Tupac Martir, una luz que brilla en la lejanía #MéxicoEnElMundo

// Por: Staff

lun 14 noviembre, 2016

//Por: Raúl Arce

El discurso del mundo global cada vez suena más viejo, es algo que hemos aprendido a asimilar como una realidad a la que entramos casi de manera involuntaria.

Asumimos que el movimiento de personas entre naciones es una situación casi cotidiana en nuestra vida, y es que ante la falta de oportunidades, la concentración de las masas en las urbes, la inseguridad o simplemente el hecho de que por lo menos cinco generaciones de mexicanos no saben lo que es la estabilidad política o económica, a muchos de nosotros nos ha cruzado por la mente abandonar el barco, dejar el país.

Sin embargo, hay personas —sobre todo en la industria creativa y la ciencia— que han optado por irse a partir de una motivación diferente: expandir sus horizontes creativos más allá de las fronteras mexicanas, muchas veces encontrando apoyo y reconocimiento en otras naciones.

Uno de estos casos es el del diseñador visual Tupac Martir, un personaje consolidado dentro del ambiente creativo y de la moda en Reino Unido y buena parte de Europa, que lo mismo ha trabajado con Porter u Austin TV, que en campañas de Alexander McQueen o Hugo Boss, así como en los shows de UNKLE y Beyoncé.

La vida de Tupac comenzó en Reino Unido pero con raíces profundamente mexicanas, al ser hijo de un huichol y una tepehuana, además de un orgulloso exalumno del Instituto Escuela del Sur y un asiduo paseante de Miramontes y Pericoapa.

Hoy, Tupac es ciudadano del mundo, siempre ocupado pero en esta ocasión, después de montar un show en Milán y regresar a su cuarto de hotel en motocicleta, nos tomó la llamada para platicar de su trabajo, su historia en México y la relación que mantiene a una distancia relativa con nuestro país.

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Probablemente, dentro del medio hay mucha gente que te conoce o ha visto tu trabajo, pero si alguien leyera tu nombre por primera vez en esta entrevista, ¿cómo le explicarías tu obra?
Soy un artista visual para el entretenimiento en vivo, en pocas palabras. Empecé siendo pintor y la forma en la que trabajo siempre está basada en las técnicas de pintura que aprendí.

A partir de ahí hago grabado, dibujo, foto, video… y por el destino, el mundo me llevó al entretenimiento en vivo, de ahí aprendí a hacer escenografías, visuales, luz, marionetas y todo lo que puedas imaginar, pero en verdad, lo que más me gusta hacer es entretenimiento en vivo; me encanta ver la reacción de la gente cuando las cosas están sucediendo. Me han invitado a hacer muchas películas y he desistido porque no tienen el mismo feeling, y las cosas que hago son así, no hay de “córtale” o “edítale”, nada de eso, tal vez terminando hacemos otra toma pero la rola se hace completa, porque a final de cuentas debe tener ese sentimiento de la experiencia en vivo cuando observas algo, y eso me fascina.

A veces tenemos la percepción de que el talento mexicano es más reconocido en el extranjero que aquí. ¿Cómo te sientes al respecto?
Yo no creo necesitar el reconocimiento de nadie, no hago lo que hago porque quiero que el mundo me reconozca. Mientras el diseñador, la banda o el artista esté feliz para mí está bien, a ellos son a los que tengo que mantener felices. De ahí, quizás hay un público —que generalmente en mi trabajo hay— y si ellos salen contentos ¡pues qué chingón!; digo, no espero que la gente sepa quién soy, por el simple hecho de que nadie en verdad se mete a investigar quién es Andi Watson o Willie Williams. Sin embargo, Andy es el diseñador de Radiohead, y cuando la gente dice “es que Radiohead se ve increíble” yo pienso, ¡no, Radiohead sonó increíble, el que se ve increíble es Andi! Me causa mucho problema cuando dicen que les gustó mucho el show de U2, porque cuando la banda toca, todo bien en cuanto a la música, pero lo que ves es realmente a Willie Williams.

Como diseñadores, nuestro trabajo realmente lo hacemos para el cliente, la banda o como lo quieras llamar, y en cuanto al reconocimiento nos interesa más a nivel interno, si ellos me dicen que les gustó para mí es más que suficiente. El hecho de que haya gente que le interese lo que hago fuera de mi negocio, mi grupo de amigos o de lo que somos, y que además le interese saber quién soy me llena de satisfacción, pero es sólo la cereza del pastel. No quiero sonar como si no me importara, sólo que mi primer interés es el artista.

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¿Crees que haber vivido en México te da una perspectiva diferente de las cosas?
Me encantó que mis diez años de chavito los viviera en México. Esos años de andar en bicicleta en todo Miramontes, Coapa, los mercados… todo eso te da una percepción muy interesante de cómo es la cultura; me tocó Rockotitlán, el inicio de Café Tacvba, de La Maldita, son cosas que me marcaron mucho. Fui a una escuela de la que salió mucha gente del medio, por decirlo de alguna manera, el Instituto Escuela del Sur de donde viene Diego (Luna), Liquits, una banda bien interesante que no sabía que iba a ser relevante. Eso me dio una perspectiva interesante por la forma en la que crecí. Me voy a Inglaterra, regreso a México en 2001 y para 2003, viviendo en la Condesa, me toca ese movimiento que me marcó mucho, porque la Condesa era un punto de cultura, donde todos vivíamos cerca, íbamos a las mismas fiestas, y surge una generación de personas que, con el tiempo, llegaron a tener mucha influencia en el panorama cultural mexicano. Eso me sirvió mucho, porque cuando llegué a Londres, sin conocer a nadie, desde cero, el tacto y el entendimiento de ciertas cosas vienen de ese tiempo en México.

¿Qué encuentras cuando llegas a Londres?
A mucha gente diciéndome: “Ok, hiciste eso en el extranjero pero aquí no has hecho nada, así que tienes que comenzar de cero”. Al final eso es real, ¿por qué debería tener prioridad yo sobre alguien que ha trabajado 12 años para el mismo diseñador?, yo soy uno más en la lista, y a partir de ahí, no sé si por ingenuidad o ego, pero yo respondía, “a mí denme la oportunidad y voy a mostrarles lo que puedo hacer”, con la intención de aprovechar y moverme en ese espacio.

Imagínate, llego a Londres en 2008 y para 2012 hago Nierka. Eso surgió a partir de creérmela completamente, pensando “si no me la creo yo nadie más lo va a hacer”. También es muy importante conocer tu capacidad, porque yo jamás me aventé a algo que no podía hacer. Creo que sigo aprendiendo todos los días pero es parte de machacarle, porque hay días muy, muy difíciles, he pasado por cosas que no le deseo ni a mi peor enemigo, pero entiendo que es parte del crecimiento que quiero tener. Hay momentos en que termina el show y horas después me llega un mail del diseñador o el artista con su opinión, y eso simplemente te libera.

Yo siempre quise cambiar la moda en México pero jamás se me dio la oportunidad. Curiosamente y sin propiciarlo, entré en el mundo de la moda y ahora me busca mucha gente. Creo que estoy haciendo cosas muy lindas en esta industria y estoy muy agradecido por ello. Obviamente no soy una persona de moda, no me visto así, no soy fashionista, pero me interesa el diseño dentro de la moda y la entiendo como parte de él. La belleza que tiene todo esto es que jamás pensé en trabajar con Alexander McQueen o Max Mara, es más, justo terminé un proyecto para Hugo Boss. Son cosas que veo a lo lejos y pienso que si alguien me hubiera dicho que iba a hacer esto hace 10 años le hubiera dicho “estás loco”, ¿cómo yo iba a tener la posibilidad de trabajar para estas marcas?

Es muy extraño saber que soy parte de este mundo de la moda. La verdad es si me ves en la foto no soy parte de esto por la manera en que me visto, sino por la manera en que veo el diseño.

¿A menudo haces este ejercicio de verte a ti mismo a la lejanía?
No creo que sea tan así, pero lo que no deja de ser increíble es que ahorita tomara mi teléfono y pudiera marcarle a James Lavelle, quien en 1997, cuando yo estaba en la universidad, sacó Psyence Fiction y pude comprarlo. Ahora, no es que lo tenga en speed dial, él me busca a mí, voy a su casa y platicamos, escucho rolas nuevas… Para el mundo yo soy el visual designer de UNKLE.

Me contabas que has pasado momentos muy complicados. ¿Alguna vez consideraste regresar?
¡Es que jamás me he ido! Voy a México a hacer por lo menos un par de cosas cada año. Para mí México es un ancla, creo que nunca voy en plan de vacaciones, voy a ver a mi madre y cuando llego no me quedo en un hotel, me quedo en el departamento y desayuno con ella porque además necesito esa relación.

Hay un momento increíble que me pasó en Londres. Fui el primer diseñador de stage en hacer una conferencia en el V&A (Victoria & Albert Museum) con Tony Chambers, editor en jefe de la revista Wallpaper, como mi entrevistador. De repente nos enteramos de que el evento era sold out. Yo hago la plática, un performance precioso y todo increíble; imagíname con todo el pavorreal en su esplendor. Llevé a mi madre desde México porque era importante que estuviera conmigo en ese momento, todo termina, volteo a verla y, sin más, me dice: “Sí, sí, mucho pinche V&A, yo tengo hambre, dame de comer”. La verdad es muy simple: puedo ser muchas cosas para mucha gente pero antes que nada soy su hijo.

Ese tipo de cosas te dan perspectiva, ¿no crees?
Claro, por eso me gusta ir a mi casa y quedarme con mi mamá, porque no importa qué esté sucediendo en mi vida, yo regreso y sigo siendo sólo su hijo, el resto del mundo no importa, mucho menos lo que haya diseñado, y si en algún momento llego a perder el piso, aunque sea un poco, mi madre y mi equipo de trabajo me recuerdan que soy una persona común y corriente, que ni se me ocurra creer otra cosa.

Ahora tú tienes la confianza de grandes marcas y artistas reconocidos, sin embargo, a veces sentimos que hace falta que más personas y organizaciones den oportunidades a nuevos talentos mexicanos…
Creo que en México hay muchísimo talento, y cada vez que puedo me jalo a alguien de allá, porque hay una cantidad brutal de talento en nuestro país.