Millennials #WARPGeopolítica
// Por: Staff
vie 3 febrero, 2017
//Por: Ruben Turok (@Ruben_Tkc)
Millennial – “Una persona que alcanza la edad adulta joven en los inicios del siglo XXI, nacido entre el año 1980 y el 1999”.
¿Qué tiene que ver los millennials con cualquier tema de la política? En la actualidad, prácticamente con todo. Nunca antes una generación ha crecido con algo que se le acerque al acceso de información que se vive en la actualidad y con un entendimiento de las tecnologías que le dan acceso al mismo. La llegada del internet significó en su momento para diversos académicos el inicio de la inevitable democratización de toda una generación.
“¡Adiós a la censura de la información y al control de las masas!” Esos exclamaron los expertos y analistas. “¡Adiós a la indiferencia y adiós a la discriminación!” Fue lo que gritaron a todo pulmón los demócratas y las organizaciones civiles.
¿Qué ocurrió?
La juventud, aunque más consciente e informada, pocos o nulos cambios se han visto reflejado en el conocimiento o la participación ciudadana. Aún peor, algo que caracteriza a los millennials es la arrogancia y el amor por la comodidad personal.
Nos quejamos constantemente del status quo, pero consumimos su información como borregos. Utilizamos Facebook como nuestra principal fuente de información y con un meme hacemos determinaciones sobre hechos, sin cuestionarnos su validez o sin buscar otras versiones. Nos encajonamos en noticieros y en personas que nos dicen lo que queremos escuchar y bloqueamos de nuestros oídos al resto del mundo.
Hemos mostrado apatía, cinismo y resentimiento; que rara vez ha evolucionado en una verdadera participación ciudadana de los millennials. Ninguna generación es perfecta, pero algunos añoran los sesentas donde los jóvenes (como siempre debería de ser) fueron los actores centrales del cambio. Ahora nos conformamos con poner un post en Facebook y lo presumimos como nuestra aportación democrática. Estas es la generación que presume libre pensamiento y odia que alguien trate de dictarles como ver el mundo, pero son los mismos que con una serie de memes acabaron equivaliendo a Donald Trump y Hilary Clinton. Algo que varios aún sostienen sabiendo que mucho de lo que salió fue una estrategia de Rusia para intervenir en las elecciones.
Son los mismos que solo critican a Enrique Peña Nieto (aunque hay mucho material verídico para hacerlo) e idolatran a Andrés Manuel López Obrador, sin importar la información. Son los mismos que en Estados Unidos exclamaron y respondieron con el movimiento de “Bernie Sanders or Bust” (Bernie Sanders o nada), cuando la decisión era entre una mujer altamente calificada que de entrada cree en el cambio climático, cediendo la elección a un hombre senil y completamente ajeno de la realidad. En Inglaterra nadie salió a votar, pero bien se quejaron cuando se percataron que los ancianos resentidos les habían privado de un mejor futuro…
Este es la realidad de nuestra generación. ¿Es peor que las anteriores? No, en números, pero la exigencia es y debe de ser mayor. Para una generación que la información no es una limitante, nuestra indiferencia resulta repugnante.
Nuestra generación pasa más tiempo buscando cuidar los sentimientos de la gente, que protegiendo los principios democráticos y buscando crear verdaderos avances. Nos damos por bien servidos censurando a la gente, mientras el mundo se prende en fuego. Nos preocupa más escuchar alguien de la extrema derecha (caso de la Universidad de Berkeley) para buscar entender los problemas en vez de bloquearlos, de lo que nos acabamos preocupando por temas de igualdad, cambio climático y educación. Preferimos ganar “batallas” insignificantes y hasta contra-producente, mientras perdemos la guerra. En un mundo de tanta información, nunca se había visto una generación que pudiera vivir tan cómodamente recluido en su burbuja.
¡Ante la nula necesidad de buscar verdaderamente alguna información, hemos perdido la capacidad del pensamiento crítico! ¿Los grandes ganadores de esto? Son, las élites que tanto decimos odiar y repudiar.
El futuro ya se convirtió en nuestro presente. Al finalizar este año todos los considerados millennials en todo el orbe de los países democráticos serán considerados ciudadanos. Nuestra indiferencia e imposibilidad de priorizar, pone nuestro futuro y el de las próximas generaciones en riesgo. Debemos de dejar de quejarnos y actuar, así como aceptar que somos de los principales responsables de lo que pasa alrededor del mundo.
Siendo perteneciente de esta generación, soy un fuerte crítico y no me exhumo de la responsabilidad. En muchas ocasiones me encuentro formando parte del mismo circulo vicioso de complacencia y cinismo que nos caracteriza. Sé que ideológicamente estamos en el lado correcto de la historia, pero de poco sirven los buenos pensamientos si no se empatan con la acción.
Si no maduramos y nos percatamos que se no está pasando nuestro tiempo por un lado, mucho tendremos para seguir quejándonos el resto de nuestras vidas sin ningún resultado.
