//Por: Caro Barragán Lanz
Construido en 1545, el edificio original fue identificado como una muestra del mudéjar portugués. Sufrió importantes daños con el terremoto de 1711 y tuvo que ser reconstruido; en el interior la planta baja presenta arcos rebajados, sobre columnas ambas en piedra tallada. Las paredes de la arcada y de la escaleras se encuentran cubiertas con murales al fresco del pintor tlaxcalteca Desiderio Hernández Xochitiotzin, que representan escenas fundamentales de la historia del estado.
La realización de estos magníficos murales, trabajados al fresco acuarelados al estilo florentino, se proyectaron por vez primera en enero de 1953 en casa del poeta y dramaturgo Miguel N. Lira. Éstos constituyen el “programa plástico más ambicioso de Xochitiotzin”. Son 430 m2 de puros murales y verlos en vivo es más que impresionante; tienen unos colores tan vivos, que no pareciera que estás viendo una pintura sino una fotografía.
Dentro de su historia se sabe que fue la casa de Hernán Cortés por un tiempo. Ha sufrido transformaciones a través del tiempo como resultado de una inundación en el siglo XVII, un terremoto en el siglo XVIII y un incendio a principios de la Revolución Mexicana. Constantes intervenciones han dado como resultado que los tlaxcaltecas se sientan orgullosos de presumir este edificio, ante propios y extraños.
La historia dice que casi ha sido destruido totalmente, la parte más antigua es la parte central donde están los tres arcos de piedra. Éstos representan las tres divinas personas, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, aunque en la actualidad tenga solamente un uso civil, el edificio fue construido en una época en donde predominaba la religiosidad. La fachada actual destaca por su capa de ladrillo, que está recubierta por una capa de “petatillo” de ladrillo, colocada en 1926.
El edificio siempre ha sido el asiento del poder, desde tiempos de la colonia, hasta hoy. En el edificio oriente se ubica el balcón central donde se celebra la ceremonia del “Grito de Independencia”, el 15 de septiembre. En su parte frontal presenta tres veces el escudo de Tlaxcala, tiene un ángel y en la parte de arriba una réplica de la campana de Dolores, fue colocada durante la administración del ex gobernador Joaquín Cisneros Molina.
El Salón de Gobernadores contiene los retratos al óleo de los gobernadores de Tlaxcala hasta nuestros días y en el salón Verde es posible conocer el verdadero rostro de Benito Juárez, en 1972 se colocó su rostro fundido en bronce cuya imagen fue tomada durante su sepelio. Más arriba se ubica el águila porfiriana de frente, flanquean al conjunto dos columnas salomónicas, una enredadera, pilastras adosadas y sus molduras son de color blanco elaboradas en argamasa.
Este Palacio de Gobierno es uno de los primeros que se edificaron en la Nueva España, el arco del edificio poniente es de forma lobulada (forma del lóbulo del oído).
Es una mezcla de la arquitectura árabe, española y reminicencias prehispánicas que los labradores de cantera tlaxcalteca decidieron plasmar, tal vez en su memoria fresca en honor a sus dioses.
La obra de cantera contiene labrada flor de cepmasúchil o flor de muerto, se le denomina “arte pichichi”, haciendo alusión al pago de tributo de la Nueva España a la corona. El Palacio de Gobierno muestra el resultado de la fusión de dos culturas, la española y la indígena.
La piedra y labrado de cantera proviene del actual municipio de Xaltocan, lugar en donde el tallado de la piedra alcanzó niveles de excelencia por su perfección El tallado de la cantera nos muestra en la actualidad flores de zapote, plantas de capulín que causa la admiración de los visitantes, la fachada es bellísima y el interior del palacio impresionante.
Podemos apreciar en el techado que en el edificio poniente es de viguería, pasando al edificio central, que es de bóveda catalana, utilizado en el siglo pasado. Esta parte fue incendiada durante la época de la Revolución Mexicana; se reconstruyó el techo, y se puso ese techo de catalana. En el cubo de la escalera se encuentra labrados en piedra a los cuatro señores de Tlaxcala.
En suma, el Palacio de Gobierno de Tlaxcala es históricamente el lugar más importante para los tlaxcaltecas, políticamente es el sitio donde han despachado los gobernantes, hasta nuestros días.