Por: José Iván Ruiz Trejo
Para Dante: Las nuevas generaciones también deben rockear.
Las nostalgias nunca mueren. Una de las sensaciones imprescindibles del ser humano no desaparece e, incluso, se vuelve más constante al pasar los años. Bryan Adams se presentó en Palacio de los Deportes para aquellos seres nostálgicos que recordaban mejores años mentales y físicos.
La cita era a las 21:00 horas, y aunque no habría que mentir que el día no ayudo en mucho para tener una entrada buena, los que estaban presentes fueron bastantes ruidosos. Tanto como para que el canadiense de 57 años (con un espíritu de 18) entrara con todo el estilo en el escenario, con una pantalla detrás que sería un acompañante y un actor más en esta presentación estelar.
“Do What Ya Gotta Do’ del nuevo disco Get Up comenzó el estrepitoso concierto. Adams, con un traje negro y una sonrisa permanente, agilizó rápido su español, así como sus canciones ‘Don’t Even Try’ y ‘Run to You’.
Adams bromeó bastante con la gente, empezando primero con su comentario sobre lo que ordenó para cenar en su hotel y la forma en cómo tomarse una selfie. Mientras tanto, los clásicos como ‘Heaven’, bañado en luces que se transformaban en estrellas o ‘This Time’ del célebre ‘Cut As Knife’ seguían mezclándose con nuevos hits como “You Belong To Me” o ‘Go Down Rocky’, así como tocar buenas rolas en acústico como “Here I am”
Sería muy predecible no decir que las más coreadas de la noche fueron “(Everything i do) I do it for you” o “Summer of 69” acompañado de su gran guitarrista Keith Scott, quien se quería robar la noche con solos imposibles como en “It’s only love”. Quiza la nota curiosa y poco agradable fue que, en el momento en que el músico y su banda empezaban con “Somebody” un corte de luz interrumpió la velada por unos minutos y sorprendió a Bryan y su gente, quienes lo tomaron en broma diciendo que “alguien encendió una parrilla y fundió todo allá atrás”.
Con un encore no programado, Adams regresó con toda la actitud para volver a las grandes rolas como ‘Have you ever really loved a woman’ y ’18 til I die’. Sin parar ya el programa, la noche se tornó con añoranza al escuchar ‘C’mon Everybody’ de Eddie Cochran y ‘All shook up’ de Elvis Presley. Con ello, la banda se despidió para dejar al solista en su papel y despedirse como se debía.
Fue ‘Straight from the heart’ y ‘All for love’, la que puso la cereza en éste pastel que fue una gran presentación. Un buen concierto no necesita un lleno para considerarse un éxito. Bryan Adams demostró que un gran artista crecerá contra viento y marea para sentirse cómodo con esos fanáticos que no olvidan que puede seguir vigente su carrera, sean viejas o nuevas canciones en su repertorio.