//Por: Victor G. García (@M0N0T0NO)
//Fotos: Bógar Adame
El primer día del Festival NRMAL puede ser resumido en una sola palabra: psicodelia. Y es que el escenario Reverberation curado por sus aliados de Levitation fue el epicentro sobre el que giró la curaduría musical de esta edición 2017, con actos como Moon Duo y los seminales The Brian Jonestown Massacre poniendo a trippear a más de uno de los asistentes.
El día abrió con Sutra, una banda tapatía de rock instrumental que puso el tono viajante que se recalcaría durante todo el día. Del otro lado, Girl Ultra inauguró la carpa roja. Junto a Jesse Baez –quien se presentaría más tarde en el mismo escenario– y Wet Baes; esta chica de Finesse Records representa una de las nuevas caras del naciente movimiento de R&B mexicano.
Al Lover nos recordó que el kraut sigue estando dentro de las tendencias musicales que han permeado en el sonido de las bandas actuales, algo que también hizo notar Running, aunque llegando al kraut desde el lado más punk. Por su parte, la dupla de FNTXY con Yoga Fire hicieron saber que el hip-hop también se hace presente en el NRMAL.
La austriaca Dorit Chrysler hipnotizó al público con su theremin, un instrumento con el cual no es tan frecuente encontrarse, pero que ella toca de maravilla. Con su distintiva voz, Circuit Des Yeux puso en pausa por un momento el trip de la gente y, enseguida, los consentidos del NRMAL, Clubz, se presentaron con todo un live show. No los veía presentarse con una banda completa desde que ambos integrantes tocaban en Husky.
En la carpa roja se presentaba el chileno Aye Aye con su poderoso Yopo Freestyle, mientras que Oly representó al ya recurrente crew de NAAFI en el festival. Por el otro lado, los neoyorkinos de Porches continuaron con el ambiente relajado que puso en pausa a la psicodelia.
El viaje regresaría con todo con la presentación de Moon Duo. Visuales lisérgicos, texturas sonoras casi tangibles y un ritmo que puso en estado de trance hasta a los menos psiconautras del público. Definitivamente el highlight de la noche.
Finalmente, The Brian Jonestown Massacre se paró en el escenario azul para dar la cátedra maestra de música psicodélica que todos estaban esperando. Sin duda, si Anton Newcombe no existiera, posiblemente muchas de las bandas que se presentaron en el festival tampoco hubieran existido. Con un set de dos horas y una actitud confrontante que sólo a ellos se le perdona, The Brian Jonestown Massacre cerraron el plato fuerte del primer día del NRMAL.
Pero todavía no se bajen del trip, que hoy sigue otra dosis.