Pedro Ochoa, dueño de Porco Rosso, vivía en Estados Unidos, donde se hizo aficionado a visitar cada lugar de BBQ que encontraba, hecho que lo inspiró a abrir un espacio similar en México.
Pedro ya había analizado cómo iniciar su negocio, pues se requiere un equipo especial además de importar la carne de Estados Unidos, así que al regresar a México pasó por la colonia Roma y se enamoró de “su esquina”, la cual tardó poco más de un año en conseguir.
Ya abierto, Porco Rosso tuvo un gran recibimiento, por lo que nuevas sucursales empezaron a surgir no con la intención de crecer como un gigante de franquicias, sino de brindar puntos de encuentro en los que la hospitalidad representara una experiencia única para cada persona que llegara a degustar sus platillos.
En todas las sucursales de Porco Rosso hay huertos con la finalidad de que los comensales no se sientan en la ciudad, sino en un lugar libre y despejado. Por otro lado, siempre juegan con el ahumador e introducen recetas novedosas; la nueva modalidad de los fines de semana es la creación de platillos sin apego al menú convencional, por ejemplo, cachete de cerdo, papada de cerdo y lengua de res.
Otro de los atractivos es la variedad de salsas, además de poder complementar la comida con margaritas, cerveza artesanal o clericot, y como siempre hay espacio para el postre su carta incluye delicias imperdibles. Por cierto, las favoritas del público son las Baby Back Ribs.
Porco Rosso:
Zacatecas 102, Col. Roma Norte
Mazatlán 148, Col. Condesa
División del Norte 3103, Col. El Rosedal
Río Nazas 111, Col. Cuauhtémoc
Av. Ejército Nacional 769, Col. Granada (dentro del Centro Comercial Miyana)