//Por: Oscar Adame
Lugar de Origen: Austin, Texas, Estados Unidos
Año de Fundación: 2013
Miembros: Leo Ashline y Shaun Righsmuth
Escuchar por primera vez al violento álbum debut de Street Sects End Position no es una tarea fácil, lo que el dúo describe como ‘sample driven punk’ es la combinación del metal industrial más extremo que se haya descrito, la poesía autodestructiva de un brillante borracho a punto de cometer suicidio, los rompimientos armónicos de las propuestas experimentales del oeste americano y la tensión de un performance fluxus en donde los integrantes salen a jugar con moto-cierras y tomas de agua. Es una experiencia aterradora, así como lo es también inolvidable.
‘And I Grew Into Ribbons’ es el primer track de este disco lanzado en el 2016; el cual contiene, al llegar a la mitad de su duración, un rompimiento armónico repentino que deriva en la colocación de la grabación de un tiroteo. Las balas, los gritos en español de los involucrados y el chillido de una mujer herida te deja helado mientras los agresivos beats se encargan de darte el golpe de gracia: rápidos, potentes, de tres en tres, como si se trataran de verdaderos balazos. Para la producción de sólo esta canción, se utilizo la módica cantidad de tan sólo un aproximado de 140 sampleos.
“Los sampleos particulares no son planeados con antelación. Jalamos el material de distintos medios: grabaciones en casa, películas, paquetes de sonidos de Internet, etc. La composición inicia con la combinación de sonidos, hasta que una calidad emotiva empieza a emerger”; me declara Shaun Righsmith desde la camioneta que los está transportando a través de su gira, con más de 30 fechas, por todo Estados Unidos. Esta vez ambos tomaron un día libre para ver, en Portsmouth, a una de sus principales influencias: Xiu Xiu.
La influencia directa de la propuesta de Jamie Stewart se nota en dos elementos característicos de ambos proyectos: 1) La facilidad para romper la armonía de una pieza con el fin de agregar elementos transgresivos como sampleos de golpes, diálogos incitadores, gritos o la ya citada escena criminal. 2) El contenido lírico, lleno de frases poéticas que hablan sobre experiencias dolorosas bajo un lente lleno de ironía satírica que aumenta su intensidad con declaraciones auto-humillantes.
“Las letras son, mayoritariamente, una colección de historias y experiencias personales canalizadas a través de un filtro de influencias tales como James Ellroy, Michael Mann o los viejos títulos de EC Comics”; agrega Leo Ashline, quien escribió todas las líneas de ‘End Position’ en distintos lugares cotidianos de su día a día…su casa, un café, durante su tiempo en oficina o mientras su amigo trabajaba en la base instrumental del disco. “Soy una persona nocturna, por lo que normalmente escribo entre la 1 y las 7 de la mañana en un espacio que compartimos con unas cuantas bandas más. Es un agujero de mierda, sin ventanas, tenuemente iluminado”
Aunque los medios han dado un especial énfasis en el difícil pasado por el cual Leo tuvo que pasar para recolectar las experiencias expresadas en este triunfo musical. Lo cierto es que el auto análisis es una parte del proceso artístico de Ashline que parece que no quiere que reconozcan sus escuchas. Toda la propuesta de Street Sects lleva a un producto mucho más pretencioso y trabajado que cualquier tipo de proyecto con el propósito de expresar sentimientos y experiencias individuales.
La música es fuertemente cinemática. Es un disco conceptual que, como el ‘The Downward Spiral’ de Nine Inch Nails, habla sobre el proceso que un hombre ficticio en búsqueda de un sentido para su vida recorre a través de la depresión y de la violencia para terminar sin encontrarlo, al borde del suicidio. Los cortes armónicos llenos de segmentos de paisaje sonoro y los diálogos con los que algunas piezas inician hacen del ‘End Position’ un disco rico en imágenes.
Por otro lado, el arte gráfico es impresionante. El tipo de parca que utilizan como una especie de mascota es tan interesante de ver en todos y cada uno de los escenarios en los cuales es colocado que agrega cierto sentido de identidad a la propuesta que no es fácil de encontrar.
Los conciertos son un tipo de performance en donde Leo juega con moto-sierras, se coloca máscaras de distintos personajes de terror y empieza a gritar lleno de sangre falsa. Es tanta su intensidad que ya han tenido que detenerlo en un par de ocasiones, como lo muestra su perfil de Instagram, con ayuda de bomberos y de los técnicos que no salen muy felices al ver su agresivo comportamiento escénico.
“Sí, estamos intentando crear un ‘mundo ficticio’ con Street Sects, uniendo los sonidos, los escritos, el arte conceptual y la teatralidad visual de nuestros elementos en concierto. Es algo que hemos querido desde la concepción del proyecto, y por ende, algo que seguiremos construyendo hasta poder conseguirlo tal y como lo imaginamos”; me cuenta Leo Ashline mientras imagino cómo sería un mundo en el cual la música de Street Sects y su arte conceptual cobrara vida. Sería como una novela gráfica de Frank Miller, en especial Sin City: sin reglas, gráfico, intenso, pero muy artístico y seductor.
Street Sects no es una propuesta para cualquiera, es una propuesta tan cerebral y agresiva que la mayoría de la gente terminará por poner en pausa al minuto de iniciado el disco; sin embargo el nicho que degusta con paciencia los álbumes de pasadas leyendas del género como Godflesh, Big Black, NIN o Ministry, o propuestas que hacen uso de sus elementos, como Swans o Death Grips, encontrará en este dúo de Austin a un astro de luz dentro de un estilo que está en decadencia. Una futura promesa que empezará a ser una referencia obligada en poco.