El tercer día del Festival SWICH 2012, no solo ofreció actos nacionales sino también bandas extranjeras, la cereza en el pastel de un día lleno de buenas bandas para ver.
Aunque unas lluvias intermitentes incomodaron un poco la velada, el público no quiso perderse a los grupos que tocaron en el interior del Estadio Nacional: Molotov de México, Illya Kuryaki and The Valderramas de Argentina y Sonámbulo, el telonero nacional.
Este concierto internacional fue un gran final para una jornada que calentó a ritmo lento.
La jornada inició a medio día con la presentación de la banda nacional Foffo Goddy, enfocada en el folk. El trío interpretó en la tarima de la plazoleta del Estadio Nacional canciones de su EP homónimo como ‘Between the World and Me’, ‘Parents and Son’ y la melancólica ‘Ending’, así como ‘Drunken Driver’ y ‘Jules’, que posiblemente sean parte de su próximo material.
A pesar del poco público, la banda ofreció una fina presentación llena de interesantes arreglos percusión y de cuerdas. Sus integrantes se mostraron muy agradecidos con el poco público presente al finalizar el concierto, y se despidieron con entusiasmo.
La agrupación de hard rock, Cabeza de Vinil, tocó de segunda e inyectó una buena dosis de energía en el ambiente. El público, que aumentaba con lentitud, se mostró bastante receptivo con la presentación y varios se aproximaron a la tarima para mover la cabeza al ritmo de los potentes riffs de la banda.
Color Noise fue la tercer banda en tomar el escenario, alrededor de las 2:20 p.m. El dúo proyectó un sonido macizo y disfrutó de un poco más de público que las primeras dos agrupaciones. A pesar de esto, el recinto se veía bastante vacío todavía.
Florian Droids subió al escenario a las 3:20 p.m. y recibió un buen apoyo por parte de los asistentes, quienes corearon canciones como ‘Monos Tuertos’ y ‘Lonely Days’. La banda dio una tallada y enérgica presentación en la que interpretaron piezas de su primer LP, así como algunas más nuevas, ‘Antes de la Muerte’ y ‘Gregorio Samsa’, recibidas con entusiasmo por el respetable.
La banda demostró que están a las puertas de una nueva etapa, en la que su música se ha vuelto más teatral, más enfocada en crear atmósferas que en el rock psicodélico que los dio a conocer. Esto no quiere decir que hayan dejado las distorsiones y los teclados análogos de lado, al contrario, estos elementos son ingredientes fundamentales de este nuevo sonido que ofrecen.
Cerca del final, el tecladista Jorge Guri tomó un momento para agradecer a la organización e incentivar al público a cooperar con el medio ambiente y el desarrollo sostenible. El concierto terminó y se podía escuchar a la gente pidiendo un encore, pero por cuestiones de itinerario la banda cerró su participación, en medio de una merecida lluvia de aplausos.
La gente se acercaba cada vez más al Estadio Nacional, en busca de entradas para el evento principal y tantear los precios de la mercancía de la banda que se ofrecía a las afueras del recinto. En la tarima de la plazoleta, mientras tanto, recibía a 424, banda de rock alternativo que recién estrenó su primer LP.
Iniciaron pues, con la primer canción de ese primer material, ‘Soñábamos ‘, tema que emocionó muchísimo a los presentes. La banda continuó demostrando el cambio de dirección que tomaron con esta nueva producción al interpretar piezas como ‘Ánimo’ y una versión reloaded de ‘Tijeras’ (parte de su primer EP); ambas, para satisfacción del grupo, bastante coreadas
La banda se mostró bastante cómoda en escena y sonó bastante amarrada. Cabe destacar la participación del baterista, Juan Carlos Pardo, cuya dinámica de interpretación lleva de la mano al público por momentos de intensidad y otros más relajados. Esta dinámica, siempre en ascenso, se nota en piezas como ‘Al Hueco’, tema incluido en su última producción y elegido para cerrar la participación del cuarteto. El público pidió una más y se la concedieron: ‘Mapas y Caminos’ fue el último tema interpretado en la tarima de la plazoleta esa tarde.
La banda agradeció los aplausos del público y se retiró del escenario, momento aprovechado por encargado de producción que invitó al público a entrar al Estadio Nacional para disfrutar del concierto internacional.
A pesar de haber mantenido una puntualidad rigurosa en los conciertos de la tarima externa, los conciertos realizados la noche del viernes en el interior del Estadio Nacional sufrieron una serie de atrasos, en parte por la poca afluencia de público que había allí a las 6:30 p.m. hora en que los nacionales de Sonámbulo deberían iniciar su presentación.
Esta misma inició hasta las 7:15 p.m., cuando todas las luces del recinto se apagaron y solo un par de luces azules iluminaron a la banda, ya dispuesta en escena. Una buena parte de los presentes se concentró en frente del escenario para cantar con ellos ‘Jabalí Montuno II’ y ‘Bolero Carabalí’.
Dentro del público habían jóvenes universitarios, adultos mayores y hasta jóvenes adultos aún ataviados con su traje formal de trabajo, pero ninguno de ellos pudo escapar de los encantos de Sonámbulo y la mayoría se dispuso a bailar.
El sonido de esta presentación (y las siguientes) fue impecable de modo que nadie pudo escaparse de la descarga psicotropical del grupo. Sonámbulo se despidió con ‘Chusma Funk’ tema con el que interactuaron bastante con el público: los pusieron a alzar las manos, a bajarlas y por supuesto, a bailar como si nadie los estuviera viendo, a esquivar entrepasos de baile las gotas de lluvia. Los once músicos de Sonámbulo dejaron huella entre los asistentes, como ya lo han hecho en otras naciones; definitivamente una buena elección para iniciar el espectáculo.
A las 8:35 p.m. y sin mucha pose los muchachos de Molotov tomaron el escenario. Tito cantaba la letra de ‘Noko’ y el público comenzó a encenderse. Miky y paco se encontraban a los lados del escenario, tocando cada uno un bajo y detrás de Tito, en el centro, estaba Randy en la batería.
Los mexicanos se ganaron el respeto de los presentes con la interpretación de temas como ‘Amateur’, “Here We Kum’ y ‘Changüich a la Chichona’ y ‘Chinga tu Madre’. Durante la interpretación de esta última Tito dejaba espacio al público para que este cantara el coro. Los saltos y los gritos desde el Estadio Nacional no cesaban, y Molotov aprovechó también para presentar algunos temas nuevos: ‘Crazy Chola Loca’, “Santo Niño de Atocha’ y ‘Goner’.
Los visuales de la banda tenían coordinación perfecta con la música y la iluminación jugaba un papel importante también, se encargaba de poner en el spotlight al miembro de la banda que estuviera cantando. Para la interpretación de ‘Blame Me’ Paco se subió a tocr la batería y Randy tomó una guitarra, haciendo así el primer cambio de instrumentos de la noche.
El punto alto de la presentación fue cuando llegó el turno de tocar de ‘Gimme tha Power’ y ‘Frijolero’. Muchos de los que estaban ceca del escenario hicieron un mosh pit mientras coreaban las letras de ambas canciones, posiblemente de las más disfrutadas de la noche. Después de otra buena dosis de rock a cargo de ‘Marciano’, ‘ Más Vale Cholo’ y ‘Puto’, Tito se despidió del público y se concluyó así su quinta presentación en suelo tico.
Después de un receso, las pantallas del escenario volvieron a encenderse. en esta ocasión proyectaban solamente tres letras, pero las suficientes para emocionar al público: “IKV”; Illya Kuryaki and The Valderramas estaban a punto de subir a escena.
Su presentación fue la más enérgica de la noche, sin duda alguna. Iniciaron la cuenta con ‘Chaco’, tema en el que Dante Spinetta y Emanuel Horvilleur entraron directo a lo suyo: rapear y poner a bailar al público. Ambos andaban vestidos de negro, con pantalones bastante peculiares, mientras que su banda estaba toda vestida de blanco.
Inmediatamente después ‘Ula Ula’, primer sencillo de su más reciente producción, Chances, coreada por muchos como si fuera otro clásico de la banda. “Vamos a abrir los regalos antes de tiempo”, dijo Dante refiriéndose a una sorpresa que tenían preparada y seguidamente los cuatro integrantes de Molotov ingresaron al escenario para cantar ‘Madafaka’, otra pieza incluida en Chances.
Quizá algunos en el público ya se esperaban esta movida, pero fue bastante agradable notar como ambas se respetan y se tienen cariño mutuo, siendo que Molotov fue descubierta y dio su salto al estrellato por tocar junto a los Illya Kuryaki. Más de diez años después de ese acontecimiento, ambas bandas disfrutaban de su momento en el escenario del Estadio Nacional y se ganaron una buena cuota de aplausos.
“¿Tienen sed?” preguntó más adelante Dante, cuando ya los de Molotov habían abandonado el escenario. El público respondió emocionado ante tal pregunta y la banda tiró las primeras notas de ‘Jugo’, otra de sus canciones más conocidas.
Uno de los momentos más memorables de la noche fue cuando Dante pidió que apagaran todas las luces del recinto. Así se hizo y tan solo unas proyecciones de la aurora boreal y una que otra pantalla de celular iluminaban el recinto.
Dante cantó ‘Ruégame’ una suave balada con la que se robó el corazón del público. Después de esta interpretó ‘Águila Amarilla’. “Esta es para vos, papá”, dijo señalando al cielo y junto con Emanuel interpretó esta pieza en honor a su padre, El Flaco Spinetta. La canción fue acompañada con una serie de fotos de distintos periodos en la vida de El Flaco y fue muy bien recibida por el público, que culminó la canción con un “Oee Oee Oee Oee, Flaco, Flaco”.
Se acercaba el fin del show, pero aún quedaban buenas canciones por interpretar. La banda levantó de nuevo los ánimos con ‘Jennifer del Estero’ seguida de ‘Coolo’ y la infaltable ‘Abarajame la Bañera’. El público no paró de saltar y cantar durante estas últimas tres canciones. El dúo les devolvía la misma energía desde el escenario y no dudaron en tirar besos para despedirse del público, que cerca de la media noche se retiró evidentemente satisfecho.
Setlist Molotov:
Setlist Illya Kuryaki and The Valderramas