La industria del cine siempre se mantiene en un constante cambio que va de la mano de las tendencias, los gustos del público, lo que más genera ganancias y claro, también la necesidad de transmitir otro tipo de arte para las audiencias. En un punto medio entre todos aspectos, podemos encontrar la línea por la que se seguirán moviendo las grandes producciones y la respuesta de los espectadores tanto en taquilla, como en agrado.
Uno de los fenómenos que nació hace más un año, es el “regreso de la clasificación C” o la clasificación R en Estados Unidos. Ahora bien, refiriéndome a este aspecto, no significa que las películas con alto contenido en sexo, violencia o “lenguaje no adecuado” haya desaparecido, sino que para los grandes estudios, soltar una película con estos aspectos, era apuntar a un pequeño nicho que la vería en salas de cine y muy posiblemente en formatos caseros.
Lo que justamente pasó a principios de 2016, fue que Deadpool llegó a la cartelera y aunque en México recibió misteriosamente la categoría B-15 a pesar de su exceso de violencia y su contenido sexual; en Estados Unidos recibió el R Rating y a pesar de todo, se convirtió en un éxito de taquilla imparable a nivel mundial.
Con más de 780 millones de dólares, la cinta de Tim Miller, estableció el récord de la película con “clasificación sólo para adultos” más taquillera de la historia.
Es por esto que muchos de los estudios, decidieron ver este aspecto como la fórmula del éxito detrás de la cinta de 20th Century Fox, sin mirar a dos veces a la calidad detrás de la producción, el carisma mismo de Ryan Reynolds y la eficacia que yace en una comedia inigualable que le pegó justo al público que servía como target principal, expandiéndose hasta llegar a todo tipo de audiencias, entre las que irónicamente también había uno que otro padre malinformado que decidió llevar a sus hijos a ver cómo es que Wade Wilson despedazaba a sus enemigos utilizando sus eficaces katanas.
Logan vino después alardeando que también era clasificación C y que los fanáticos por fin podrían ver los chorros de sangre a raíz de todas las cabezas cercenadas por Wolverine. La tendencia ha seguido y ya hay en el panorama un puñado de películas que celebran sus “contenidos sexuales y violentos” tratando de agarrar un poco de ese éxito que tuvo Deadpool sin pensar dos veces que precisamente esa no fue la fórmula que la hizo un éxito mundial.
Ahora, a pesar de que esta es una de tantas tendencias modernas junto al cine de superhéroes o las decenas de secuelas, spin-offs y precuelas que llegan cada año a la cartelera; las películas violentas habían sido hasta hace unos años, más normales que ver palomitas en el piso de una sala.
La década de los 80’s de donde salieron infinidad de clásicos y cintas de calidad que difícilmente serán igualadas, también sirvieron como una era con docenas de películas con alto contenido sexual y violento, así como lenguaje inapropiado. Esto era sumamente normal e incluso sin darnos cuenta, eso es lo que también las convirtió en parte de ese cine único.
incluso filmes como Back to the Future o The Breakfast Club contenían una que otra “palabrota”, mientras que otra larga lista de cintas que van desde The Terminator, hasta The Thing, pasando por Fright Night, Blade Runner, Die Hard o Escape from New York, mostraban uno que otro desnudo ocasional y no pensaban ni dos veces en la cantidad de sangre que se iba a desbordar al matar a cualquier incauto.
No hay mejor ejemplo de que la tendencia sólo se está tratando de reciclar de la cotidianidad, como con Alien Covenant que se estrenó este mismo fin de semana. La película incluye todos estos aspectos gore y sexuales que eran por demás comunes en los 80’s, los 70’s y hasta mitad de los 90’s; tan cómunes como se mostraban en la cinta original de Alien de 1977, sólo que ahora se convirtieron en un aspecto “vendedor” o “mercadeable” transformando todo el asunto en la perfecta ironía.
No cabe duda que en muchas ocasiones, Hollywood pierde la brújula. Esto sucede cuando se deja en manos de ejecutivos y vendedores la realización de una película.
Película tras película de Rápido y Furioso, cintas que ya no tenían tela de donde cortar y reciben una precuela o filmes que están hechos para atraer a un cierto sector de la audiencia como gran parte de lo que sale de estudios como Dreamworks, son claros ejemplos de que la mayoría de las veces, lo que necesita el cine es creatividad y originalidad, saliendo de los cuadros de lo preestablecido.
Bien lo dijo Steven Spielberg, el cine de superhéroes está tomando el lugar del western, género que contó hasta con musicales. Este aspecto por revivir las clasificaciones restringidas seguramente será pasajero, saber cuál será la próxima tendencia audiovisual y de contenidos, es el misterio que todos los involucrados en la industria, están en un constante proceso de descubrir.