//Por: Ruben Turok (@Ruben_Tkc)
Francia, la cuna de la democracia moderna. El lugar que vio nacer autores como: Rousseau, Montesquieu, Voltaire y Descartes. El lugar que derrocó a la monarquía e instauró la república, mostrando a través de los años la hermosa e imperfecta realidad de la democracia. Es un país que se caracteriza por su insaciable búsqueda revolucionaria (no por otra cosa se encuentran en la 5ª instauración de la república).
“Libertad, Igualdad y Fraternidad.” Son principios democráticos nacidos en la revolución francesa que siguen resonando hasta el día de hoy.
No considero necesario resumir lo que ha pasado en el mundo en tan solo poco más de un año. La llegada al populismo xenófobo, anti-globlazación y con fuertes tendencias racistas a las democracias occidentales han sido un constantes. Los republicanos y liberales han fracasado terriblemente en detener esta ola que ha logrado infiltrarse en países alrededor del mundo. Muchos de los daños y resultados de lo que ya ha ocurrido puede que sean irreparables; pero esta guerra por el futuro de los ideales democráticos aún no se ha perdido.
Tras una primera vuelta sumamente acontecida para el breve periodo electoral que se tiene en Francia, el mensaje claro fue el rechazo a los candidatos y partidos establecidos. Este mensaje es constante a lo ancho y largo del orbe. La primera vuelta los dejó con dos candidatos, la conocida ultra-derechsita Marie le Pen y el desconocido e independiente Emmanuel Macron. Una es una dura nacionalista, que explota el sentir anti migración y culpa los problemas del país eternamente en el establishment. Macro por su parte es una persona sumamente inteligente, pero si carisma y se le identifica como amigo de la élite y de los bancos. ¿Suena familiar?
Muchos aseguran que Marie le Pen no tiene oportunidad alguna de obtener una victoria en los comicios del 7 de mayo, dado que es altamente detestada y la gente preferirá votar por alguien aburrido y moderado. ¿Esto no suena familiar también?
El mundo busca reaccionar, para impedir la repetición histórica de los momentos más obscuros que ha tenido la humanidad. Por el momento solo podemos esperar y observar desde lejos lo que ocurre. Pero indudablemente este puede ser la culminación de un giro mundial al populismo y nacionalismo o bien el retorno a la razón. De cualquier manera el impacto que tendrá esta elección, tan lejos de distancia pero tan cerca su importancia, será enorme.
Solo nos queda esperar que los que nos dieron la Ilustración, la democracia y los principios universales, recuerden sus raíces y ayuden a encaminar al mundo por el camino correcto.
¡Vive la France!