Por: Brenda Marquezhoyos
La cúspide del britpop había llegado en 1994. El grunge parecía haber muerto con Kurt Coabain y Blur sacó su tercer álbum de estudio Parklife cuya canción homónima cumple 25 años de lanzamiento el día de hoy. Pero ¿a qué demonios sonaba el britpop?
Para Graham Coxon es sencillo: sonaba a nada. Para él la música que hacían no habían inventado algo. Modern Life Is Rubbish (1992) fue el disco que impulsó el concepto, un material lleno de reverb y post punk, elementos que se disiparon entre las baladas y coros pegajosos de su predecesor; un llamado de fiesta con Girls & Boys, un canto al amor que no pudo ser en To The End y, por supuesto, el himno de la vida Godínez a cargo de Parklife. Si habían diferencias notables entre un álbum y otro ¿por qué seguían siendo britpop? Había que englobar la música de esa generación para que gracias a ello hoy se tengan playlist del -no- género con las bandas de esa década, sin importar si existe alguna conexión entre una y otra, son de la época.
El hecho de saber que no se había inventado absolutamente nada dio paso a la creación del álbum insignia del cuarteto británico en la vida moderna. Aquel video en el que Albarn aparecía de traje para laborar de la mano de Phil Daniels, quién se dedica a dar un monologo de la vida rutinaria como si el Jimmy ambientado en la Gran Bretaña de Quadrophenia en 1964 hubiera regresado, alineado al sistema, para enseñarle a un Damon desalineado cómo se hacen las cosas.
En 1995, la canción se vio premiada como el mejor single británico y el mejor video dentro de la gala de los Brit Awards, donde Blur también fueron galardonados como la mejor agrupación. Un Damon inocente sugirió que el premio debía ser compartido con Oasis, cosa que antecedió al mito de “la batalla del britpop”. Los Gallagher les respondieron un año más tarde cuando ganaron uno de varios Brit Awards, y la celebración fue a voz de un “Shite-life”.
‘All the people, so many people‘ todavía se canta con fervor dentro de esta canción puesto que en más de una ocasión durante la última década, Phil Daniels se ha reunido con la banda para revivir viejos tiempos sobre un escenario, ninguno de los que aparecen son jovencitos, pero siguen cantando con el espíritu noventero.