El mexicano Rodrigo Prieto es parte de los nominados a Mejor Fotografía en la 89a edición de los Premios de la Academia, gracias a su participación en la más reciente cinta de Martin Scorsese, Silence.
Prieto, quien ha trabajado en otros trabajos de Scorsese como The Wolf Of Wall Street, de 2013, comenzó su carrera en 1988 con el cortometraje de Daniel Gruener Hoy Estoy Triste, para así trabajar en su primera película como cinefotógrafo en Ratas Nocturnas, de 1991.
La carrera de Rodrigo Prieto despegó a raíz de su participación en Amores Perros (2000), de Alejandro G. Iñárritu, comenzando así una larga y prolífica historia en Hollywood con cintas como 8th Mile (2002), Wall Street: Money Never Sleeps (2010), la ganadora del Premio de la Academia a Mejor Película en 2013, Argo, y Brokeback Mountain (2005), de Ang Lee, por la cual se llevaría su primera nominación al Oscar.
Este artista de 51 años fue galardonado recientemente en la quinta edición de Los Cabos International Film Festival y hoy define su carrera con un segundo miramiento de la Academia.
– Platícanos un poco acerca del premio que ahora te otorga Los Cabos International Film Festival y sobre el evento mismo.
«Me llamó mucho la atención cuando me enteré del festival y de lo que representa. Me parece que es algo muy importante pues ahora que tiene más relevancia representa la oportunidad de conectar a México con el cine del resto del mundo, Hollywood en particular.
«Es una gran oportunidad el hecho de que vengan productores y directores de otros lados a ver lo que se está haciendo en México, a conocer a los realizadores y viceversa, es un intercambio muy positivo, además, en el ambiente político que recién comienza en Estados Unidos. Este es el antídoto.
«En lo personal, (este premio) es un gran honor. Los Cabos es un lugar muy especial para mí, he venido como turista varias veces, me gusta, y el hecho de que se me haga un reconocimiento aquí es muy especial, muy bonito.»
– Como mencionas, el festival es un punto de conexión muy enriquecedor entre cineastas, realizadores, prensa, el público. Tú, como cinefotógrafo exitoso, ¿qué piensas del papel de este tipo de festivales en el impulso de la industria en México?
«Sé que vienen productores y empresas que invierten en cine, realizadores que presentan sus películas pero que también tienen pláticas para producciones futuras, así que creo que para que haya cine de calidad tiene que haber bastante cine. En este sentido, no basta con una inversión del gobierno sino también de la industria privada, y creo que a eso estamos llegando, a un híbrido en el que el gobierno da apoyos fiscales y la iniciativa privada hace un cine que atrae a la gente y que no necesariamente es basura, pues el cine comercial no está peleado con el cine de calidad. Creo que este festival es muy positivo en ese sentido, tiene la conciencia de conectar a inversionistas, cineastas, talento y dinero. Eso es esencial.»
– Has tenido una fructífera carrera en Estados Unidos. Platícame cómo es la dinámica al trabajar con un director del calibre de Martin Scorsese.
«Es una persona genial obviamente, con un talento muy especial independientemente de su faceta como cineasta, es alguien con la capacidad de lograr que hagas lo que él quiere sin necesidad de exigir, él siempre pide, sugiere, “¿cómo dirías?… ¿cómo harías?”, te inspira a dar lo que él quiere y a veces es complicado para las producciones, porque puede llegar a ser costoso. Además, tiene la facilidad de involucrar a su equipo en la creatividad de lo que quiere hacer de una manera muy especial, entonces todos sentimos que también es nuestra película.
«Hay muchos directores, como (Alejandro González) Iñárritu, que hacen sentir la colaboración realmente directa, que no estás trabajando para él, que no eres un empleado, sino que colaboras con él en todo el imaginario de la película.»
– Recientemente se estrenó Passengers y creo que todas las películas tienen un grado diferente de complejidad. En este caso, ¿cómo trabajaste la fotografía de la película en lugares cerrados?
«Antes de eso trabajé Silence en Taiwán, en exteriores de día y de noche, con un grado de complejidad por el clima o la continuidad de la luz, así que cuando leí el guión de Passengers me sentí feliz porque dije, “¡bravo!, aquí sí podremos controlar todo porque estaremos en un foro.”
«A la hora de la hora nunca hay nada fácil. En este caso hubo complicaciones porque se trató de un guión ambicioso, con una historia aparentemente sencilla. Ese fue el gran engaño, porque eran dos personas y una nave, pero todas las cosas que ocurren son extremas y grandes, además de que es un guión largo, con muchos sets.
«Cuando realmente nos presentamos con la producción dije, “oops! Con estos recursos igual va a ser difícil, pero lo tenemos que hacer”. En fin, lo logramos después de muchas horas de trabajo. Fue otro tipo de iluminación en comparación con otras películas, en particular con Silence.
«En Passengers se utilizó mucho el recurso del LED para cambiar la intensidad en las mismas escenas, hubo muchas transiciones de luz y emociones. También hubo mucha luz interactiva; hay una escena en la que pasan junto a un sol y la iluminación la cree con monitores de video gigantes, básicamente lo que se utiliza en conciertos de rock. Fue tecnología muy diferentes. Fue muy divertido.»