sabía cómo se hacía, la forma en cómo llegaba un disco parecía casi un acto de magia, la forma en cómo la música transporta a la gente a otros lugares. Sólo quería saber cómo lo hacían.»
– Entonces en ese punto no hacías música…
«Bueno, no estaba pensando conscientemente en hacer música pero estaba muy interesado aun sin tener el objetivo de escribir una canción.»
– Te quedaste a vivir en CDMX tras tu presentación en Corona Capital, en 2015. ¿Por qué aquí y no en cualquier otro lugar en donde hayas tocado antes?
«Encontré una renta barata y la comida también lo es, por lo que no era un gran riesgo. Esta es una ciudad enorme, con gran variedad de cosas que hacer y la escena musical es grandiosa.»
– Si pudieras vivir en cualquier ciudad, ¿en dónde sería?
«Viviría en Ciudad de México, sin lugar a dudas. Estoy seguro de que todavía no conozco ni el 1% de lo que hay ahí, por lo que decidiría quedarme mucho más tiempo. Siempre hay muchas cosas pasando con la gente, es muy amigable.»
– ¿Tuviste alguna experiencia memorable aquí?
«Toda la experiencia fue memorable. Viví en la frontera de la zona turística, por lo que todos los días visité museos, bares y edificios antiguos. Creo que las canciones que compuse eran difíciles de ser escritas pero la ciudad me hizo disfrutar el hacerlas.»
– Has dicho que llegaste buscando un escape del racismo que se vive en tu ciudad. ¿Encontraste eso en México?
«No diría que hay racismo en México pero sin lugar a dudas hay una división. Hubo fiestas en casas enormes en donde sólo había gente blanca, y eso es porque hay zonas en donde la gente que tiene dinero es blanca, como la colonia Roma o Condesa. Pareciera que las personas no se preocupan por ello, y lo entiendo, no tengo derecho ni conocimientos para profundizar.»
– En tu nuevo álbum los segmentos góspel hablan sobre la desesperanza al no tener fe. ¿Crees que tenerla es algo que el ser humano necesite? ¿Qué tipo de fe es la que quieres?
«Es sobre las organizaciones. Uno de mis escritores favoritos, James Bowling, dice que no necesitamos la fe, y creo que es cierto. El punto es que hay muchos grupos allá afuera que te dicen que tienen las respuestas pero ellos no las tienen, tú las tienes.»
– Como experiodista musical, ¿cómo describirías este nuevo álbum?
«Es un disco cohesivo que tiene un mensaje particular de principio a fin, cuenta una historia. Espero que la gente se dé cuenta de ello, se dé el tiempo de escucharlo por completo y capte lo que trato de decir.»
– La portada de Witness es una imagen muy potente, casi bíblica…
«Sí, me tomé mucho tiempo para pensar cómo sería, quería darle una presencia específica. Se supone que es una pieza de arte en donde pienso lo que digo en el disco; tengo una cara triste en el frente y hay una ventana detrás, con una luz resplandeciendo desde afuera. Lo externo es lo que a mí me dice “atestigua”. Eso es lo que se relaciona con lo que hablo en el disco. Algo que quiero es que la gente la mire y analice mientras escucha el álbum.»
– ¿Crees que nos enseña el ánimo y el tipo de lugar óptimo para disfrutar Witness?
«Por supuesto. La foto representa, básicamente, todo el disco, significa una división entre tu mundo interior y el exterior, el cual puede ser aterrador. El punto del disco es que para llegar a la felicidad que planeas obtener debes confrontar escenas oscuras.»
– ¿Cómo se ve el exterior para ti?
«Es el mundo real. Lo que hay afuera es el separarse de Facebook, Netflix, la televisión y toda es mierda… creo que lo que la gente necesita es preguntarse qué quiere. Eso es a lo que el disco quiere llegar, a que la gente se pregunte qué es lo que quiere hacer con su vida, así que el afuera se ve como este espacio limpio en el que te das cuenta de tu lugar en el mundo.»
– ¿Estás aterrado de un mundo obsesionado con lo social media?
«Creo que desde hace mucho ya nada es natural. Hay mucha filosofía alrededor de esa idea, todo a tu alrededor consume mucha de tu energía y muestra aspectos formulados por el hombre. Antes de ser llamados “humanos” nosotros ya existíamos y ya habíamos hecho bastantes cosas, hasta que nos nombramos de esa forma y creamos el mundo como es ahora. No tiene que ser así, sólo fue formulado de esa forma, nada es la respuesta a nada.»
– Si pudieras dar una «respuesta» para sentirte más humano, ¿cuál sería?
«No creo que alguien tenga una respuesta respecto a lo que está sucediendo. A mi parecer, nunca podrás comprender nada, lo único que puedes hacer es cuidarte, amarte y hacerlo con los tuyos… apreciar la vida.»