El senador por Texas y aspirante a la presidencia de Estados Unidos, Ted Cruz, abandonó de manera abrupta su campaña después de la derrota ante Donald Trump en las elecciones primarias del estado de Indiana, un hecho que lo dejó sin camino viable para llegar a la candidatura Republicana.
Antes de los resultados del martes, Cruz había prometido su permanencia en la carrera hacia la casa blanca, apegándose a la posibilidad de que a Trump le sacara ventaja con los 1,237 delegados que le faltan para ganar la candidatura. Sin embargo, aunque la campaña de Cruz fue amplia en Indiana, no pudo vencer a su multimillonario oponente. Aún así, Trump debe ganar alrededor de 200 delegados más para obtener la nominación definitiva, y aunque virtualmente ya está en sus manos, tiene que reunir a un partido Republicano que se ha separado significativamente debido a su candidatura. Como es característica de su personalidad burlona, al momento en el que Cruz se retiró inmediatamente aprovechó para hacer bromas en su contra.
Incluso antes de los resultados de Indiana, algunos líderes conservadores estaban planeando lanzar a un nuevo candidato viable para que compitiese contra Trump en otoño.
Por otro lado, Clinton se encuentra en una situación en la que debe ganar sobre los entusiastas que apoyan a Sanders. El senador por Vermont ha logrado conseguir que mucha gente joven lo respalde, un grupo que los Demócratas consideran en la elección general. Sanders consiguió que los Superdelegados (miembros del partido que pueden apoyar al candidato de su preferencia a pesar de cómo resulten las votaciones en sus estados) Y tan solo favorecen a Clinton en un margen de 18 sobre 1. Sin embargo, Clinton sigue a la cabeza en los resultados globales de las elecciones primarias.
Para obtener la nominación Demócrata, es necesitan 2,383 delegados. Sanders cuenta con 1,400, y Clinton con 2,202. Para obtener la nominación Republicana, se necesitan 1,237 delegados. Trump cuenta con 1,047.