La idea de dibujar un futuro mejor en el que los errores del pasado permanecen sólo en los registros anecdotarios como un mal momento es parte del idealismo que impulsa la mente humana y que dota a nuestra especie de esperanza. El futuro es tan brillante y perfecto como lo es el camino que construimos hacia éste, sin embargo, pareciera que el de nuestra sociedad neoliberalista está enfilado hacia una fosa llena de desigualdad y podredumbre fascista. No obstante, cuando el horizonte se vislumbra oscuro siempre podemos encontrar esperanza en el arte, sobre todo en aquel que está construido a partir de la resistencia, con mensajes directos que invitan a cuestionar nuestro hoy en beneficio del mañana.
Future Politics (2017), el tercer esfuerzo musical de Katie Stelmanis, la mente detrás de Austra, se encuentra en este rubro, siendo un llamado de atención para mejorar nuestro entorno y después gozar de las consecuencias. Este distópico álbum fue escrito en Montreal, Canadá, y en la Ciudad de México, y representa una evolución sonora de Stelmanis con relación a su antecesor Olympia (2013). Con una situación política tan efervescente en Norteamérica, Katie nos compartió su punto de vista y, de paso, algunas anécdotas de su andar por nuestro país.
– Las letras de Future Politics tienen un mensaje muy específico de resistencia y de hacer del presente un lugar mejor. ¿Qué historia querías contar en este disco?
«Me obsesioné con la idea del futuro mientras escribía el disco y lo importante que es conceptualizar uno en el que nos gustaría vivir, así que mucho de lo que hacemos ahora se basa en la resistencia y no creo que pongamos suficiente energía en hablar al respecto, prever y construir un camino hacia algo completamente nuevo y progresista. Quería alentar a la gente a pensar más allá de los límites que nos hemos creado y darnos cuenta del potencial ilimitado del futuro, que puede ir hacia un lugar radicalmente diferente del que se encamina hoy.»
– ¿Imaginaste que el presente se convertiría en algo tan distópico cuando comenzaste a escribir el disco?
«Creo que desde que empecé a escribir el disco todos los problemas que había identificado culminaron en lo que eventualmente se convirtió en la presidencia de Donald Trump. Definitivamente no esperaba el ascenso de una facción de derecha fascista en América y Europa. Estaba leyendo acerca de los grandes problemas y desigualdades en nuestras economías y el medio ambiente, específicamente sobre el neoliberalismo y cómo ha afectado a personas de todo el mundo. Este momento se siente distópico pero tengo la esperanza de que hayamos creado un sistema con controles y el equilibrio suficiente para que Trump no pueda hacer mucho daño.»
– ¿Qué te hizo cambiar drásticamente la dirección del sonido y la producción con respecto a lo que hiciste en Olympia?
«Olympia fue un disco colaborativo, lo escribí y lo grabé con mi banda, algo que nunca había he- cho, excepto con Maya (Postepski), y aunque disfruté la experiencia sentí que también había renunciado a algo de mi propia autonomía y quería recuperarlo. Básicamente escribí todo Future Politics, lo produje y lo grabé, y creo que ahora que me he clavado tanto en ese mundo estoy lista para colaborar de nuevo.»
– Cuéntanos, a nivel inspiración ¿qué escuchabas durante el proceso de creación del disco?
«Lo escribí durante algunos años, así que escuché muchas cosas diferentes. Al principio es- taba muy inspirada por Massive Attack y más tarde, luego de pasar algún tiempo en México, me metí en la electrocumbia, con artistas como Chancha Vía Circuito y Nicola Cruz.»
– ¿Cómo fue que terminaste en México?
«Al principio estaba escribiendo en Montreal, en medio del frío y la oscuridad, y terminé por deprimirme bastante, me sentí sola. Como podía escribir desde cualquier lugar decidí ir a México sin realmente saber qué esperar. Compré un boleto de ida y terminé quedándome por seis meses porque se convirtió en uno de mis lugares favoritos.»
– ¿Qué tanto cambió el mood del disco luego de pasar seis meses en nuestro país?
«Tuve mucha suerte porque de inmediato me presentaron a algunas personas que se convirtieron en muy buenos amigos, así que me integré a una comunidad que me enseñó mucho de la ciudad. El disco se volvió mucho más optimista y colorido en México, lo que empecé en Montreal era mucho más depresivo y melancólico.»
– ¿Hubo algo que te pareciera fuera de lo común o extraño durante tu estancia en México?
«Cuando vives en una ciudad con 22 millones de personas hay tantos secretos extraños por descubrir que sentí como si me presentaran algo nuevo y raro casi todos los días. Me encantó ir a Patrick Miller los viernes. Mi amigo tenía un departamento en el centro, con una terraza desde la que podías mirar toda la ciudad. Salíamos mucho a dar la vuelta por la Cuadra San Cristóbal de Luis Barragán, era muy agradable.»
– Después de escribir parte del disco en México, ¿planeas venir a tocarlo en vivo?
«Seguimos esperando que un promotor nos lleve. Lo he intentado por años y aparentemente los bookers no creen que tengamos los seguidores suficientes. Yo discrepo.»
– Para terminar, las cosas en Norteamérica en términos políticos y sociales pasan por un momento crítico, se planea construir un muro, se prohíbe la entrada a refugiados. ¿Crees que las cosas mejorarán pronto?
«¡Eso espero! Lo único positivo con Donald Trump es la fuerza del movimiento que se opone a él. Esperemos que exponga lo profun- damente racista que es la sociedad estadouni- dense y una vez que el tumor maligno sea iden- tificado se pueda destruir.»