La nave nodriza aterrizó en la capital mexicana para deleitar a un público que impacientemente esperaba el apocalipsis.
La Expo Bancomer se convirtió en un hangar donde se congregaron los fieles de la doctrina “YOLO”. Los asistentes estaban divididos por múltiples secciones, los de atrás (Zona General) sufrían los rebotes de sonido, los de la esquina (Zona para Menores de Edad) sufrían las atónitas miradas de sus padres y los de adelante (Dance Floor) sufrían los estragos de algunas sustancias nocivas.
Los Dj’s invitados se relevaban al punto de la hora, el público sacudió el recinto durante 5 horas al ritmo de interminables beats, era admirable el esfuerzo olímpico por parte de los mexicanos.
Con “I Got You (I Feel Good)” de James Brown, Dave Nada y Matt Nordstrom tomaron la consola y desataron la primer lluvia de bajos.
Nadastrom fue relevado por 12th Planet, éste saludó al público con un eufórico “Bienvenidos al fin del mundo”, a pesar de ser recibido por no tan cálidos coros, el oriundo de Los Angeles se ganó a la multitud con remixes de Kanye West, Swedish House Mafia y Elvis Crespo, sí, Elvis Crespo…
Al punto de las 12 llegó el turno de Zedd. El ruso-alemán desató con furia un intenso diluvio electrónico que seguramente alertó al Servicio Sismológico Nacional. En un curioso momento, Zedd sampleó el soundtrack 8-bit de la saga de The Legend Of Zelda.
A la 1:05 de la mañana apareció un cronómetro en la pantalla con una cuenta regresiva de 5 minutos, el preludio al Apocalipsis. Visuales de la Ciudad de México anunciaban la llegada de la madre nodriza a la capital mexicana. Era oficial, el supuesto fin del mundo había llegado, y para la fortuna de Jaime Maussan, sí se apareció un OVNI, comandado por Sonny Moore (Skrillex).
El músico americano deleitó a sus dedicados fans desde una nave espacial que se elevó a la mitad del concierto. La nave es reminiscente de la máquina de Captain Falcon en el videojuego de carreras F-Zero, y teniendo en cuenta el espectáculo visual de Skrillex, seguramente su escenario está inspirado en la franquicia de Nintendo.
Skrillex en vivo es un verdadero espectáculo, independientemente del odio o amor inquebrantable que provoque su música, es un show sumamente disfrutable. El ex vocalista de From First To Last detonó la Expo Bancomer con pirotecnia, violentos visuales de películas de autor (“El Viaje de Chihiro”, “El Resplandor”, etc.), juegos de láseres, llamaradas de diferentes colores y electrónica futurista que pone a prueba la resistencia del tímpano.
‘Make It Bun Dem’, ‘Rock N’ Roll (Will Take You To The Mountain)’, ‘My Name Is Skrillex’ y un breve sampleo a Daft Punk provocaron euforia masiva en una noche completamente hedonista.
Quizás y el mundo no se acabe, pero los seguidores de Skrillex vivieron la noche como si fuera la última en su existencia.