//Por: Oscar Adame
La agrupación reina del ‘pop progresivo’ nos tenía acostumbrados a tener que esperar un lapso de tiempo bastante largo entre lanzamientos, entre “No More Stories…” y “+ -” hubo un lapso de 7 años; sin embargo tras su regreso Jonas Bjerre prometió que nunca más se daría ese caso y cumplió. Hoy se estrena “Visuals”, el séptimo disco de estudio dentro de una carrera que hasta ahora, lejos de contener algún tropiezo, parece siempre sorprender.
Para componer este álbum la banda se topó con un par de limitaciones importantes. Primero debido a que el haber dejado su sello, Sony Music, hace cuatro años en un esfuerzo mayúsculo por ser literalmente ‘independientes’ ahora sí les está pegando en relación a los recursos económicos con los que cuentan para grabar, cosa que no pasó con “+ -” y por lo cual tuvieron que lanzarse a, por primera vez, producir ellos mismos el material. Pero aun más relevante es la partida del guitarrista Bo Madsen, una parte fundamental dentro del sonido de la banda y uno de los instrumentistas más prodigiosos con los que el género progresivo cuenta en la actualidad, y la industria de la música en general; dejando un hueco notable dentro de la forma en como las pistas están construidas.
Las guitarras en “Visuals” son muy sencillas, en su mayoría arpegios que en un par de clases puedes sacar, y aunque eso sí le quita una parte al ‘magno’ sonido al cual nos tienen acostumbrados los daneses, lo cierto es que lograron reducir esa limitante de una forma bastante inteligente: dejando el lugar de la guitarra a otros elementos. Las secuencias de los sintetizadores le terminan dando una magia interesante al producto que adelantando podría ser una gran decepción para aquellos que están buscando el sonido experimental de “No More Stories Are Told Today…” o la agresividad de “And The Glass Handed Kittes”. Mew está de regreso cargando con un sonido radio-friendly, mucho más fácil de digerir, estructuralmente más pop y sin los experimentos tan inusuales por los que empezaron a captar a un público tan exigente. No hay canciones que al reproducirlas al revés reproducen piezas completamente distintas, ni sencillos que sobrepasen los 10 minutos de largo, ni referencias a géneros como el krautrock, el post-rock, el shoegaze o el space rock.
“Visuals” sin embargo sigue cargando con todos los elementos que hacen a la música de Mew inconfundible desde su fundación, cuando los integrantes eran apenas unos adolescentes. Siguen creando atmósferas únicas, atrapantes y frías, sus canciones siguen cargadas de detalles hermosísimos y la prodigiosidad de sus integrantes se sigue manifestando a su máximo nivel. La ya icónica voz de Bjerre no envejece, la cantidad de tonos con los que puede jugar sigue siendo ridícula; Silas entrega otra interpretación que, considerando que por sus últimos 3 trabajos con la banda lo ha conseguido, le hace acreedor al DMA al mejor baterista de escandinavia; y Johan Wohlbert le entrega esa base a la agrupación que perdieron cuando no estuvo con ellos.
‘Nothingness and No Regrets’ abre el disco con una carga emocional pesada y de una forma muy linda. La interpretación de Jonas se muestra alegre, aunque melancólica, mientras le canta a un amor perdido. La variación en el tempo de la canción es excitante; una composición progresiva típica que llega a un punto máximo a mitad de la pieza. Un tema que emocionará a todos aquellos ‘frengers’, fandom de la agrupación, cuyo trabajo favorito es justamente “Frengers”
‘The Wake Of Your Life’ no da el bajón, siendo una canción hermosa que juega con elementos tan distintos entre sí que recuerda un poco al sonido más denso del trío presentado en “No More Stories…” Hay en especial una línea en sintetizador que remite a los theremin utilizados en las películas de ciencia ficción de los años 80, una fuerte influencia en el arte de Jonas Bjerre que se había dado a notar en su trabajo como animador, director y pintor, pero que hasta el momento sigue estando retenida dentro de su música.
En ‘Candy Pieces All Smash Out’ la banda trata de entregar algo distinto con una línea de guitarra pesada que remite a lo que Bo Madsen construyó para “And The Glass Handed Kittes” con influencias directas de proyectos de post-metal y drone. El intento termina siendo ridículo, pues aquel riff es demasiado simple para funcionar de la forma en como se intenta; sin embargo, la canción en su totalidad logra salir adelante gracias a la sensibilidad pop de la banda y a su talento para integrar elementos ambientales en el fondo.
‘Ay Ay Ay’ es una joya de canción que se construye sobre una base rítmica bastante simple que contiene sólo a la batería de Silas y a una caja de ritmos. Mientras que ‘Learn Out Your Crystals’ atrapa con esos cambios en el tempo que sólo Mew hace parecer tan sencillos y naturales, además de por los hermosos arreglos en teclados que la canción carga.
Llegamos al tercer sencillo del álbum ‘Twist Quest’ una canción con obvias influencias del rock-pop de los ochenta de Duran Duran o Roxy Music, notar que Jonas Bjerre ha estado dirigiendo videos musicales para los primeros. Esta canción es una belleza en toda la extensión de la palabra, el rompimiento armónico a tres cuartas partes del track te dejará sin aliento y el saxofón que juega, bailando, a lo largo de la misma le da un toque jazzístico de antaño con el cual Mew nunca ha experimentado. Es un gran agregado a su repertorio.
‘Shoulders’ y ‘Zanzivar’ nos vuelven a traer al Mew más melancólico, que sabe jugar con los silencios para crear atmósferas depresivas. Son canciones muy bonitas.
El segundo sencillo del trabajo ‘85 Videos’ juega con grabaciones de respiraciones, con dos arpegios de guitarra hermosos, con palmadas, golpes en tablas de madera, ladridos y largos pasajes compuestos con dos sintetizadores. Es una canción radio-friendly muy bien construida que sobresale gracias su genial video musical dirigido por el propio Jonas Bjerre.
Hay algo dentro del último track de cada disco de Mew por el cual los ‘frengers’, palabra compuesta de ‘friend’ y ‘stranger’, siempre estarán muy emocionados. Los daneses nos tienen acostumbrados a cerrar con una canción extaciante en cada uno de sus discos, de la icónica pieza orquestal in-crescendo ‘Comforting Sounds’ a la demoledora ‘Rows’, Mew nunca deja pasar la oportunidad de cerrar con broche de oro cada uno de sus trabajos y este caso sigue en la misma linea, pues ‘Carry Me To Safety’ es una de las canciones más hermosas del año.
“Visuals” no es ni de cerca el mejor o más interesante disco de Mew, de hecho es un trabajo menor dentro de su discografía, pero eso no le quita el hecho de que sea un trabajo hermoso, bellamente producido, increíblemente bien escrito, excitante y fresco. A fin de cuentas, aun y con todas las limitantes, Mew acaba de dar otro golpe de autoridad con un álbum que sólo un artista en toda la extensión de la palabra podría crear.
Un álbum que sigue firme en la visión artística de una banda que sigue sonando como ninguna otra.