//Fotos:Nacorock, Vinicio Montero y Gibrán Ramses Villa para WARP
Llegó la decimonovena edición del popular festival mexicano, Vive Latino. Como cada año, el Foro Sol acoge a miles de espectadores, esperando ofrecer la mejor experiencia cultural. Ésta es la cuarta ocasión en la que asisto al evento, y puedo decir, con toda seguridad, que cada año ha sido una experiencia muy diferente. Desde los números musicales, las muestras cinematográficas, la comida, la gente, todo. Y creo que, después de tantos años, es natural que un festival como lo es el Vive Latino, busque reinventarse en cada edición, para así ofrecer una experiencia única y memorable.
Este año, el público recibió el cartel con comentarios como “esos ya estuvieron antes”, y “esos no vienen al caso”. Lo que realmente sucedió, al menos así es como lo viví, el festival buscó regresar a una alineación musical como las que ofrecía en 1998; claro, con el valor agregado de los artistas internacionales, quienes siempre son una buena oportunidad para abrir nuestro panorama cultural.
Para inaugurar el primer día del festival, Esteman tomó el escenario con su pop colombiano. La “Esteband” hacía sonar las primeras notas de ‘Como vez primera’, y el público (aún reducido, pero con mucha energía) ya estaban bailando y coreando con el cantante. Con un clima favorable, y un cartel prometedor, el Vive Latino 2017 había comenzado oficialmente.
Después de bailar al ritmo del garage rock nipón de The 5, 6, 7, 8’s, y saltar sin parar con el rock tropical de Okills, decidí recorrer diferentes aspectos de todo el festival, y me di a la tarea de conocer un poco más de lo que ofrecía el Vive Latino este año.
Quedé fascinada con las mil y un cosas que vendían en los locales que rodeaban los escenarios; se podía encontrar ropa con diseños variados, accesorios, discos viejos y nuevos. En verdad fue muy interesante ver el fenómeno de apoyo al comercio mexicano en este tipo de eventos. Después me encontré con una nueva área recreativa, “El Parque”, pensada en todos los niños que acompañan a sus papás o tíos al Vive Latino. Al menos, así es como se vendió la idea; lo que en realidad sucedió fue que miles de asistentes adultos, sacaron a su niño interno a pasear, y terminaron haciendo largas filas para ir con un “pintacaritas” y aventarse de la resbaladilla.
Regresando a la música; me encaminé a la Carpa Doritos, y me encontré con el sonido alternativo de Little Jesus, quienes sorprendieron al público cuando Ximena Sariñana subió al escenario a cantar con ellos. Asimismo, tuve la oportunidad de escuchar en vivo por primera vez a The Pretty Reckless y al dúo legendario de Illya Kuryaki and the Valderramas. Con la expectativa de un concierto nostálgico, no contaba con que el par argentino se encuentra actualmente promocionando su más reciente disco, L.H.O.N.
Para esta edición del Vive Latino, Jarabe de Palo ciertamente fue uno de los números más esperados, siendo que los fans no creían que Pau se presentaría, dado su estado de salud actual. Esto ocasionó que el escenario Indio Pilsner Plata colapsara por completo; incluso el acceso a esta área estaba saturado, todos querían estar ahí. Desafortunadamente, no pude acercarme a la banda tanto como me hubiera gustado, sin embargo, puedo decir que escuchar en vivo al talento español me puso la piel de gallina. Entre la gente desquiciada, y el excelente número musical, fue un concierto inolvidable.
Para cambiar un poco de giro, fui a ver a G-Eazy, quien, a pesar de contar con un público reducido que tiritaba de frío, dio una presentación magnífica. Todos bailaban y mientras entraban en el escenario VL, el cantante estadounidense dio un mensaje anti Trump para todos sus fans: “Me disculpo por el maldito cheto que es nuestro presidente”. Seguido de esto, todo el público cantó a la par ‘FDT (Fuck Donald Trump)’, tema que el rapero creó en colaboración con Macklemore.
Poco a poco la noche iba concluyendo, y era el turno de Foxygen para sacudir el escenario Doritos. Su propuesta de indie rock me resultó fascinante; la formación de la banda se asemejaba a una Big Band, pero su sonido era mucho más nuevo, más fresco. Con temas como ‘San Francisco’, ‘America’ y ‘Trauma’, la banda californiana ofreció una presentación muy divertida.
Faltando aún media hora para el último número de la noche, decidí adelantarme para tomar ventaja y poder tener una vista decente. Y así lo fue, estaba a pocas personas del escenario, con todas mis expectativas depositadas en este concierto.
Para quienes no conozcan a Prophets Of Rage, es un grupo estadounidense formado en 2016. Está conformado por bajista y vocalista Tim Commerford (Audioslave), el guitarrista Tom Morello (Audioslave), el baterista Brad Wilk (Rage Against the Machine), junto con los integrantes de Public Enemy, Chuck D y DJ Lord y B-Real (de Cypress Hill).
Este proyecto se ha convertido en un punto de referencia en temas de protesta social a través de la música. Fue el año pasado que, después de ser anunciado el triunfo de Donald Trump, Prophets Of Rage ofreció un épico concierto titulado “Anti Inaugural Ball”, manifestando la inconformidad evidente ante la situación política actual. Y ahora, México estaba listo para recibirlos.
Con una bandera de México que tenía escrito “Mexico is always on rage” (México siempre está en rabia), el concierto comenzó con un increíble homenaje a Chuck Berry, por parte de DJ Lord. Después de haber bailado al ritmo de ‘Johnny B. Goode’, el público comenzó a perder la cabeza, y el mosh pit no se hizo esperar. Entre la emoción de la audiencia y su estado nulo de sobriedad, así como la ira inconformista que acompañaba al grupo, el concierto se volvió una verdadera locura desde que sonó la primera nota.
Prophets Of Rage se caracteriza por mezclar, en una forma muy interesante, los temas de cada una de las bandas en las que participaron sus miembros previamente. El resultado, un poco de rap rock, hard rock, rap metal y mucho head bang. Mucho. Después de una mezcla rockera de Metallica, Nirvana y The White Stripes, DJ Lord le cedió el reflector al resto de la banda. B-Real, en un intento de hablar español, animó a su público (aunque no hacía falta) diciendo: “¡Vamos a rompernos la madre esta noche!” Sonaron temas como ‘Prophets Of Rage’, ‘How I Could Just Kill a Man’ (Cypress Hill), ‘Take The Power Back’ (Rage Against The Machine) y ‘Shut ’Em Down (Public Enemy).
El rock y el hip hop se intercalaban, ofreciendo una experiencia única. Chuck D y B-Real incluso hicieron una breve sesión intensa de rap con éxitos como ‘Hand on the Pump’, ‘Bring the Noise’, ‘Welcome to the Terrordome’ y ‘Jump Around’. Siguiendo con la temática de protesta, los raperos decían una y otra vez “A la mierda el muro”, “A la mierda Trump”.El crowd surf no se hizo esperar, y ambos cantantes nadaron entre el mar de gente eufórica, que saltaba y coreaba cada una de sus canciones.
“Gracias, por todo lo que han significado para nosotros estos años. El año pasado, hicimos que EEUU ardiera en ira, ahora lo haremos con México”, exclamaba Tom Morello, “dos cosas: no muros, y a la mierda Trump”.
Como era de esperarse, el guitarrista dejó al público atónito con sus impresionantes solos de guitarra, mismos que en el fondo, pueden resultar un tanto nostálgicos para un verdadero fan de Audioslave. Usando una playera que tenía estampada la palabra ‘Ayotzinapa’, y un número 43 en la parte trasera de su guitarra, Morello dió un claro y fuerte mensaje del apoyo incondicional que brinda a nuestro país.
Cerrando el impactante concierto con ‘Killing In The Name’ (Rage Against The Machine), el grupo se despidió diciendo: “Gracias México, te admiramos mucho”.
Sin duda alguna, la noche fue de Prophets Of Rage. La energía que transmitían en cada canción, la manera en la que respondía el público (incluyéndome) y el mensaje tan fuerte que los acompañaba hizo de este Vive Latino, una verdadera manifestación de resistencia.