Como algunos podrán recordar, el 2 de octubre la comunidad colombiana rechazó el tratado de paz con Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, mejor conocidas como las FARC. El día de ayer, se firmó un nuevo acuerdo, sustituyendo a aquél creado en septiembre.
El nuevo tratado replantea las propuestas que serán pactadas entre ambos sectores, el cual, en palabras del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos:
“Hemos trabajado juiciosamente y espero que ese trabajo satisfaga a los del ‘No’ y a la nación”.
Ahora bien, ¿cuáles fueron las modificaciones para este nuevo acuerdo de paz?
Desafortunadamente, los textos y modificaciones oficiales, así como el documento definitivo no se ha difundido como tal, lo cual deja la situación actual con un poco de incertidumbre. En un artículo de la BBC, se han planteado varios puntos que podrían ser incluidos en las modificaciones, mismos que han sido planteados a partir de las declaraciones realizadas por Santos y Humberto De la Calle, jefe su equipo negociador. Recordemos que éstos son sólo acercamientos, aún no son acciones completamente confirmadas:
– El acuerdo ahora no pasará a formar parte de la Constitución. “Sólo quedarán los temas de derechos humanos y de Derecho Internacional Humanitario, que ya de por sí hacen parte de la Constitución”, en palabras de Santos.
– La Jurisdicción Especial para la Paz (o JEP, el sistema especial de justicia transicional acordado en La Habana) ahora tendrá un límite de diez años y sólo podrá recibir solicitudes de investigación durante los primeros dos años.
– Se definió con mayor claridad qué será la “restricción efectiva de la libertad” (pena alternativa a la de prisión para quienes cuenten la verdad de sus crímenes de forma inmediata).
– Durante la dejación de armas, las FARC deberán declarar sus bienes y entregarlos para reparar a las víctimas.
– Se reducirá en un 30% la financiación al partido de las FARC, en comparación con el acuerdo anterior. “Para que quede en igualdad de condiciones con los demás partidos”, dijo el presidente Santos.
– “Se hicieron las modificaciones para garantizar que la llamada ideología de género no está presente -nunca lo estuvo— ni siquiera de manera sugerida”, dijo el presidente.
– El nuevo acuerdo reconoce a la familia y a los líderes religiosos como víctimas del conflicto. Se les da un lugar a los grupos religiosos en la política de prevención y atención de consumidores de drogas ilícitas.
– El gran cambio que no ocurrió y que fue motivo de muchos votantes para decirle que “No” al primer acuerdo es que le daba a la posibilidad a los jefes guerrilleros de acceder a cargos electivos. Eso se mantuvo: podrán presentarse y tendrán cinco escaños garantizados en el Senado y cinco en la Cámara de Representantes por dos períodos consecutivos a partir de 2018.