//Por: Michelle Apple
Su interpretación de Charlotte en Lost in Translation (2003) logró que todos deseáramos correr a Japón para darle un abrazo, mientras se sumía en la soledad e incertidumbre al lado de Bill Murray; sin embargo, Scarlett Johansson ya había llamado nuestra atención como Rebecca en la adaptación al cine de la novela gráfica Ghost World.
Con el paso de los años esta originaria de Manhattan, Nueva York, se convertiría no sólo en un referente de sensualidad, sino en una de las figuras más destacadas del Hollywood moderno gracias a su habilidad de construir personajes para grandes blockbusters de temporada, como su icónica Black Widow para las cintas del Marvel Cinematic Universe o su trabajo en dramas como Girl with A Pearl Earring (2003), sin mencionar su incursión en el mundo de la música a través de dos álbumes, Anywhere I Lay My Head (2008) y Break Up (2009), con colaboraciones estelares al lado de David Bowie, Tunde Adebimpe (TV On The Radio), Nick Zinner (Yeah Yeah Yeahs), Ivo Watts-Russell (This Mortal Coil), David Sitek (Maximum Balloon, Jane’s Addiction) y Pete Yorn.
Es precisamente esa versatilidad la que ahora pone a la estrella de 32 años a encarnar a Motoko Kusanagi, The Major, en Ghost In The Shell, la reinvención al mundo del cine del aclamado manga de Masamune Shirow. Y aunque los hardcore fans vieron como una traición ‘anglosajona’ el poner a la ojiverde como protagonista, lo cierto es que todos morimos al ver a Johansson como la famosa cyborg de la Sección 9 y, claro, en cualquier otro proyecto en el que esté involucrada.