//Por: Santiago Rodríguez
No es ninguna sorpresa ir caminando por la calle y que de improviso algún compañero peatón se detenga, gire un poco, levante su selfie-stick y se tome una fotografía en un celular. Estudios, fiestas, antros, parques, museos, zoológicos y hasta baños públicos han presenciado la evolución cultural del autorretrato fotográfico. Históricamente, el primer autorretrato o “selfie” que se tomó con una cámara fue en 1839, poco más de 10 años después de que se inventara el daguerrotipo (una de las primeras técnicas de fotografía que utiliza una placa de plata y químicos para plasmar imágenes, creado por Jacques M. Daguerre). Robert Cornelius, un químico de Filadelfia, se escabulló detrás de su tienda, abrió su cámara nueva, preparó el proceso del daguerrotipo y corrió, ilusionado, a sentarse en un banquito durante un minuto.
Regresó a tapar la cámara y a escribir en su placa de plata: “La primera imagen tomada con luz. 1839”.
Hoy en día, tenemos selfies tan memorables como aquella de los premios de la Academia en 2014, tomada por Bradley Cooper. Pero no son algo nuevo, pero ahora son parte de nuestra civilización. Todos tenemos más de una selfie en nuestros carretes. Con la facilidad de tomar fotografías con el Smartphone, podemos experimentar en este proceso para recordar momentos en la vida, sean importantes, chuscos o simplemente porque nos cruzamos con un extraño que nos llamó la atención.
Como fotógrafo, existe la preocupación de que las imágenes no reflejen lo que nosotros buscamos. Que no nos guste nuestra foto. En la fotografía es importante que la imagen sea plasmada como nosotros queremos, y no que tengamos la suerte de que “salga bien”. Compartiré un par de consejos y trucos que siempre ayudarán a incrementar el control sobre esa tramposa cámara frontal del celular, con la esperanza de que se mejore ese instante, ese sentimiento de la vida congelado en una imagen.
Mira tu entorno. La selfie no involucra únicamente un rostro, sino también todo lo que tenemos alrededor. Intenta buscar que el entorno tenga algo que ver con lo que quieres plasmar y que refleje un mensaje. No está mal tener selfies en los cuartos, pero no es agradable ver la cama deshecha, sucia, la basura tirada, la bolsa de cheetos sobre la almohada, etc. Es bueno buscar que el trasfondo de la fotografía refleje un mensaje subconsciente.
Usa la luz. (“use the light, little one”) La luz es el mejor amigo del fotógrafo, pero hay que saber utilizarla con respeto. Prefiere la luz natural contra cualquier flash artificial. Ningún flash de cámara digital frontal vale la pena, a no ser que tengas un flash externo especial para la ocasión. Huye de las sombras del celular en el rostro, pero mantén tu cara o tu perfil de frente al sol; utiliza sabiamente la sombra de los árboles o el reflejo de colores de algún póster o edificio. Sé creativo con la luz y la luz te lo recompensará.
Distancia necesaria. Todos los objetivos tienen un “sweet spot” donde se prefiere tomar la imagen. Sí, hablamos de distancia, de centímetros. Una cámara que esté demasiado cerca tenderá a aplastar el rostro. Si está demasiado lejos, podrá hacerle perder tridimensionalidad. Prueba y ensaya cuál es la distancia ideal para el caprichoso objetivo frontal del celular. No tengas miedo de alargar el brazo o usar selfie-sticks si es necesario; lo que la gente piense de ti cuando tomes una fotografía debe importarles sólo a ellos.
Ángulo ideal. Encuentra tu ángulo ideal haciendo varias pruebas en privado. Haz caras, saca la lengua, diviértete. Una vez que sepas qué ángulo te favorece más, dale preferencia en las fotografías. Asimismo, siempre tenemos un par de trucos de modelaje que te pueden servir: tomar la fotografía elevando el celular y echando el rostro hacia el frente, suele eliminar la papada; adelantar el hombro del brazo con el que te vas a tomar la selfie y estar “un poco en diagonal” a la cámara hará que tu rostro se vea más delgado; inclinar hacia un lado o hacia otro el perfil ayudará a corregir alguna posible irregularidad o desviación en la nariz.
Sé creativo. ¿Cuántas selfies existen en las redes sociales? ¿Cuántas son diferentes? El acceso tan fácil que tenemos a tomar fotos ha hecho que sea cada vez más difícil salir de la generalidad. Sin embargo, siempre puedes encontrar ideas novedosas, creativas y divertidas para expresarte. Regálate un tiempo para pensar en la composición, el mensaje, los colores, el lugar de tu fotografía. Innova. Un selfie stick puede cambiar el ángulo en un tren, en una alberca. Tomar una selfie detrás de una botella puede ayudar a crear un efecto sorprendente en tu viaje a la playa. Mientras más única sea la fotografía, mejores recuerdos guardará.
Huye de los espejos. No son malos. Hay fotografías muy creativas hechas en espejos. Sin embargo, normalmente tomamos la foto en el baño del antro antes de salir a ligar o a pedir otra copa. Las selfies en baños, cuartos, espejos de probadores no suelen tener un gran mensaje de fondo. Pero lo más importante es que los espejos distorsionan la imagen. Estás tomando una fotografía a una superficie plana que refleja diferente según sea el ángulo. La imagen pierde así mucha fuerza. Por otro lado, es normal ver el flashazo que opaca la imagen y deja un punto blanco al lado de tu rostro; no suele ser recomendado en las fotografías.
Espero que estos pequeños consejos ayuden a capturar tus recuerdos.