La unión de Turquía a Europa #WARPGeopolítica

// Por: Staff

vie 11 marzo, 2016

¿Es Turquía parte de Europa? Esta pregunta ha rondado ya muchos años, con el inicio del proceso de adhesión de Turquía a la Unión Europea (UE) en 1987, e incluso antes. Desde aquel año, la negociación de la solicitud turca se ha estancado, y no hay un proceso abierto para continuarlo. Acercarse más a Europa es una aspiración que los turcos han tenido desde hace décadas. Pero es posible que una respuesta llegará pronto, y de una manera inesperada.

Frente a la crisis siria y el masivo éxodo de refugiados hacia Europa occidental, Angela Merkel, la canciller alemana, abrió las puertas para recibirlos. El lema no oficial de la política alemana sería Willkommenskultur (cultura de bienvenida). Meses después, a pesar del caos y la incertidumbre, se estimó el valor de esa decisión al grado de ser elegida la “persona del año” de la revista Time, y mencionada como “la canciller del mundo libre”. Desde entonces, el total de llegados del Medio Oriente (mayormente Siria) a Europa ha superado un millón sólo en Alemania, y se proyecta que llegue otro millón más en el 2016. Esto haintegration_germany_1_470x301 puesto en tensión a los gobiernos del continente; para no tener una tragedia humanitaria en la UE se volvió prioritario encontrar los medios para dar vivienda y subsistencia a los llegados, y encima de ello encontrar la manera que se integren al mercado laboral y con eso a la sociedad receptora. Esa tarea, aunque colosal, no ha marchado tan mal hasta el momento. El verdadero campo de batalla se encuentra en la política de los países europeos, especialmente al respecto de la libertad de movimiento y los grupos xenófobos que han surgido contra ella. Este es el entorno en el cuál se realiza el cálculo de permitir que avance o no la candidatura turca a la UE, con profundas consecuencias.

Al respecto del tema de los refugiados, Turquía está en una situación más desesperada que sus contrapartes de la UE. El foco se encuentra en el hecho que comparte una frontera con Siria, origen de la mayoría de los refugiados que han estado llegando a Europa recientemente. Los sirios han sido expulsados de su país por el conflicto, teniendo que vivir en campos de refugiados, ante todo localizados en los países vecinos. Aunque cada país mesoriental es más pobre que cualquiera de la UE, han recibido y procesado varias veces más refugiados: en el periodo 2011-diciembre 2015, Líbano llegó a un millón, Jordania a 600,000, y Turquía a más de dos millones. Para el final de 2015, hospedó a un millón ochocientos mil refugiados, la gran mayoría de Siria, según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR en inglés). Para este momento pueden ser casi tres millones. Esto ha producido que el costo de mantener a los refugiados llegados cueste a Turquía más de 500 mil millones de dólares al mes, cifra en aumento. Las inquietudes escuchadas en Europa acerca de cómo integrar a los refugiados sirios a su cultura se replican en Turquía: los sirios son árabes y hablan árabe, los turcos son turcos y hablan turco. Que ambos sean musulmanes no necesariamente ayuda.

¿Qué tiene esto que ver con el posible ingreso de Turquía a la UE? Turquía ha fungido como la frontera para detener el flujo de refugiados a los países de Europa occidental, absorbiendo gran parte de ellos. Si se une a la UE, puede recibir el respaldo de los otros países miembro para consolidar esa posición, y a la vez tener más medios para evitar una catástrofe humanitaria en su país. La adhesión turca a la UE es defendida por argumentos que subrayan el impacto positivo que tendría la integración turca a Europa: pudiera traer un mayor alcance para influir al Medio Oriente, producir las garantías para prevenir que Turquía devenga una dictadura como en las que se solía vivir en ciertos lugares de Europa antes de la UE y el gran beneficio económico que sería ampliar las facilidades de comercio entre la mayor (la UE) y la decimoctava economía del mundo. Encima de eso, demostraría que la UE es una entidad comprometida con superar las aparentes barreras culturales. [1] Por otro lado, es descartada por argumentos que disminuyen la importancia e influencia de Turquía en Europa y sugiriendo que no tomó parte en la historia propia del continente. Así, concluyen que su adhesión sería no más que una cuestión “estratégica” y un distanciamiento entre Europa y su historia.

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Sin embargo, es posible que estos argumentos pronto quedarán de lado. Muchos de ellos sugieren sus raíces en eventos de hace centenares de años, el camino para el ingreso de Turquía puede resolverse en cuestión de semanas. El siete de marzo se realizó un apresurado acuerdo entre el gobierno de Alemania -con el beneplácito de la UE- y Turquía para cooperar frente a la crisis de migrantes. La UE promete miles de millones de dólares, relajar ciertas restricciones de visas y reiniciar la negociación de la adhesión de Turquía la UE. Esto ha atraído críticas, entre ellas, del UNHCR, por el esquema de deportaciones que adoptaría la UE, de Amnistía Internacional, por las irregularidades “morales y jurídicas” que implicaría el esquema de asentamiento propuesto (en corto: que por cada refugiado deportado a Turquía o Grecia desde el resto de la UE, la UE asentaría un refugiado en su propio territorio).

Las negociaciones continuarán pronto -se espera que a mediados de marzo se celebre la próxima reunión. Si efectivamente resultan en un camino hacia el ingreso de Turquía a la UE, el mapa geopolítico de la región cambiará en gran manera.

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1: Anderson, Perry, “Turquía (2011)” en El nuevo viejo mundo, 2012, Madrid, Akal.