Se dice que los modales hacen al hombre, pero parece que abrir la puerta, decir por favor y gracias y vestirse adecuadamente para la cena ya no es suficiente. Hoy en día ser caballero va más allá de los buenos modales, hay que mantener el buen gusto, el buen vestir y el buen vivir.
Al principio tuvimos a los dandis y el cambio de siglo nos trajo su evolución obvia, el gentleman inglés, que llevaría su atención a la moda y los modales al extremo. La década de 1940 nos entregó los últimos vestigios del “caballerismo”, poco antes de que el sombrero dejara de ser un símbolo de elegancia.
Durante algún tiempo estos valores y cánones estéticos fueron olvidados, el movimiento hippie se hizo latente en gran parte del mundo, dejando rezagados los trajes y blazers, sustituyéndolos con atuendos de manta, sandalias y cabelleras largas. Hoy en día parece que los caballeros están de regreso, con una idea diferente de lo que visualmente representa el concepto adaptada a nuestra época, pasando de un look clásico a una imagen donde las barbas y los tatuajes son permitidos y donde la formalidad será añadida siempre con un buen blazer, corbata y camisa.
Aunque lo que más destaca del new gentleman es su presencia y la manera en la que interactúa con el mundo, su sentido de libertad, responsabilidad y su sonrisa, sin dejar de lado la educación, la elegancia, la amabilidad, la empatía, el liderazgo y la autenticidad.