Cuatro de seis. Dos de cinco. 12 tracks . 1997 pero 2012. Errores no calculados. Una banda de covers. Una banda invitada. Sin fobia a la informática, en el Plaza Condesa Leo y Paco supieron darse a querer.
El programa nombrado “Fobiarama 4: Amor Chiquito” fue ejecutado el día de ayer, en el ya consentido recinto de conocida y popular colonia de la Ciudad de México. Leonardo de Lozanne (voz y músculo) y Paco Huidobro (guitarra, coros y cerebro), los dos miembros fundadores de Fobia, y ahora los dos miembros originales restantes de la agrupación tras la ya presentida salida de Iñaki, Cha! y Jay, reconstruyeron todas y cada una de las canciones que forman el álbum “Amor Chiquito”, mismo que les diera su punto más alto en cuanto a popularidad y ventas en 1997.
Repite como banda telonera Black Star, que se encargó de versionar algunos de los tracks más populares de la banda celebrada. ‘Hoy tengo miedo’, ‘Fiebre’, ‘El Diablo’, ‘El Microbito’ y ‘Revolución Sin Manos’ fueron los temas que reinterpretaron en mood reggae/dub. Se agradece el humor muy a la Fobia (recordemos aquella versión de ‘El Microbito’ que sonaba al final de su gira pasada, hecha por encargo al más puro estilo de ‘Carlos y José’). Lo mismo hicieron en Fobiarama 1 y 2. No así en el 3.
Cambio de set. Tracks complacientes (Bunbury, Soda Stereo, etc.) del “seleccionador” del recinto. El turno de Jumbo. Cuatro temas exactamente como había revelado con antelación la chica “encargada de la prensa” del lugar.
Suenan los primeros acordes de ‘Revolución Sin Manos’ y el respetable estalla. Es una locura prematura. Apenas se escucha la voz de Leonardo aminorada por los cientos de voces que cantan con toda fuerza la letra del track abridor. Paco y Leo demuestran que no sólo desempolvaron los temas de “Amor Chquito”, también le quitaron telarañas a la ropa y accesorios que usaban por aquella época (para muestra, los lentes de Paco y las maracas de Leonardo). Lo mismo han hecho para los jueves pasados. Recompensas sólo para “psycho-fans (yo no).”
‘Descontrol’ fue igual de coreada, la euforia creció. Entonces el baterista de Jumbo se queda sin micrófono en el bombo. Se escucha un hueco de frecuencias por media canción. No importa mucho (a mí sí). Castillo, vocalista de Jumbo, se equivoca por casi nada en la letra. ‘Vestida Para Matar’ retumba el piso. Paco y Leo regalan lentes fluorescentes a la multitud. “Buenas noches. Bienvenidos a Fobirama 4”, exclama Leonardo. ‘Hipnotízame’… gritos femeninos a niveles dolorosos. ‘Ai Kan Bugui’, track instrumental y quizá el menos conocido del disco, calma el dolor de oído. La interpretación de este track casi de culto es espléndida.
‘Veneno Vil’ vuelve a explotar el respetable. La energía en el escenario llega a uno de sus puntos cúspides. ¡Dios! 1997 se ha apoderado de nuestros cuerpos. Junto con el track abridor, es este quizá uno de los más esperados de la noche.
‘Mira Teté’ ve a Castillo equivocarse por segunda vez en la estrofa rapeada que la banda pone a su cargo. Los que pagaron su boleto no se equivocan y acaban a tiempo dicha estrofa. Mientras más fu-más te quiero. ‘Sin querer’. Es este uno de los tracks que más recuerdan al Fobia de los primeros dos discos. La gente asistente, misma que se ve cada vez más joven conforme pasan los jueves, se sabe la letra a totalidad.
‘Casi Amor’, Castillo prefiere no equivocarse y a la mitad del solo de voz/berreo de la última parte del tema se hinca ante Paco Huidobro y direcciona su micrófono hacia “El Maestro”, quien no se equivoca y lo canta completo. ‘Vivo’. Los decibeles venusinos llegan a su clímax. “Uo-o-o-o-ó” se escucha a coro. Inicia ‘Casa Vacía’ y el “Uo-o-o-o-ó” sigue a todo.
Fin del programa.
Excepto porque cuando la banda celebrada y la banda invitada se unen para recibir el aplauso de un gustoso y extasiado público, se escucha de fondo el tema conocido injustamente como bonus track. Debería tener un nombre. Hasta ‘A buni-buni-buni-buni-chaka’, en “Leche”, tiene nombre, se llama: “_____”. Es como esos puentes en los discos de Depeche Mode, que por los bajos rumbos se conocían sus nombres, se hacían de cierto culto. El mismo caso pero sin nombre.
“Amor Chiquito” dio fama abrumadora a Fobia. Se notó entre la gente asistente este jueves, quienes, a la salida, ahora si compraron su pulsera bordada con el nombre de la banda. Yo soy de los amantes de la trilogía. Pero este disco casi hace una trilogía de cuatro. Imposible. Casi. Lo queremos igual, es chiquito.