Mutek.mx (Antiguo Autómata Mexicano, Sun Araw, Laurel Halo y Organ Mood)

// Por: Staff

dom 7 octubre, 2012

Lugar: Teatro Fru Fru

Fecha: 05 October 2012

Mutek.mx, que termina sesiones este domingo en la Ciudad de México y luego tendrá una veta de su programación en el Festival Cervantino, tuvo una sesión de A/VISIÓN dedicada a los “Estados Alterados” el pasado viernes 5 de octubre, en el Teatro Fru Fru. En A/Visión, el festival busca la estimulación visual extraordinaria y los sonidos envolventes. En ese marco, se presentaron cuatro proyectos distintos. El cartel de la noche, por orden de aparición comprendió al ingrediente nacional, Antiguo Autómata Mexicano (México), Sun Araw y Laurel Halo, de Estados Unidos, y Organ Mood, de la Canadá francófona.

Sin saber si había un error en el video o eso ya era parte del concierto, inició Antiguo Autómata Mexicano, proyecto del regiomontano Ángel Sánchez quien se hizo acompañar en escenario de un baterista y otro remixer. Sus resonancias fueron, sin duda, la expresión más rocker de la noche. Se reproducían digitalmente riffs estruendosos y notas que podrían remitir ligeramente a Kraftwerk (krautrock) o a Depeche Mode, con la base rítmica de la batería que. en momentos, era totalmente opacada por el resto de los elementos y se quedaba atrás en ocasiones desfasada. La propuesta visual simultánea incluía glitches e imágenes con animaciones pixeladas sin mucha pretensión.

Aunque su pieza más lograda e interesante daba fin a su set, hemos de decir que, especialmente en el terreno sonoro, se extrañaron matices más profundos y tal vez un mayor protagonismo de la batería.

Breve fue el set de AAM, para dar paso a lo más destacado y refrescante de la noche, Sun Araw, una triada de multi-insrumentistas que, si bien parecen poco pretenciosos al inicio de cada pieza, su desarrollo sonoro, a pesar de ser repetitivo, se desenvuelve de forma sofisticada y hacia cúspides claras. Su arsenal de instrumentos a lo largo de la noche incluyó algo de voz, guitarra eléctrica, sintetizadores que reproducían cencerros y percusiones de madera, teclado, saxofón y bajo. Bien apuntan en el sitio de Mutek.mx que la banda “se nutre lo mismo del cosmic rock alemán que del space funk de Sun Ra”, y redondearíamos diciendo que escucharles nos puede llevar hacia un espacio tropical futurista, donde se escucha la electrónica, el afrobeat, la psicodelia y un sutil y evolucionado reggae. Los visuales que les acompañan son simples y remiten a huellas digitales coloridas y superpuestas. Podrían prescindir de ellos.

Seguía el turno de Laurel Halo, solitaria fémina de larga cabellera que no utilizó la pantalla y sólo tenía frente a ella una especie de estación espacial con un teclado y un bonche de aparatos. Ella flota en la electrónica experimental, incluyendo nostálgicos beats de new age, voz intervenida en tiempo real, secuencias hipnóticas y algunos cortes que remiten a melodías provenientes de las cajas de música. En su discurso refinado se puede percibir que ha trabajado profundamente en el perfeccionamiento de una expresión, donde ya se nota una rúbrica única. Fue un set algo extendido, ya esas alturas de la noche, acercándonos a las tres horas de permanencia voluntaria que despuntaba en cierta fatiga sonora.

Lo más esperado era Organ Mood, un dueto compuesto por un músico y un artista visual. El escenario: una estación de sintetizadores, secuenciadores y teclados del lado izquierdo, y cuatro proyectores de acetatos del lado derecho, dirigidos hacia la pantalla. Una experiencia contemplativa con imágenes coloridas, geométricas, superpuestas e intervenidas en vivo, mientras se desarrolla en tiempo real la improvisación sonora, donde hay texturas nebulosas mezcladas con beats más contundentes. Si bien el performance es llamativo y el dueto fue el único en tratar de interactuar más con el público, hizo falta una pieza cumbre a lo largo del set.

Así pues, variopinta fue la noche. Acierto que vale reconocer fue el rápido cambio de escenario para cada artista, que por la dotación instrumental era un reto de producción que fue bien resuelto por los organizadores. Aun así, la sesión fue larga, y para cuando Organ Mood estaba en el escenario, mucha gente empezaba a abandonar el recinto. Nos atreveríamos a imaginar cómo podría haber sido si sólo se hubieran programado tres proyectos en lugar de cuatro y que Sun Araw hubiese cerrado la noche…