Stefan Hantel, o Shantel, es un productor y músico alemán, popularmente conocido por su distintivo sonido electrónico balcánico, el cual ha logrado trascender a nivel mundial. Inmerso en la industria musical desde la década de los noventa, Shantel ha demostrado lo que pocos artistas consiguen con tantos años de carrera; versatilidad y adaptación. Desde su debut como DJ en el Bucovina Club, hasta su más reciente lanzamiento Shantology // 30 Years of Club Guerilla, Shantel no deja de sorprender a su público con novedosos sonidos e interesantes propuestas.
En WARP tuvimos la oportunidad de platicar con este talentoso creativo, quien compartió un poco de su perspectiva de la escena musical, de su vida como artista y de todos los logros que respaldan su profesión.
Bueno, para empezar, me gustaría que me platicaras del origen de tu trayectoria como artista; han pasado ya muchos años desde que comenzaste con tu carrera musical. ¿Cómo fue tu primer acercamiento a este mundo?
De hecho, comencé organizando fiestas en el Red Light District de Berlín. Siempre tuve esta pasión especial por la música, escuchando nuevos sonidos, coleccionando vinilos, etc. Y poco a poco, me interesé en el mundo de los DJs. Me gustó como estilo de vida, muy independiente, y la oportunidad que esto te da para experimentar. Amo la música en verdad, y poder ofrecer canciones de calidad a los demás, en una fiesta o en un festival, es increíble. Creo que, al final, se trata de comunicar.
Es bien sabido que parte de tu popularidad surgió hace tiempo, en el Bucovina Club. ¿Cómo viviste esta parte de tu carrera? ¿Con qué te quedaste de esta experiencia?
Bueno, yo comencé como DJ ahí, tocando algunas noches, un poco de funk, que era lo que yo conocía más; con lo que había crecido. Y como también estaba comenzando a empaparme más de cierta música electrónica, mi carrera como mezclador comenzó a adquirir popularidad. Más que nada, disfrutaba hacer “freestyle”.
En algún punto de mi carrera, sentí que estaba en una zona de confort. Necesitaba una nueva experiencia, que estuviera conectada con mi pasado, con mi historia. Mi familia es rumana, judía, griega, serbia. Es un collage cultural, por así decirlo. Y buscando un sonido que fuera de la mano con esto, que lo representara de alguna forma, lo quise convertir en mi identidad como artista. Y bueno, la idea de Bucovina Club era la unión cultural, reflejada en mi música. La idea era fomentar la diversidad europea, algo que para mí, es una combinación interesante e inspiradora en temas sonoros. De hecho, es algo que sigo haciendo hoy en día; la cultura pop y rock n’ roll no debería representar al mundo de la música. La música no es sólo eso, es cultura. Es identidad. Y teniendo tanto contenido cultural de dónde inspirarse, mi música nunca será repetitiva ni mucho menos. Siempre será innovadora y diversa, gracias a la amplitud de ritmos y sonidos que uso en mis creaciones.
https://www.youtube.com/watch?v=KSC7GCIy5M0
Y con toda esta carga cultural, así como la búsqueda de nuevos sonidos, ¿cómo reacciona tu público ante la diversidad musical?
He tocado cientos de conciertos al año y por lo que he percibido, creo que al público le gusta mucho lo que hago. De alguna forma, la misma diversidad que expreso en mi música, se refleja en el público; ahí mismo puedes encontrar personas de todo el mundo. Y la verdad, no es por presumir, y sé que no le puedes dar gusto a todos, pero mi sonido es bastante bueno, es original. Creo que hasta ahora, han reaccionado bien.
Siendo que la mayoría de los artistas en la escena electrónica son solistas o dúos con un DJ set, ¿por qué decidiste hacer una banda para este proyecto?
Siendo sincero, me encanta ser DJ, como los describes; pero al tocar con una banda, puedes crear electricidad, algo mucho más grande. Como yo lo veo, de esta forma ofreces algo más orgánico, una verdadera presentación en vivo. Me encanta ser DJ, pero bajo ese formato, me siento muy limitado musicalmente hablando. Y la verdad, me desagrada de sobremanera esa imagen de DJ que sube al escenario y pega su cara en una laptop, lo odio. Es lo peor. Yo quiero ver que el músico baile, que se emocione, que contagie, que transmita algo. Y con una banda en vivo, puedo perseguir algo como un “nuevo show de rock n’ roll”, sin caer en la tendencia occidental, que también me desagrada bastante.
¿Qué significa para ti ser pionero del movimiento conocido como “gypsy balkan”? ¿Cuál es tu opinión frente a la popularidad que éste ha adquirido recientemente?
Bueno, hablando de música gypsy/balcánica, en realidad estamos hablando de música de inmigrantes, para inmigrantes. Y eso es algo genial. Y por lo mismo, puede tomar diferentes direcciones. Este movimiento toma influencias tan diversas, que lo hace aún más increíble; puede tomar inspiración de música cubana, de reggaeton, de todo. Es maravilloso combinar tantos sonidos y tantas influencias, y lo que éstos representan culturalmente; ciertamente es más que un movimiento. Creo que hoy en día, necesitamos esto, para contrarrestar el pop y rock comercial. El sonido balcánico, así como lo que he creado en el Bucovina Club, es música con emociones. Es música real, que habla por algo, por alguien.