//Por: Sam Reyes (@SamReyesH)
Italia es sede de cosas tan increíbles como su emoción por el diseño, su cocina famosa en todo el mundo y la catedral de la velocidad: el Autódromo Nazionale di Monza. Una de esas pistas tan tradicionales como míticas que representan emociones, un reto a los pilotos y que ante el orgullo nacional, el fin de semana se vistió de rojo en la tribuna, pero de plata en la pista.
Y es que empezamos con la pole position 69 de Lewis Hamilton, el nuevo líder en ese departamento, superando a Michael Schumacher, Ayrton Senna, Sebastian Vettel y Jim Clark en una marca que seguramente será difícil de superar.
Ahora, una cosa fue calificar por la lluvia que no cesaba en el circuito, complicando el agarre y que provocó el patinón sobre agua de Romain Grosjean y un retraso de casi dos horas en su reanudación, lo que puso a pensar a todos acerca de las llantas, pues no proporcionaban agarre ni seguridad de desplazar el agua con los zurcos en los neumáticos, lo que al final se tradujo en manos para calificar y ante las sanciones y el baile del agua, sólo Lewis Hamilton arrancó en la posición en la que calificó y brillaron los nombres de Lance Stroll para arrancar en la primera línea y Esteban Ocon en tercero. Checo se quedó en la Q2 y salió 11°.
En la casa escarlata, se sufrió con Vettel saliendo sexto, por detrás de Kimi Räikkönen, lo que parecía que no sería fácil para lograr la ansiada victoria en el autódromo de casa. Y se cumplió, no fue sencillo, es más, se complicó en lo que muchos dicen es, un paso hacia atrás en el desarrollo del auto de los italianos.
Arrancar la carrera catapultó a Ocon al segundo lugar y se notó de inmediato la diferencia contra Hamilton que se despegó de inmediato y atrás, el cuello de botella atrapó a Verstappen con Massa y se ponchó en el proceso la llanta del holandés y de pronto, Checo ya rodaba en octavo.
Las emociones no pararon en esas primeras vueltas, pues a pesar de que no llovía como en la calificación, Vettel y Räikkönen no parecían tener todo bajo control, el alemán perdiendo un segundo por vuelta contra Hamilton y Kimi se quejaba del alerón trasero.
A poco, la batalla entre novatos se recrudeció en la pista, pues el canadiense de Williams perseguía al Francés de Force India y la verdad, su duelo trajo buenos dividendos para los patrocinadores de ambos equipos, pues la televisión los siguió por mucho, mucho tiempo esperando el contacto entre ambos que no se dio. Para entonces Stoffel VanDoorne abandonaba tras una buena actuación y se sumó a Jolyon Palmer.
Daniel Ricciardo calladito se asomó de pronto, pues había arrancado en 16 y verlo en cuarto peleando era emocionante hacia el final, pues mientras la carrera agonizaba, Ocon, Stroll, Massa y Checo estaban en un grupo de pelea que no paró, y en esas andaban, cuando Marcus Ericsson abandonó también con la carrera liderada por Hamilton.
Una vuelta para terminar y otra vez, Fernando Alonso se tiene que despedir sin siquiera completar la distancia al tiempo en que en la meta, Hamilton se llevó la gloria para la armadora alemana, arrebatando el liderato del campeonato de pilotos que por sólo tres puntos, pega en el orgullo italiano. Bottas fue segundo y Vettel, no pudo hacer más que terminar tercero con un auto que pareció no caminar tan bien como habían iniciado la temporada.
Hablando de las panteras rosas, Ocón se llevó el sexto, mientras Sergio Pérez al menos rescató un par de puntos del noveno puesto para seguir sumando como el mejor de los equipos perseguidores del campeonato.
Las increíbles velocidades que se alcanzaron en el trazado italiano nos recuerdan que correr a este nivel no es cualquier cosa, de hecho, hace pensar que son súper humanos quienes conducen esos bólidos de la máxima categoría.
La siguiente carrera será la carrera callejera del Gran Premio de Singapur el 17 de Septiembre para dirimir el liderato del campeonato mundial de la Fórmula Uno.